Los obispos aseguran que sus inversiones en Bolsa son "cantidades mínimas"

El presidente de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal y obispo de Sigüenza, José Sánchez, ha dicho desconocer que la Iglesia haya creado una sociedad para invertir en Bolsa, como hoy publica EL PAÍS. "No sé si alguna institución, organismo, organización, congregración, diócesis o asociación de la Iglesia haya podido hacer eso, pero la Iglesia en España no tiene esa sociedad creada ni mucho menos", ha subrayado.

De acuerdo con lo publicado hoy por este periódico, la Iglesia católica creó en mayo de 1999 la agencia Umasges Simcav, con un capital actual de 2.000 millones de pesetas, de los que tiene invertidos cerca de 1.500 millones. La sociedad es 100% de capital eclesiástico.

En declaraciones a Radio Nacional, Sánchez ha explicado que la relación de la Iglesia con la bolsa o con los bancos es la gestión de fondos que tienen una función finalista como sostener becas o ahorros para la construción de un complejo parroquial.

"A veces", ha aclarado, "se invierte algo en bolsa, pero siempre unas cantidades mínimas, porque nosotros primamos más la seguridad que el riesgo, primamos más una producción mínima que una producción arriesgada, por eso, no es necesariamente mucho lo que nos puede pillar, aunque no excluyo que pueda haber algún caso de alguna institución que haya podido dejarse llevar de las expectativas del gran riesgo, de la gran ganancia, no lo excluiría, pero generalmente es dinero que tiene que producir algo, que no tiene que devaluarse y que tiene que cumplir unos fines".

La "maraña" de Gescartera

José Sánchez, ha añadido que el caso Gescartera "es una maraña que tendrá que aclararse", y se ha mostrado esperanzado en que la comisión parlamentaria que investiga este asunto "haga luz".

Sánchez ha asegurado que "lo que sí ha ocurrido claramentente, a juzgar por las consecuencias, es que ha habido unos pillos que

han hecho una estratagema y, posiblemente, hasta una estafa; que han utilizado sus ganchos para implicar en inversiones a instituciones de la Iglesia y que el dinero se ha volatilizado y que hay claramente unos responsables y unas víctimas".

A su juicio, lo no está tan claro es dónde está el dinero, si el dinero se recuperará y qué instrumentos y mecanismos se han utilizado en este caso.

En la lista de clientes de Gescartera constan las inversiones de treinta instituciones religiosas con un desembolso de 2.500 millones de pesetas.