El 'comando Buruntza' preparaba un coche bomba contra un edificio oficial de San Sebastián

Durante la desarticulación del comando Buruntza la Ertzaintza localizó en un garaje de Lasarte un vehículo sustraído hacía dos meses y que contenía en el maletero una olla donde se iba a introducir una bomba que estaba en fase de preparación.

Las investigaciones de la Ertzaintza han concluido que este comando pretendía hacer estallar en los "dos o tres días siguientes" a su desarticulación ese coche contra un edificio de la Administración central en San Sebastián, aunque se desconoce con precisión el edificio elegido. La bomba iba a ser cargada con 50 kilos de explosivo titadine, robado por ETA en Francia.

Fuentes de la investigación han asegurado que el objetivo del atentado no buscaba víctimas mortales sino causar una conmoción en la opinión pública provocando grandes destrozos materiales como ocurrió con el atentado perpetrado en Logroño el pasado mes de junio.

Grabaciones de sus objetivos

Por otra parte, el comando Buruntza realizaba grabaciones en vídeo de sus futuras víctimas y de las zonas en las que iban a atentar contra ellas, según se desprende de la declaración de la presunta activista del comando Oskarbi Jauregi Amundarain.

Antes de asesinar en la localidad guipuzcoana de Leaburu al ertzaina Mikel Uribe, el comando había tomado imágenes del lugar en el que pensaba perpetrar el atentado.

Otra de las personas filmadas fue el director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga. Luis María Carrasco, uno de los detenidos tras la desarticulación del comando señaló a la Ertzaintza que "durante ocho días colocamos una cámara en el coche de lbon (el también detenido lbon Etxezarreta) para grabar las salidas y entradas de Oleaga de su domicilio".

Además, Oskarbi Jauregi grabó en diciembre del pasado año a una persona, cuya identidad desconoce, en el campus de lbaeta de la UPV; en febrero de este año a un concejal del PSE de Hernani a la salida del pueblo; y en abril a un guardia civil en la calle Oiartzun de Rentería.

El asesinato del ‘ertzaina’ Mikel Uribe

La dirección de ETA en Francia ordenó de forma expresa al comando Buruntza, desarticulado la pasada semana, el asesinato del mando de la Ertzaintza Mikel Uribe al que los terroristas acribillaron a tiros el pasado mes de julio en la localidad guipuzcoana de Legorburu, han informado fuentes jurídicas.

Los miembros del comando que participaron en este atentado y que se encuentran ya en prisión -Ibon Etxezarreta, Luis María Carrasco, Xabier Makazaga y Santiago Vicente Aragón- recibieron información sobre los hábitos de vida de Uribe y así supieron que cada sábado se trasladaba a comer a una sociedad gastronómica.

Los terroristas hicieron un sólo seguimiento al subcomisario de la Ertzaintza el sábado anterior a su asesinato y comprobaron que, tal y como les habían informado, el mando de la Ertzaintza acudía a su cita semanal en la sociedad gastronómica.

Etxezarreta, Carrasco y Makazaga decidieron entonces esperarle el sábado siguiente, el pasado 16 de julio, para asesinarle cuando saliera de comer.

Previamente, los terroristas, según las citadas fuentes, se trasladaron a las inmediaciones de la localidad de Legorburu para grabar en vídeo el lugar en el que cometerían el atentado.

De este modo, el sábado 16 de julio, Xabier Makazaga se desplazó en bicicleta hasta la zona para esperar a que pasara el coche de Uribe y avisar a sus compañeros, quienes, camuflados con capuchas y gafas de sol, se desplazaron al lugar en un coche sustraído en enero en la localidad de Rentería.

Makazaga vio pasar el todoterreno del subcomisario y aviso a Etxezarreta, Aragón y Carrasco, pero el coche de la víctima se desvío por una carretera comarcal y durante una media hora le perdieron de vista y, aunque pensaron que Uribe se había desviado de su trayecto porque les había descubierto, decidieron esperarle por si volvía a aparecer.

A la media hora, Uribe abandono el lugar donde se había parado y volvió a pasar a la altura del coche de los terroristas, y en ese momento Carrasco le disparó una ráfaga con un subfusil que le dejó herido, por lo que Aragón se bajó entonces del coche y le disparó varias veces e inmediatamente después Carrasco volvió dispararle con el subfusil para rematarle.