El cuarto atentado desde las elecciones vascas

En menos de un mes, desde las elecciones autonómicas vascas del pasado 13 de mayo, ETA ha cometido cuatro atentados terroristas.

El primero, el 15 de mayo, fue contra el periodista Gorka Landaburu, quien sufrió heridas de gravedad en las manos y otras lesiones en la cara al hacer explosión un paquete bomba enviado a su domicilio en la localidad de Zarautz (Guipúzcoa).

Ocho días más tarde, el 23 de mayo, ETA colocaba una bomba lapa que no llegó a estallar bajo un asiento del automóvil de un guardia de la seguridad privada de la Universidad del País Vasco, quien viajó varios kilómetros con el artefacto hasta las proximidades de su domicilio en Baracaldo (Vizcaya), donde advirtió su presencia, lo depositó en un contenedor y avisó a la ertzaintza, que neutralizó el explosivo.

Un día después, la organización terrorista asesinaba de siete tiros al director financiero del Diario Vasco, Santiago Oleaga Elejabarrieta, en el aparcamiento del Hospital Matía de San Sebastián, al que acudía diariamente para una sesión de rehabilitación.

Además, el atentado de hoy es el séptimo atentado con coche bomba perpetrado por la organización terrorista en lo que va de año.

En estos atentados con coche-bomba ocurridos en el 2001, cuatro personas murieron y 22 resultaron heridas; además, tres de los siete atentados tuvieron lugar en el País Vasco, uno en Rosas (Gerona), otro en Gandía (Valencia), un sexto en Madrid, en la céntrica calle Goya, y el último, esta mañana en Logroño.

Desde que ETA rompió la tregua el 3 de diciembre de 1999, y hasta hoy, 31 personas murieron y más de 120 resultaron heridas en los 67 atentados perpetrados por la banda terrorista.

Nueve atentados en La Rioja

Con el último atentado cometido hoy en La Rioja, esta comunidad ha sufrido en los últimos trece años nueve atentados.

El último tuvo lugar el 17 febrero de 1996, al explotar cinco artefactos colocados por ETA, cuatro en la capital, Logroño, y uno en San Asensio, que causaron daños materiales importantes pero no víctimas.

Previamente, el 17 de agosto de 1995, uno o dos artefactos explosivos, escondidos en sendas mochilas y compuestos por 50 ó 60 kilos de amonal, estallaron junto a la casa-cuartel de Arnedo y causaron heridas leves a unas cuarenta personas.

Cuatro años antes, el 20 de agosto de 1991, estalló un artefacto en la vía férrea Miranda de Ebro-Castejón, a su paso por el municipio riojano de Torremontalbo, provocando la rotura del carril y un día antes, el 19 de agosto de ese mismo año, un coche bomba cargado con 75 kilos de amosal, que no produjo daños personales, estalló junto al destacamento de la Guardia Civil en el peaje de Logroño de la Autopista Vasco-Aragonesa, en el término municipal de Lardero.

Diez días antes, el 9 de agosto de 1991, la explosión de un paquete-bomba, que contenía de 1,5 a 2 kilos de amonal, causó heridas leves a cuatro funcionarios de la comunidad autónoma de La Rioja al estallar en la conserjería del Gobierno riojano.

En ese mismo año, el 20 de mayo, explosionó un coche bomba que contenía alrededor de 50 kilos de explosivo, ante la fachada del cuartel de la Guardia Civil en la localidad riojana de Casalarreina, sin causar desgracias personales.

Por último, el 8 enero de 1989, dos artefactos estallaron en los concesionarios de Citroen y Renault de Logroño y el 13 de agosto de 1988, hicieron explosión unos artefactos en los concesionarios de Renault de Logroño y de Haro, donde se produjeron importantes desperfectos.