_
_
_
_
LA OFENSIVA TERRORISTA

La Ertzaintza explosiona una bomba lapa en el coche de un guarda jurado en Barakaldo

El hombre circuló durante una hora con el explosivo en el interior de su vehículo

Sobre las cuatro menos cuarto de esta tarde, agentes de la Ertzaintza han recibido una llamada en la que un hombre les informaba de la existencia de este explosivo. Tras desplazarse al lugar de los hechos, han procedio a la explosión controlada de la bomba, que contenía un kilo de explosivo.

Un fallo en el sistema de activación de la bomba-lapa ha salvado la vida al vigilante jurado que ha circulado durante cinco kilómetros con el explosivo bajo el asiento de su coche.

El guarda de seguridad se apercibió de la presencia de un objeto sospechoso bajo el asiento del conductor del vehículo de su propiedad, un Renault 21, matriculado en Bilbao, cuando regresaba a su domicilio en el barrio baracaldés de Cruces procedente del campus universitario, una vez finalizada su jornada laboral.

Más información
Redondo esperará a conocer el programa de Ibarretxe para decidir su voto en la investidura
GRÁFICO ANIMADO: Así funciona una bomba lapa

El vigilante, a pesar de ello, continuó su itinerario hasta Cruces, donde estacionó el vehículo en la calle La Paz que no tiene salida, cerca de un descampado. Una vez allí, se apeó del coche y miró bajo el asiento donde descubrió la presencia de una fiambrera, por lo que procedió a extraerla y examinó su interior. Al ver que había cables, pilas y el explosivo la arrojó al interior de un contenedor y procedió a dar aviso a la policía vasca a las cuatro menos cuarto de la tarde.

La persona contra la que iba dirigido el atentado es un vigilante jurado perteneciente a la empresa Prosetecnisa que desarrolla su trabajo en el campus de Leioa de la Universidad del País Vasco. Fuentes policiales han indicado que el vigilante llevaba poco tiempo en la empresa y apenas era conocido.

Los ertzainas han establecido después un cordón policial impidiendo el acceso a la calle por la única dirección abierta que tiene, mientras los especialistas en desactivación de explosivos han procedido a sacar el artefacto de contenedor y a colocarlo en el suelo. Los agentes de la UEDE han disparado contra el artefacto con un cañón disruptor provocando la destrucción de los sistemas de activación de la bomba.

Según los primeros informes de los técnicos, la bomba tenía una ampolla de mercurio que debía provocar su activación con el movimiento del coche, pero por causas desconocidas no llegó a funcionar.

El artefacto estaba compuesto por un kilo de sustancia explosiva, cantidad que en caso de deflagrar hubiera provocado la muerte del vigilante. Aunque oficialmente no se ha determinado todavía el tipo de explosivo utilizado, las sospechas de la Ertzaintza se inclinan por la dinamita francesa Titadyne, procedente de los robos cometidos por ETA en Bretaña y en Grenoble.

Una vez neutralizada la bomba, la Ertzaintza ha procedido a llevarse el vehículo a sus dependencias donde los miembros de la unidad de Policía Científica van a examinarlo para tratar de encontrar posibles huellas.

Una de las hipótesis con las que trabaja la policía es que el artefacto fuera colocado en el Renault 21 dentro del recinto universitario, ya que el agente lo dejó allí aparcado mientras realizaba su trabajo y no lo cogió hasta que terminó su turno. No obstante, tampoco se tiene seguridad de que no hubiera sido colocado con anterioridad, por ejemplo, durante la noche pasada, y que la bomba hubiera ido desde el domicilio del vigilante a la universidad y posteriormente regresara con ella.

La policía investiga también cómo fue introducida la bomba dentro del coche pues, al parecer, la cerradura de la puerta del conductor no presentaba signos de haber sido forzada.

Los servicios de seguridad de la Universidad del País Vasco, desempeñados antes por la empresa Protecsa, integrada ahora en la sociedad Prosetecnisa, han sido objeto de duras críticas por parte de la izquierda abertzale. En la revista Ardi Beltza, que dirigía Pepe Rei, se han publicado informes con acusaciones dirigidas tanto contra los responsables de la seguridad, como contra diversos agentes de la empresa Protecsa.

La persona contra la que iba dirigido el fallido atentado de hoy, sin embargo, no figuraba en ninguna de esas informaciones. Al parecer, es un vigilante que llevaba muy poco tiempo trabajando en la empresa y que no es apenas conocido, según fuentes policiales.

Agentes de la <i>ertzaintza</i> inspeccionan al coche del guarda jurado en el que ha sido colocada una bomba lapa.
Agentes de la ertzaintza inspeccionan al coche del guarda jurado en el que ha sido colocada una bomba lapa.EFE
EL PAIS.ES
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_