El juez decreta un mes de detención preventiva para el ex presidente Milosevic
Milosevic se entrega a la justicia tras permanecer 24 horas atrincherado en su residencia
En esta primera comparecencia, Milosevic se ha declarado inocente de los cargos que se le imputan, según ha anunciado su abogado, Toma Fila, uno de los más prestigiosos de Belgrado. Fila ha avanzado que mañana presentará una apelación a la decisión del juez por considerar que la detención preventiva no era necesaria.
"Ha decidido defenderse y decir la verdad, él es ciudadano de este país y cuando aceptó someterse al procedimiento penal aceptó todo lo que ello conlleva, bueno y malo", ha manifestado su letrado. Milosevic deberá responder por malversación de fondos y abuso de poder, que ocasionaron la pérdida para Yugoslavia y Serbia de 1.800 millones de dinares (5.100 millones de pesetas, aproximadamente 31 euros) y de unos 200 millones de marcos (unos 17.000 millones de pesetas, aproximadamnte 102,5 millones de euros), según la acusación.
El ex presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, fue detenido esta madrugada en su lujosa residencia de Belgrado "sin derramamiento de sangre y sin la menor resistencia" y ha sido conducido a la prisión central de Belgrado, según ha explicó el Ministerio serbio de Interior a través de un comunicado.
"Buena señal" para la fiscal de TPI
Aunque Belgrado rehúsa entregar a Slobodan Milosevic al Tribunal Penal Internacional (TPI) para la antigua Yugoslavia, su fiscal, Carla del Ponte, espera verlo este año en el banquillo como acusado de crímenes contra la Humanidad.
La magistrada helvética ha calificado de "buena señal" el arresto del ex presidente yugoslavo y opina que eso facilitará su traslado a La Haya, donde el TPI marcó un hito el 27 de mayo de 1999 al acusar por primera vez en la historia a un jefe de Estado en ejercicio de "crímenes contra la Humanidad".
"Este arresto es una buena señal de las autoridades serbias y yugoslavas. Facilitará su traslado a La Haya y el respeto por parte de Yugoslavia de sus obligaciones internacionales", ha declarado Del Ponte por mediación de su portavoz, Florence Hartmann.
"No esperamos que Milosevic llegue a La Haya en las próximas horas, pero presionaremos y pediremos a las autoridades yugoslavas que lo entreguen en las próximas semanas o, al menos, este año", ha recalcado
Tras expresar satisfacción porque Milosevic "ya no es un fugitivo en libertad", Del Ponte ha subrayado que espera que las autoridades yugoslavas notifiquen al ex presidente la inculpación del TPI y la orden de arresto internacional que pesan sobre él.
El ex dictador salió hacia las 4.40 horas de su casa en una limusina escoltada por varios vehículos de la Policía. El convoy llegó a la cárcel diez minutos después.
En una gran confusión, se han vislumbrado una serie de divergencias que amenazaron con transformar el caso Milosevic en una crisis política: elementos del Ejército encargados de garantizar la seguridad de la residencia se pusieron a las órdenes de los hombres del ex dictador según explicó ayer el ministro serbio del Interior, Dusan Mihajlovic, del que depende la Policía.
Esas acusaciones apuntaban también al presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, ferviente opositor a que Milosevic fuera detenido por crímenes de guerra, tal como lo reclama el TPI. Pero la tarde de ayer Kostunica afirmó ante la prensa, tras reunirse con dirigentes serbios y yugoslavos, que "la aplicación de las leyes está en manos de las instituciones" y que "nadie es intocable". Estas declaraciones se tradujeron en una luz verde para la Policía.
Washington por su parte advertía a Belgrado que cooperara de forma significativa so pena de privarle de una ayuda de 100 millones de dólares (unos 18.900 millones de pesetas, aproximadamente 114 millones de euros), vitales para la economía yugoslava.
Mientras, en la residencia se iniciaba una negociación con una delegación del Gobierno que duró horas, pero permitió un desenlace sin violencia. Según Mihajlovic, Milosevic terminó aceptando su rendición tras haber recibido garantías de que no será trasladado al TPI, que lo acusa de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en la provincia serbia de Kosovo, poblada en su mayoría por albaneses.
La operación pronto se convirtió en un forcejeo entre el ex presidente, acompañado por su familia, allegados y guardaespaldas fuertemente armados, y las unidades de élite de la Policía serbia.
En el registro al domicilio de Milosevic que ha continuado hoy las autoridades serbias han encontradouna gran cantidad de armas, según han revelado fuentes policiales a la radio B92.
Las unidades de la Policía especial aseguran haber encontrado en la casa de Milosevic dos vehículos blindados, tres rifles automáticos, un bazoka, treinta armas automáticas, dos cajas de granadas de mano, doce cajas de munición de diferentes tipos y más de veinte pistolas de varios calibres. Según la emisora, la hija de
Milosevic, Marija, de la que se dijo disparó cinco veces cuando su padre se entregó, posee tres pistolas sin licencia.
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