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LA OFENSIVA TERRORISTA

Garzón procesa a Pepe Rei por pertenencia a ETA y cierra su revista

El juez eleva la acusación por considerar que el "señalamiento y estigmatización permanente de objetivos" prueban que está al servicio de la organización

En un auto notificado hoy, el juez justifica el cambio de acusación en "la mayor intensidad de los actos desarrollados por el procesado al servicio de la organización terrorista", actos que concreta en amenazas y en el "señalamiento y estigmatización permanente de objetivos".

Garzón anuncia la próxima clausura de la publicación de acuerdo con el artículo 129 del Código Penal y afirma que "no puede olvidarse la existencia y actividad de la misma revista Ardi Beltza y su conceptuación como instrumento y vehículo de la actividad presuntamente delictiva descrita".

El juez añade que la actuación de Rei "es la propia de quien, integrado en una organización criminal (...), desarrolla actos directamente dirigidos a conseguir los mismos fines de aquella".

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Las actuaciones de Rei "han de considerarse, desde luego, como medio idóneo para que los miembros de los comandos vean facilitada su labor", según Garzón, que añade que "no debe olvidarse la labor de señalamiento y estigmatización permanente de objetivos que después son seleccionados por ETA o Jarrai-Haika y se traducen en ataques contra la propiedad, integridad física o la propia vida".

Correlación entre artículos y atentados

El juez dice que, en ocasiones, la correlación entre los artículos de Ardi Beltza y los atentados terroristas "es inmediata y próxima", y señala que, aunque la revista se difunde solamente a través de suscripción, "sistemáticamente en todas las detenciones de los miembros de ETA han sido hallados ejemplares en poder de éstos, como elemento idóneo de identificación de objetivos".

Desde su aparición en enero de 2000, en la revista "se han publicado datos respecto a unas 400 personas (...); y, de ellas, 116 figuran en informaciones intervenidas a comandos de ETA; y entre éstas, varias han sido objetivos de la organización terrorista a través de sus grupos o de Haika por medio de la kale borroka", señala el auto.

Para el magistrado, las informaciones de Ardi Beltza no sólo carecen de interés informativo, "sino que, por las descripciones, costumbres personales, bienes que poseen, movimientos que realizan, parecen indiciariamente dirigidos a centrar o ubicar espacial y temporalmente a esas personas para, amén de estigmatizarlas, fijarlas como posibles objetivos de la organización terrorista".

Garzón subraya que Ardi Beltza dedica atención preferente a instituciones y personas "que se han caracterizado por su rechazo activo y abierto de la violencia terrorista ETA", mientras que, "por el contrario, ninguna de las que defienden la opción opuesta aparece

referenciada, a pesar de tratarse de una publicación que se enmarca en lo que puede llamarse el mundo radical abertzale".

También aprecia el magistrado una "simbiosis informativa antecedente-consecuente o causa-efecto" entre la revista de Rei y la publicación oficial de ETA, Zutabe (En pie), que coinciden en las informaciones sobre empresas y personas a las que el primero acusa de "seguir las directrices del ministerio del Interior" y la banda terrorista califica de "herramientas de guerra".

Petición del fiscal

El fiscal de la Audiencia Nacional pidió el pasado 12 de marzo la ampliación de la acusación tras comprobar que 116 personas citadas en la revista que Rei dirigía, 'figuran entre las informaciones intervenidas a grupos operativos de ETA'.

El periodista, de origen gallego, fue detenido el pasado mes de enero a raíz de la distribución junto a la revista de un vídeo titulado "Periodistas: el negocio de mentir", en el que se citaba a una larga lista de informadores a los que se acusaba de trabajar a sueldo del Ministerio del Interior.

Cuando, el pasado mes de enero, Garzón decretó el ingreso en prisión de Rei, el juez justificó la decisión en que Ardi Beltza había señalado como posibles objetivos al entramado familiar Delclaux-Zubiria, y a alrededor de 40 periodistas, a los que cita por sus nombres y entre los que destacan José Luis López de Lacalle, asesinado por ETA, Luis del Olmo, Aurora Intxausti y Juan Francisco Palomo, a los que la banda terrorista intentó asesinar hace meses.

EFE

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