Pilar Alegría sobre la vuelta a clase: “Prudencia sí, pero alarmismo ninguno”

La reunión extraordinaria conjunta de los consejos interterritoriales del Sistema Nacional de Salud (CISNS), de Educación y la Conferencia General de Política Universitaria ―de la que forman parte los ministros de cada área Carolina Darias, Pilar Alegría y Joan Subirats, respectivamente, y los consejeros autonómicos― ha terminado con un consenso “que no ha sido fácil pero sí posible”, en palabras de Darias. Finalmente, ha habido unanimidad autonómica en la idea de que todas las clases sean presenciales y empiecen el próximo lunes.

Alegría ha aprovechado la rueda de prensa para mandar un mensaje de tranquilidad a las familias en el retorno a las aulas tras las vacaciones de Navidad, el próximo lunes 10 de enero: “Prudencia sí, pero alarmismo, ninguno”. La ministra de Educación ha enfatizado que en toda la pandemia en las escuelas no se han “exportado casos”. “Los hemos importado de otros entornos”.

Subirats, que se estrenaba ante la prensa como ministro, ha reforzado esa idea: “Hay que evitar la sensación de constante cambio en la situación sanitaria, generar certidumbre, sensación de protección. Soy consciente porque este curso he podido vivirlo. Las universidades están preparadas para afrontar este tema”. El político catalán era profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona cuando fue nombrado ministro el 17 de diciembre pasado.

Madrid, donde se han celebrado raves y fiestas multitudinarias, amagó esta Navidad con dejar en casa a los alumnos desde 3º de secundaria si la incidencia acumulada a 14 días era alta ―y está desbocada, 2.600 este lunes en esta comunidad―, pero finalmente no se ha decidido por la enseñanza virtual. Tampoco ha sido discordante Murcia, aunque su consejero de Salud, Juan José Pedreño, había fiado la vuelta escolar a la situación pandémica de la autonomía, y esta comunidad en estos momentos está muy por debajo de la media (1.529 de incidencia acumulada este lunes).

Alegría ha lamentado que haya habido “un debate sobre la vuelta clase” y que eso haya “podido generar la imagen de que [los centros educativos] no son espacios seguros”, aunque “ha quedado muy claro que son espacios de contención”. Preguntada si se refería con sus palabras a las dudas planteadas por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, la ministra ha asegurado que no. Enrique Ossorio, consejero de Educación y Universidades de la comunidad, luego ha echado leña al fuego calificando la reunión con los ministros de “paripé”: “No ha servido para nada, puesto que no se ha tomado ninguna decisión”.

Educación reconoce que habrá un “repunte de casos” tras la explosión de ómicron y es consciente de que habrá muchas bajas de profesores que tendrán que guardar cuarentena por estar contagiados, pero Alegría asegura que, “desde hace tiempo, las comunidades llevan trabando la planificación para hacer frente a las próximas semanas”.

Los sindicatos de profesores y las asociaciones de padres de toda índole habían pedido la vuelta presencial a las aulas. La asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres y la ONG Save the Children llegaron incluso a mandar una carta a las comunidades autónomas para reclamar la presencia física: “El impacto [de la virtualidad] en la educación o la salud mental de los niños y niñas, así como en las familias en términos de conciliación, hace que esta deba ser el último recurso”.

El reciente informe de Save the Children Crecer saludablemente afirma que el 4% de los niños y niñas de entre 4 y 14 años presentan algún tipo de trastorno mental durante la pandemia, mientras que casi el 7% tiene trastornos de conducta, cuando antes de la aparición de la covid estos porcentajes eran del 1,1% y el 2,5%, respectivamente.

El fin de las cuarentenas de grupos enteros en primaria e infantil, si es que llega a producirse, tendrá que esperar. Aunque el Gobierno estudia esta posibilidad, la revisión de la Guía de actuación ante la aparición de casos de covid-19 en centros educativos que prepara Sanidad, según un portavoz del Ministerio de Educación, “aún tiene mucho recorrido”. Se verá luego en la Ponencia de Alertas y tiene que aprobarse en una conferencia interterritorial que reúna solo a los consejeros de Sanidad. “Tenemos guías para manejar casos de contagio en las aulas. Hay que seguir la hoja de ruta”, ha insistido Darias en referencia a la actualización en vigor del mencionado protocolo para las escuelas, del pasado 7 de septiembre. Andalucía y Madrid van a quitar ya estas cuarentenas y Ossorio se ha enorgullecido de “adelantarse al Gobierno”.

Altas previsiones de vacunación

Según las previsiones del Gobierno, más del 70% de los escolares de entre 5 y 11 años habrán recibido al menos la primera dosis de la vacuna en la primera semana de febrero ―el pasado domingo estaban inmunizados el 28,8%― y ello frenará el aumento de casos tras la vuelta a las clases con el que ya se cuenta. En la última semana lectiva de diciembre llegaron a estar en cuarentena el 1,3% de las aulas (5.433, apenas un centenar de secundaria y FP) ―la peor cifra desde que se reabrieron los colegios en septiembre de 2020― y se calcula que ese nivel se superará ahora con la explosión de ómicron.

En la universidad, como en secundaria, no se aíslan clases enteras, porque no se trata de grupos burbuja y, sobre todo, porque la mayoría del alumnado ya está vacunado (el 84,7% de la población de entre 20 y 29 años estaba inmunizada el pasado domingo), lo que exime de hacer cuarentena. A los universitarios les preocupa el periodo de exámenes que se inicia ahora y que concentra a decenas de personas en un mismo espacio. La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) y el Consejo de Estudiantes Universitario del Estado (CEUNE) han mostrado este martes su preocupación en una nota conjunta sobre “qué va a pasar con el estudiantado que esté confinado de cara al seguimiento de sus clases o la realización de sus exámenes, ya que no todas las universidades contemplan en sus protocolos garantías para que no pierdan su derecho a evaluación o a continuar con la docencia”. Reclaman, sobre todo, aumentar la inversión en ventilación forzada, “que no puede depender de abrir las ventanas ante el descenso de las temperaturas”.

Subirats ha intentado que la presencialidad de los exámenes, que enfrentaron a su predecesor Manuel Castells con los rectores, no se convierta en su primer escollo. Los rectores dejaron claro este lunes en un comunicado que no habrá evaluaciones virtuales, más complejas para supervisar: “El retorno a los campus será posible, una vez más, gracias a la experiencia acumulada por las universidades en la aplicación de las medidas higiénico-sanitarias en estos casi dos años de pandemia”. Mientras que CREUP y CEUNE consideran “insuficientes” los protocolos anticovid y sostienen que el estudiantado se va a enfrentar a “la pérdida de derechos de examen o a condiciones inadecuadas”. En la rueda de prensa Subirats ha recordado que hay autonomía universitaria en la aplicación del protocolo, pero ha hecho “una salvedad importante: los alumnos que estando contagiados no puedan acudir a los exámenes”. Y dijo que están “trabajando para que se adopten medidas para que no pierdan la convocatoria de examen”. Los rectores han asegurado en un comunicado posterior que se comprometen a evaluar a estos alumnos contagiados.

Fe de errores: en una versión inicial se afirmó que la previsión es que el 90% de los niños de entre 5 y 11 años tengan una primera vacuna a finales de enero.

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