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Uno de cada cinco universitarios sufrió ansiedad en lo peor de la pandemia, según una encuesta a casi 50.000 estudiantes

El estudio de Xarxa Vives se ha hecho en 20 universidades de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, pero sus autores consideran extrapolables los datos a toda España

Xarxa Vives encuesta universitarios
Clase en el Campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra.Quique García (EFE)

Uno de cada cinco universitarios afirma haber sufrido ansiedad durante los 12 meses centrales de la pandemia, según un estudio elaborado por la Xarxa Vives d’Universitat, una agrupación de 20 universidades públicas y privadas que imparten clase en Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares tras encuestar a 49.291 de sus estudiantes. Nunca se había hecho en España un análisis con una muestra tan grande de universitarios desde que empezó la pandemia y sus resultados confirman las palabras del entonces ministro Manuel Castells: “Tengo la sensación de que nuestros universitarios tienen estos días más problemas psicológicos y pedagógicos que tecnológicos”. La Organización Mundial de la Salud también calculó que una quinta parte del mundo iba a padecer una afectación mental, el doble que en circunstancias normales. Ramón Llopis, uno de los autores del estudio, sostiene que “no es difícil pensar que los datos obtenidos puedan extrapolarse a otros territorios españoles”.

Este martes Xarxa Vives presentó en la Universidad de Barcelona (UB) los resultados de la tercera edición del informe Vía Universitaria. Es la primera vez que se han incorporado preguntas relacionadas con la salud mental, dada su importancia “ya que los universitarios pueden ser más vulnerables psicológicamente debido al estrés académico o al hecho de tener que compatibilizar el trabajo y los estudios”, tal como señala Llopis, catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia. Los datos de la encuesta así lo demuestran: un 22,8% de los estudiantes declara haber sufrido ansiedad en algún momento de su vida. Esta cifra aumenta hasta el 26,4% cuando se trata de depresión. La Xarxa también pone el foco en lo peor de la pandemia: en los primeros 12 meses de restricciones sanitarias, un 19,5% afirma haber sufrido ansiedad y un 17,1% depresión.

Carlota González, estudiante de Administración y Dirección de Empresas en la UB, comparte cómo vivió esas duras semanas: “Me afectaba todo el triple y, a lo mejor, de una pequeña cosa hacía un mundo. Empecé a priorizar solo la carrera e incluso en las épocas de exámenes me salían herpes en los pies del estrés”. Mateo Cabrero, alumno de cuarto de Derecho en la Universidad Pompeu Fabra, también tuvo ansiedad: “El tener que espabilarme por mi cuenta y depender simplemente de una pantalla, de unas clases donde no podía interactuar con mis compañeros o con el profesor” era duro, señala.

En el estudio los investigadores han identificado cómo crecieron las dificultades para aprender por “no ver presencialmente a compañeros ni al profesorado, la conciliación con la vida familiar, la carga de trabajo y la autorregulación del tiempo”. Mateo insiste en que le costaba prestar atención durante las clases virtuales y afirma que “si la universidad hubiera ofrecido más medios y recursos para ayudar a los alumnos a nivel psicológico, se hubiera hecho mucho más llevadero”.

Aumento de los suicidios

Ramón Llopis señala que “los umbrales de percepción de los problemas psicológicos se han ampliado con el tiempo, porque estos conceptos circulan más entre la población, pero al margen de esto, el aumento de cifras de suicidios entre la gente joven demuestra que estamos ante una realidad”. Opina que, ante estas cifras, “ahora corresponde a las universidades profundizar en ello y recurrir a sus servicios o unidades de orientación para analizar la evolución”.

Laura Fernández, estudiante de Humanidades en la Pompeu Fabra, detectó que necesitaba ayuda psicológica a raíz de la pandemia porque desarrolló “una fuerte inclinación a la tristeza”. Piensa que la crisis sanitaria “ha agravado una situación profundamente arraigada en los jóvenes” y cree que “la universidad debería esforzarse por ampliar su oferta psicológica hacia los alumnos”. Cada vez más campus ofrecen ayuda gratuita a su comunidad universitaria y con la pandemia muchos reforzaron el servicio que, sin embargo, muchos posibles beneficiarios desconocen.

Otros datos recogidos en la encuesta han sido “la pérdida de las metodologías de enseñanza tradicionales frente a metodologías innovadoras en formato no presencial”. Las lecciones no tradicionales han pasado de ser un 5% en 2018 a un 12% el pasado año. En este sentido, los investigadores concluyen que “hace falta ampliar la formación del profesorado universitario en relación con la diversidad de métodos”, ya que estudiantes como Carlota apuntan a la “falta de empatía” por parte de “la mayoría” de sus profesores durante la pandemia. Además de por Llopis, el estudio ha sido dirigido por el catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia Antonio Ariño, el catedrático de la Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona Miquel Martínez y el profesor de Economía de la Universidad de Barcelona Ernest Pons.

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