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EDUCACIÓN. DESDE MI CLASE

Toda una escuela en un móvil

El colegio Doctor Jiménez Rueda de Granada, volcado en la educación compensatoria, adaptó toda la docencia al móvil, al descubrir que el 70% de sus escolares lo usaban para seguir las clases. Solo un 2% se desconectó

Un alumno del colegio Doctor Jiménez Rueda, de Atarje, en Granada, mira sus tareas en el móvil de su madre durante el confinamiento.
Un alumno del colegio Doctor Jiménez Rueda, de Atarje, en Granada, mira sus tareas en el móvil de su madre durante el confinamiento.

Cuando decretaron el cierre de las aulas en marzo, en el colegio público Doctor Jiménez Rueda de Atarfe, una ciudad dormitorio cercana a Granada, la prioridad estaba clara: no podían perder a ningún alumno por el camino. Este centro especializado en educación compensatoria cuenta con más de 470 estudiantes, incluidos infantil, primaria y alumnos del aula del Trastorno de Espectro Autista, y de Audición y Lenguaje. Y ahora, ya en vacaciones, se enorgullecen de que apenas un 2% se les han desconectado en este proceso tan duro y tortuoso.

El punto de partida no era sencillo. “Hicimos una encuesta para saber cuántos alumnos tenían algún tipo de dispositivo, y cómo podían conectarse. Nos encontramos que teníamos un 3% de familias que no tenían wifi o datos, y un 70% que solo tenía un móvil de los padres, a veces para tres hermanos. Había madres y padres que trabajaban todo el día fuera y se llevaban el móvil... “, cuenta Juan Alcaide, coordinador de Tecnología y jefe de estudios de esta escuela. “Era todo un desafío. Tuvimos que adaptarnos a la realidad de nuestro centro y diseñar un plan de acción. Y claro, al otro lado, teníamos familias que no sabían siquiera que tenían e-mail, por ejemplo. Así que tuvimos que movilizar la escuela para llegar a todos y cambiar el chip”, así lo explica

El centro ya había trabajado con las herramientas educativas de Google desde hace dos años, pero este septiembre comenzaron a introducir las aplicaciones colaborativas formando primero a los docentes. Así que diseñaron un site común para que todo el colegio pudiera trabajar durante el confinamiento, coordinado desde la dirección, y que fuera muy sencillo de utilizar y optimizado para el móvil. “Era inasumible para nuestro alumnado con dificultades meterles en el classroom sin haberlo introducido en el aula. Son además alumnos que se pueden frustrar con mucha rapidez y nos dimos cuenta de que los íbamos a perder por el camino”, continúa el jefe de estudios.

Exterior del colegio Doctor Jiménez Rueda,que ha tenido que adaptar toda su docencia al móvil
Exterior del colegio Doctor Jiménez Rueda,que ha tenido que adaptar toda su docencia al móvil

La directora, Matilde Ruano, cree que la clave era la sencillez, “que fuera igual para todos los niveles y que facilitáramos la programación semanal el lunes facilitó mucho la tarea a las familias. Y luego ha habido un esfuerzo por parte del claustro, tratando de llegar a todos los alumnos. Llamando a los alumnos que más difícil lo tenían y haciendo las tareas con ellos. Ha sido una entrega increíble” apunta la directora. De los 30 docentes del claustro, la mitad se compraron sus propios portátiles para desempeñar su tarea y buscaron la manera de enviar las tareas a las familias que no disponían de conexión. “Servicios Sociales habilitó un local del Ayuntamiento y un voluntario se encargaba de imprimir las tareas y las familias las iban a recoger físicamente”, señala Ruano.

Para el responsable de Google for Education en España, Gonzalo Romero, este proyecto es un referente: “La tecnología debe ser inclusiva y democratizadora. Colegios como este muestran que es posible facilitar que todos los alumnos tengan acceso a la actividad educativa. Los maestros han realizado un trabajo ejemplar de acompañamiento, ajustándose a cada realidad, retando y motivando a los alumnos pese a las dificultades de la distancia”.

Clases en fines de semana o por la noche

Para llegar a cubrir al 97% de sus alumnos han tenido que hacer grandes esfuerzos que en muchos casos son inasumibles. Las videoconferencias se hacían en dos turnos y muchas veces eran los fines de semana sábados y domingos, cuando las familias no trabajaban, el móvil estaba en casa y podían llegar al máximo posible de alumnos. “Los niños se conectaban por la noche, que era cuando volvían los padres de trabajar”, apunta el jefe de estudios. Y la directora señala que la confianza de las familias ha sido fundamental para que éxito del proceso.

Sandra Morán es la madre de dos alumnos, de 3 y 6 años, y representante en el consejo escolar. “Al principio fue una locura cambiar todas las dinámicas y combinarlo con el teletrabajo. Pero mucha paciencia después nos hicimos con ello”, explica. “Teníamos las tareas semanales y los horarios de las conferencias en la web y en el correo electrónico. Nos ha facilitado mucho que hubiera una gestión común para todos los cursos y el que escucharan a las familias”, concluye.

Gema García Fuentes, de 11 años, se queda con los retos semanales que les iba planteando su maestro. “Nos iba dando pistas que teníamos que investigar por Internet, para adivinar monumentos, o adivinar un tipo de música, y teníamos que ir resolviendo por el camino acertijos, operaciones matemáticas...”, explica esta alumna.

María del Mar Castillo, profesora de segundo de primaria y de Francés, ha convertido a sus alumnos en youtubers para resolver retos semanales para mantenerles involucrados. E incluso hicieron su viaje de fin de curso (virtual) a la Alhambra de Granada, el Coliseo de Roma, el Guggenheim o el Oceanográfico de Valencia con la herramienta de expediciones.

El reto de los alumnos con autismo

Una de las mayores dificultades ha sido la atención a los alumnos de compensatoria y los que tenían alguna discapacidad, un retraso moderado, leve o autismo, que suponen la mitad de sus estudiantes. “Establecimos que teníamos que contactar con todas las familias semanalment. Además, establecimos ejercicios personalizados para los niños con autismo en el site, con colores diferentes para que pudieran reconocer sus tareas y organizarse la semana”, explica Alcaide, el jefe de estudios.

“Lo que ha marcado el avance o estancamiento de los alumnos ha sido la implicación de las familias. La desigualdad la compensamos con el trabajo del colegio, con desdobles, con lo que podamos, y con el colegio cerrado, a pesar de nuestros esfuerzos, es la familia la que acaba determinando la situación”, concluye Alcaide.

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