Lidl se expande como mancha de aceite por España
La cadena de supermercados alemana crece gracias a descuentos y promociones, y sumará 50 supermercados nuevos este año


Puede que el cocinero Carlos Arguiñano recomiende sus migas de bacalao, o que el actor Arnold Schwarzenegger promocione sus herramientas de bricolaje, pero lo que quizá esté haciendo ganar más presencia a Lidl son sus constantes aperturas de supermercados en España. Según la empresa de estudios de mercado Kantar, la alemana se ha consolidado como la cadena con mayor crecimiento desde 2019 en el país (1,9%). Su ejercicio fiscal se cierra en febrero y no han facilitado cifras de ventas, pero fuentes del sector las sitúan en 7.000 millones en 2024.
Filial de Lidl Stiftung, compañía integrada a su vez en el Grupo Schwarz, uno de los principales distribuidores del mundo (con las cadenas Lidl y Kaufland) con 13.900 tiendas y 575.000 empleados en 32 países, la marca ha consolidado su presencia nacional desde su ya lejano desembarco de 1994. Es el tercer operador detrás de Mercadona y Carrefour, con un 6,6% de cuota (en datos de las últimas 12 semanas recogidos por Kantar). Más de 700 tiendas, 13 plataformas logísticas y 18.500 personas contratadas hacen que cada año vaya arañando décimas a sus principales competidores. En 2025, aprovechando el buen momento de la economía, han abierto 10 supermercados tras invertir 70 millones de euros y esperan terminar el año cortando la cinta roja de un total de 50. El próximo, el 16 de mayo, abrirá en Sevilla, en las inmediaciones del parque Higuerón Sur. “Nuestro objetivo es ganar capilaridad y crecer de forma sostenida y sostenible”, explican en el grupo. Buscan, dicen, “los mejores emplazamientos, tanto en núcleos urbanos como en zonas periféricas”.
El año pasado destinaron 220 millones a abrir 40 establecimientos y el ritmo se acelerará ahora con un nuevo punto de venta cada semana (de media) durante lo que queda de año. “Las comunidades autónomas que concentrarán la mayoría de las aperturas en el año fiscal [el suyo termina el 28 de febrero de 2026] son Andalucía, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, islas Canarias y Galicia”, explican en Lidl. Los últimos supermercados los han abierto en ciudades de tamaño medio como Fuenlabrada, Villalbilla y Majadahonda en Madrid; Benicarló y Novelda en la Comunidad Valenciana, o en capitales de provincia (Salamanca, Murcia o Lugo), entre otras.
La vasta red comercial también está haciendo crecer sus necesidades operativas. En Constantí (Tarragona) han puesto en marcha un almacén de 40.000 metros y medio centenar de muelles que ha costado 16 millones. “Además, avanzamos en la construcción de su futura plataforma logística en Cataluña, que con unos 66.000 metros de superficie se sumará a la que la compañía tiene operativa desde hace años en Montcada i Reixac (Barcelona)”, explican en el grupo alemán. Este proyecto supondrá la mayor inversión logística desde la llegada de Lidl a España, con alrededor de 140 millones de inversión.
Con una población de familias cada vez más pequeñas, las tiendas huyen de formatos grandes —diversos estudios hablan de la crisis de los hipermercados y de la vuelta de los clientes al comercio de proximidad— y están incrementando el surtido de productos frescos, de modo que los clientes puedan hacer todas las compras necesarias en un solo lugar. A medio camino entre una gran superficie y un supermercado de barrio, los suyos tienen unos 1.500 metros cuadrados y ofrecen normalmente un centenar de plazas de aparcamiento. Los nuevos tienen también servicios de recarga para vehículos eléctricos. En cuanto al surtido, la marca de distribuidor ha sido tradicionalmente uno de sus puntos fuertes, más si cabe en estos últimos años de inflación disparada. La gama se completa con referencias locales con las que quieren competir contra el empuje de las cadenas regionales.
Lidl presume de ser el principal cliente de la huerta española, por encima de cualquier otra empresa nacional, porque también suministra al resto de sus supermercados europeos. Pertenecer a un grupo mayor es una de sus grandes fortalezas. Muchos de los productos de marca propia y gran parte de los envases sostenibles de sus lineales, por ejemplo, provienen directamente de Schwarz Produktion. En 2023, último dato disponible, Lidl compró frutas y verduras por valor de 3.153 millones, una cantidad que equivale al 19% de las frutas y hortalizas (una de cada cinco) consumidas en España, según la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas (FEPEX). Esta actividad, según un informe de Impacto Corporativo de PwC, genera 8.600 millones de PIB y 180.000 empleos directos, indirectos e inducidos.
Algunos desafíos
Si el tamaño le facilita hacer compras masivas y rebajar sus costes, su constante estrategia de promociones le proporciona una abundante base de clientes. Muchos de ellos buscaban desesperadamente hasta el pasado miércoles un robot de cocina en promoción que la cadena vendía por 299 euros con un reembolso en cupones de compra de 250 euros para gastar, por supuesto, en sus supermercados.
Pero con una alta competencia y un mundo cada vez más inestable, Lidl tiene un puñado de desafíos por delante. El primero es poder seguir creciendo en un mercado tan desarrollado como el español. Hasta ahora lo ha hecho aprovechando la debilidad de otros competidores y ocupando los espacios que el comercio tradicional va perdiendo. “La construcción de cada una de nuestras tiendas representa una apuesta a largo plazo”, explican en la cadena, que ve oportunidades de seguir avanzando sin ejecutar cierres: “Son un fenómeno muy excepcional y no forman parte de nuestros planes actuales”.
Pero otras cadenas aprietan. Mercadona tiene acuerdos para invertir más de 200 millones en la Península para comprar terrenos y locales con los que completar su oferta comercial. Alcampo, aunque retrocedió en ventas en 2024, ha ampliado su presencia con el formato de supermercados tras comprar en el último año y medio 200 tiendas a Dia. Y el grupo Dia, que en 2018 ocupaba la posición de Lidl en la actualidad, ha dado por finalizado su saneamiento y ve espacio para seguir abriendo supermercados de barrio con los que se está ganando el favor de un público de edades avanzadas. Por su parte, las cadenas regionales, con una cuota del 18% y un crecimiento de 0,7 puntos según Kantar, están ganando terreno con una oferta amplia de productos frescos y en un servicio personalizado. La guerra comercial por el carrito de la compra nunca se detiene.
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