Salario mínimo: una bandera de la lucha social en México
Los gobiernos de López Obrador y Sheinbaum han logrado una notable reducción de la pobreza gracias a las mejoras en las nóminas de los trabajadores


Durante décadas, el salario mínimo fue una asignatura pendiente de los gobiernos mexicanos. El país apostó durante años por mantener el salario base con incrementos mínimos, por debajo de sus contrapartes en América Latina como Brasil, Chile y Colombia. En 2010, un trabajador mexicano con el sueldo básico percibía unos 56 pesos diarios (2,5 euros al cambio actual). Sin embargo, a partir de la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, los incrementos se aceleraron a doble dígito. Si en 2018 el salario mínimo rondaba los 88 pesos diarios, al término de su mandato, en 2024, se llegó a más de 375 pesos para los Estados fronterizos (17 euros) y en 249 pesos (11,2 euros) para el resto del país, es decir, triplicó su valor.
A imagen de su predecesor, el Gobierno de Claudia Sheinbaum logró concertar con empresarios y sindicatos un sexto incremento consecutivo en el sueldo mínimo en 2025. Para este año se pactó un incremento de un 12% para llegar a más de 419 pesos diarios en la franja fronteriza del norte, equivalente a unos 12.500 pesos mensuales, y en 278 pesos en el resto del país, lo que supone un sueldo de 8.300 pesos mensuales en las zonas más septentrionales. Este aumento beneficia de forma directa a 8,5 millones de trabajadores que perciben el sueldo base y también supone un referente para el resto de los salarios profesionales.
En México, el alza de los salarios mínimos se ha convertido en una de las banderas ineludibles de la lucha social de los gobiernos del partido Morena. Con este último incremento se avanza en el objetivo de que un trabajador que gana el mínimo pueda costear sin problemas las necesidades alimentarias básicas para una familia de cuatro integrantes, con dos adultos trabajadores y dos menores. La meta sexenal mexicana es que al término del mandato de Sheinbaum el salario mínimo alcance para comprar 2,5 cestas básicas al mes. Actualmente, la canasta básica consta de 24 productos y su coste promedio en conjunto es de unos 1.000 pesos.
El principal argumento para no elevar los sueldos base era por el efecto inflacionario que pudiese tener y que, al elevar los costes de las empresas, podría aumentar los niveles de informalidad en la economía. Sin embargo, los recientes incrementos no han derivado en una escalada de precios ni en el cierre de empresas. La investigadora y analista Viri Ríos explica que el principal resultado de los aumentos al salario mínimo, que han venido acompañados de otras regulaciones favorables para el trabajador, ha sido una reducción histórica de la pobreza en México. De acuerdo con datos del Banco Mundial, unos 10 millones de mexicanos salieron de la pobreza entre 2018 y 2024 y, según los cálculos de Ríos, un 73% de esta disminución de pobres ha estado directamente relacionada con los aumentos salariales.
La analista recuerda que en México se vivió durante muchos años con salarios mínimos muy bajos porque los gobiernos en el poder tenían un sesgo empresarial que alertaba del efecto inflacionario. “Esto era un mito y ha quedado demostrado en los últimos seis años que ha habido estos incrementos (en el sueldo básico) sin que haya creado una espiral inflacionaria”, refiere.
Después de años de atraso respecto a sus pares latinoamericanos, México ha dado un paso hacia adelante para elevar el poder adquisitivo de sus trabajadores vía el alza al salario mínimo. Contrario a los escenarios pesimistas que esbozaban un alza de precios, más presión para las pequeñas y medianas empresas y una promoción a la informalidad, estos incrementos, además de ayudar a combatir la pobreza, han cerrado la brecha de la desigualdad en ingresos, detonaron el consumo y elevaron la confianza del consumidor.
En México existe un espacio para que los salarios puedan crecer por encima de la inflación sin que generen una presión en los costos laborales. Para Ríos, en el sexenio de Sheinbaum continuará la estrategia de elevar este sueldo, sin embargo, no con el mismo empuje de su predecesor, López Obrador. “Hay un amplio margen de maniobra para que un país como México tenga mejores salarios”, zanja.
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