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Ebro, la marca de coches española que renace en las tripas de la antigua Nissan Barcelona

EV Motors, dueña de la firma, ha salido a Bolsa y planea producir hasta 30.000 unidades el año que viene en Barcelona

El consejero delegado de Ebro, Pedro Calef (izquierda), y el presidente de EV Motors, Rafael Ruiz.
El consejero delegado de Ebro, Pedro Calef (izquierda), y el presidente de EV Motors, Rafael Ruiz.RAFA MARTIN
Manu Granda

Ebro aspira a convertirse en una gran marca de automoción en España”, asegura Rafael Ruiz, presidente de EV Motors, compañía que de la mano de la china Chery está reviviendo a una firma española extinta en 1987. “La idea surgió cuando se consolidó el proyecto de reindustrializar la fábrica de Zona Franca de Barcelona [la antigua Nissan, ahora llamada Ebro Factory]. En esta misma planta se producían vehículos Ebro hace más de 50 años y nos pareció que recuperar el nombre era una manera de cerrar un círculo, y de devolver la vida a una marca que aún se mantiene viva en el imaginario de muchos españoles. Representa valores con los que queremos reconectar”, añade el directivo a EL PAÍS.

Ebro volverá a rodar con el S700, un SUV cuya primera unidad está prevista que salga de la línea de ensamblaje de la Ebro Factory el 18 de noviembre. Lo hará gracias a Chery, que pondrá el elemento clave: su plataforma de producción de la que salen muchos de sus modelos para marcas como Omoda o Jaecoo, recientemente aterrizadas en el mercado español. Cabe resaltar que el Ebro S700, al igual que el S800 que llegará en diciembre, se harán en Barcelona en un formato conocido en la industria como DKD, lo que significa que el vehículo vendrá semiensamblado desde China, algo que se prevé que dure menos de un año. En 2025, después de verano, la compañía pronostica tener lista la línea de producción en Barcelona para producir en CKD, lo que supondrá que el coche venga totalmente desmontado del gigante asiático, por lo que la carga de trabajo para la planta catalana será mayor.

El objetivo de los sindicatos es conseguir que la producción, con el paso de los años, pase a ser completa en Barcelona, es decir, que en Cataluña también se moldee la chapa de los vehículos. “Eso dependerá de los volúmenes de venta de Ebro y Chery”, señala Joaquín Cano, representante de CGT en la planta barcelonesa, que matiza que dar un paso de estas características supondría una inversión muy importante para Chery. En la firma del acuerdo, el pasado 19 de abril, EV Motors y Chery se pusieron como objetivo hacer 150.000 coches al año en 2029 en Barcelona, aunque la factoría podría superar esa cifra y llegar a un máximo de 200.000.

“Nuestra asociación nos permite fusionar la rica herencia de Ebro con la avanzada tecnología y la experiencia de Chery en la producción de vehículos. Los modelos que llevaremos al mercado bajo la marca Ebro no solo comparten una base tecnológica; están diseñados y adaptados para reflejar nuestros valores de robustez, sostenibilidad y un enfoque centrado en el cliente”, añade Ruiz.

Pickup eléctrica de la marca Ebro., en una imagen cedida por la empresa.
Pickup eléctrica de la marca Ebro., en una imagen cedida por la empresa.

QEV, el socio que quedó en el camino

La alianza entre EV Motors y Chery se materializó después de más de un año de negociaciones en las que participó un tercero, QEV, quien llegó a liderar el proyecto para reindustrializar la antigua Nissan. Allá por febrero de 2023, QEV y BTech (EV Motors) formaban el conocido como D-Hub, una unión empresarial que ganó el concurso de licitación de la Zona Franca de Barcelona para quedarse con las instalaciones de la antigua Nissan. Sin embargo, el proyecto no tardó en hacer aguas por la falta de clientes para la marca de furgonetas y vehículos industriales de QEV, denominada Zeroid. QEV se salió definitivamente del proyecto de reindustrialización en marzo de este año para facilitar el acuerdo entre EV Motors y Chery, que la prefería fuera de la alianza. QEV, comandada por Joan Orús, llegó incluso a salir a Bolsa en octubre del año pasado en Ámsterdam con un valor de 221 millones, aunque ahora su futuro industrial es una incógnita.

La llegada de los chinos supuso un alivio para los extrabajadores de Nissan que llevaban desde finales de 2021 sin fabricar un solo vehículo en la planta barcelonesa, cuando salió la última pickup Navara de Nissan de sus líneas de montaje. Para relanzar Ebro ya se han hecho indefinidos a 500 empleados que se encontraban con contratos de formación en la Ebro Factory, a los que deberían de seguir con el paso del tiempo otros cientos más para llegar a los 1.250 puestos de trabajo prometidos en abril.

“La negociación con Chery la vivimos con mucha responsabilidad, pues siempre hemos sido muy conscientes de lo que podía significar el éxito o el fracaso de las conversaciones. La reindustrialización de una actividad de la dimensión de la que se llevaba a cabo en Zona Franca es algo único en la historia reciente de nuestro país. Con el esfuerzo de todos, lo hemos conseguido”, indica el presidente de EV Motors, que el pasado 14 de octubre tocó la campana en el parqué de Madrid en el estreno bursátil de la compañía en el BME Growth.

A diferencia de su antiguo socio, la empresa presidida por Ruiz tuvo un estreno eufórico entre los inversores, disparándose por encima del 20% en su primera jornada, una subida que con el paso de los días se fue desinflando hasta dejarlo en nada. La compañía busca con esta salida a Bolsa tener un mayor músculo financiero con el que apoyar su crecimiento. “El volumen de producción previsto para 2025 en la planta se situaría entre los 20.000 y los 30.000 vehículos, en función de la aceptación de los nuevos modelos Ebro en el mercado y la fecha de finalización de la nueva línea de ensamblaje CKD. En cualquier caso, nuestro mercado inicial es el español. Vamos paso a paso”, añade el empresario que piensa primero en pisar fuerte en España antes de lanzarse a otros países europeos. Cabe destacar que en la producción del año que viene previsiblemente no tendrá demasiado peso la marca Omoda de Chery, que retrasó el inicio de su producción española hasta después del verano de 2025.

“El consumidor español es particularmente abierto a marcas de automoción de diversa procedencia y solo hace falta comprobar el éxito de ventas que Omoda está ya cosechando en nuestro país para entender que España es un mercado muy atractivo”, destaca Ruiz. En este sentido, el Omoda 5, el único modelo de la compañía a la venta en España y que será el que se produzca en Barcelona el año que viene, ya cuenta con más de 5.000 ventas en el país.

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Sobre la firma

Manu Granda
Redactor de la sección de empresas especializado en el automóvil e industria pesada. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.
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