Cuando heredar una casa es un regalo envenenado
La existencia de deudas y el pago de impuestos obliga a miles de ciudadanos, sobre todo jóvenes de bajos ingresos, a rechazar el patrimonio testado
Un regalo envenenado. Así describen los expertos a las herencias que tienen más pasivos que activos. Este es el caso de Daniel González, de 45 años. Su abuela falleció hace un año y, según el testamento, la casa del pueblo le correspondía a sus nietos. Es decir, le tocaba una cuarta parte del piso. Sin embargo, cuando hicieron la tasación de la vivienda, se dieron cuenta de que el valor del activo era de apenas 80.000 euros. Además, la casa tenía cuentas pendientes porque no se habían pagado los impuestos, los servicios públicos ni la hipoteca en los últimos años. Las deudas ascendían a más de 100.000 euros, por lo que todos los nietos tomaron la decisión de rechazar la herencia. “Me dio pena renunciar a la casa, porque tenía recuerdos de infancia muy felices, pero no tenía cómo pagar”, asegura González, que trabaja en una inmobiliaria en Madrid y cobra al mes unos 1.250 euros.
Su caso es solo uno más entre las 56.108 personas que rechazaron la transmisión a la que tenían derecho el año pasado. En total, en el país se anotaron unas 354.250 adjudicaciones por título sucesorio, una leve caída del 0,7% respecto a 2022. Los españoles renunciaron durante el pasado año a más herencias que nunca, afianzando la tendencia registrada en los últimos ejercicios y anotando así un nuevo récord en la serie histórica, que actualiza desde hace más de un decenio el Consejo General del Notariado (CGN). El perfil del joven con un salario bajo es el que más difícil lo tiene a la hora de hacer frente al pago de los impuestos correspondientes y posibles deudas.
El abogado y socio en RSM, Guillermo Gastón de Iriarte, explica que, muchas veces, las herencias son un problema mucho más que una solución. “Las causas que hay detrás del fenómeno suelen apuntar principalmente a la existencia de deudas. Cuando se acepta una herencia se convierte todo en un patrimonio único y, si el legado también tiene deudas, hay que responder con los bienes propios, por lo que cada vez se renuncia más al legado de la familia en España”, asegura.
Para Gastón, una de las razones por las cuales el año pasado se renunció a más legados que nunca es que todavía se están resolviendo muchas herencias de los miles de fallecidos durante la pandemia de la covid-19.
A favor del Estado
El patrimonio de Antonio Luque, de 39 años, terminó en manos del Estado. Sus padres al fallecer le dejaron un piso a las afueras de Madrid valorado en 110.000 euros. Sin embargo, las deudas ascendían a 140.000 euros. Él solo ganaba 1.100 euros al mes y, aunque le hacía mucha ilusión tener el piso donde había crecido, tuvo que renunciar a la herencia. Los demás herederos también rechazaron el inmueble, por lo que el Estado terminó adquiriendo el activo.
Los españoles suelen rechazar sus herencias por las elevadas cantidades de deuda que esconden. En torno a esta situación, que se ha ido agravando, han nacido todo tipo de negocios para comprar, vender y encontrar herencias. Es el caso de la empresa de Juan Ignacio Diez, que se dedica a comprar herencias sin necesidad de llegar a un acuerdo con los dueños o herederos. “Nos dedicamos a evitar incómodas discusiones entre familiares y que la gente no tenga que hacer todos los procesos judiciales, que pueden ser muy largos. Nosotros les compramos la herencia en 72 horas”, asegura Diez, que estuvo acompañando a Luque en todo su proceso hasta que decidió renunciar a la herencia. “Nos llamó y dijo que iba a recibir una herencia. La sorpresa llegó cuando el valor de la deuda, por los embargos del piso, era mucho mayor que el valor del inmueble”, recuerda.
Otro tipo de negocio es el de la búsqueda de herederos. El despacho familiar Navarro y Navarro lleva desde 1970 dedicado a esta tarea. Guillermo Navarro, socio del despacho, explica que cada vez más inmobiliarias y comunidades de vecinos recurren a ellos para localizar herederos y así poder dar solución al patrimonio adquirido. “El miedo influye mucho a la hora de renunciar. A veces, las personas, con tal de no tener problemas, prefieren no ver siquiera el inventario de la herencia. Nuestro trabajo es hacerles ver que no es difícil. Nosotros hasta nos encargamos de pagar los impuestos”, dice. Gran parte de su negocio se basa en localizar al heredero del inmueble y hacerle entrega de la herencia que le corresponde, y cuya existencia muchas veces desconoce.
El inversor y letrado Alejandro Bancalero, que dirige Bancalero Abogados, explica que la ley no permite percibir solo una parte de la herencia y que esta debe aceptarse en su totalidad, lo que supone hacerse cargo de los compromisos económicos que dejó el fallecido en vida. “Hacienda obliga a pagar el impuesto de sucesiones solo con dinero y en un periodo máximo de seis meses”, apunta.
Otras causas menores para el rechazo del patrimonio son las fiscales o, simplemente, las meramente personales. “Estas razones salen a la luz en aquellas situaciones en las que los herederos reconocen no tener una relación con el fallecido o problemas con los otros herederos”, asegura Navarro, especialista en pescar en el río de las herencias.
Según los expertos, las renuncias se acrecientan en momentos de crisis o dificultades económicas. La pandemia primero y el alza de la inflación después hacen prever que la tendencia crecerá en 2025.
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