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Sector inmobiliario
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La cultura de la rehabilitación de viviendas en España

Es hora de movilizar a todos los agentes públicos y privados para abordar la renovación del parque inmobiliario

vivienda
Panorámica del centro de Madrid.Samuel Sánchez

¿Es un espejismo lo que los datos sobre rehabilitación indican con la entrada del verano? Seamos prudentes porque la construcción no es un sector cualquiera: mueve más del 10% del PIB, genera decenas de miles de puestos de trabajo al año, cuenta con el primer y hasta ahora único plan de pensiones a nivel sectorial para un millón de trabajadores y 400.000 autónomos. Un sector que, por su relevancia para la construcción del futuro común, se encuentra en el corazón del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR): siete de cada 10 euros en España procedentes de los fondos NextGenerationEU van a estar canalizados directa o indirectamente por la construcción.

En el periodo que va entre enero y abril de este año, los visados crecen respecto al mismo periodo del año pasado un 13%. Y hay un segundo dato llamativo: el presupuesto de obra ha crecido un 43% en residencial y un 25,4% en terciario.

Desde la Asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación (Andimac) llevamos años advirtiendo del envejecimiento acelerado del parque existente y de los problemas energéticos o de seguridad subyacentes. Así, el 83% de las viviendas del país tienen un problema notorio de eficiencia energética, pero también de accesibilidad, aislamiento acústico, ahorros de agua, climatización o conservación.

La reforma y la rehabilitación han presentado un gran quebradero de cabeza para el sector porque, a pesar de ser un elemento central y prioritario en el PRTR, la meta que se propuso el Gobierno (haber rehabilitado medio millón de hogares para agosto de 2026) se convirtió en imposible a medida que se han ido canalizando los fondos NextGenerationEU.

El calado de las operaciones en 2023 es un buen ejemplo: tendrían que haberse alcanzado las 72.000 viviendas rehabilitadas y finalmente este número de visados de rehabilitación se quedó en 22.328 viviendas. Por debajo incluso de las 30.000 que se alcanzaban antes de la pandemia y con un descenso del 8,6% respecto a un 2022 donde los visados ya cayeron un 11,6%. Todo ello hacía sembrar las alarmas respecto a la posibilidad de cumplirse los objetivos. No por falta de demanda, sino por las capas y procesos administrativos no preparados para gestionar con celeridad este shock de oferta. Siempre hemos dicho que si hay que elegir entre velocidad y rigor en los resultados finales, debe guiar el rigor.

¿Y si algo está cambiando? Uno de los objetivos de la Comisión Europea pasaba por impulsar una verdadera y auténtica cultura abierta de la rehabilitación para reforzar los compromisos de la neutralidad climática y la descarbonización en 2050. Un compromiso que no se puede lograr sin actuar sobre el parque edificado, responsable del 36% de las emisiones.

Pero, además, las viviendas son el principal ahorro de las familias en España. Y los edificios envejecen porque los materiales están vivos. En este proceso de vida útil, si no se mantienen de forma adecuada, la degradación crece, los riesgos prestacionales y estructurales se incrementan y, en el horizonte, se atisba la amenaza que supone el empobrecimiento de las familias. En especial para viviendas de edificios levantados en los años del desarrollismo. Y es que más de 7 millones de viviendas durante la próxima década cumplirán 70, 80 y 90 años. Son edades desafiantes que necesitamos abordar con una cultura de la rehabilitación urgente. Cuando el problema llame a la puerta será irresoluble. Sólo la prevención cabe en este escenario en el que ya hoy existen serios problemas de crecimiento por la imposibilidad de atraer al sector capacidad de instalación cualificada.

Recordemos un dato al que hemos recurrido recientemente en Andimac y recogido por el Observatorio 360: en España sólo se inician la mitad de las viviendas que los hogares que se forman. Entre enero de 2021 y enero de 2024 la evolución de los hogares en España creció en 805.256 unidades. En esos tres años, la vivienda iniciada fue de 403.230 unidades. Por tanto, hay una diferencia de 402.026 unidades entre los hogares creados y la vivienda nueva en favor de los primeros, un dato que ayuda a entender por qué la vivienda responde en primer lugar a un problema de oferta.

Todos deseamos que los datos de estos primeros meses de 2024 se consoliden y marquen un punto de inflexión en el sector. Es hora de movilizar a todos los agentes públicos y privados para abordar el objetivo con éxito. Un cambio que tiene que darse a la vuelta del verano, en otoño, y que no admite más demora.

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