Así son los crecientes negocios de la otra familia de Amancio Ortega

A Josefa Ortega Gaona (Busdongo de Arbás, León, 89 años), la hermana del fundador de Inditex, le pusieron el nombre por su madre, aunque en la familia la llaman Pepita. Apenas se han publicado fotos de ella o de los dos hijos, Miguel y María José, que tuvo con Miguel Jove, ya fallecido —no confundir con otra saga gallega de fama empresarial, descendientes de Manuel Jove (Fadesa)—. Consejera de Inditex hasta el 2002, Pepita encabeza una de las ramas familiares más desconocidas del imperio Zara, y como todo lo que rodea al grupo, su patrimonio presenta cifras extraordinarias.

Siguiendo el consejo de un histórico de la casa para gestionar sus bienes, José María Castellano (ahora presidente de Greenalia), Ortega ha desarrollado un destacado conglomerado empresarial encabezado por dos sociedades, Incio inversiones y Riocaldo, en las que también están sus herederos. La fortuna de la hermana de Amancio tiene su origen en el paquete del 0,55% que tenía en la multinacional de Arteixo y que, por pequeño que pueda parecer, a día de hoy posee un valor de 583 millones de euros, aunque por los registros públicos es difícil saber si sigue manteniendo la posición. Prudente e igual de austera que el resto de la familia, Forbes le asignaba el año pasado el puesto 27 entre las mujeres más acaudaladas del país. Es, también, la única hermana viva del fundador de Inditex (Antonio, el mayor, falleció en el 1987 y Pilar, en 1996). Como el resto del clan excepto Pilar, Josefa desarrolló casi toda su carrera en la firma textil, en el departamento de viajes, mientras su esposo lo hacía en el departamento de personal. María José Jove, su hija mayor, fue profesora de castellano en el Instituto de Mugardos (A Coruña) y se casó con José Manuel Romay de la Colina, el hijo del exministro José Manuel Romay Beccaría, que, a su vez, administró filiales de Inditex en Holanda.

Su otro hijo, Miguel, un hombre trabajador y cordial, según personas cercanas (este diario intentó ponerse en contacto con él o con su hermana sin éxito), tomó un camino similar al de sus padres al hacer carrera en Inditex, en el departamento comercial. Casado, muy aficionado al deporte de la escalada, sin ningún interés en presumir de apellidos, el sobrino de Amancio Ortega pasará el próximo 13 de noviembre a formar parte del consejo de Altia, la empresa tecnológica gallega que cotiza en el BME Growth, propiedad del expresidente del Deportivo de A Coruña Constantino Fernández.

“Sus inversiones tienen una estructura similar a la de Sandra Ortega, con una división financiera y otra más inmobiliaria”, observa una persona que ha seguido de cerca los negocios de la familia. Con unos activos valorados en 120 millones, desde Incio adquieren participaciones en sectores variados: tienen, por ejemplo, una sociedad al 50% con José María Castellano (que lleva su hijo Pablo) dedicada al sector inmobiliario y que opera fundamentalmente en el mercado francés. Participan en Kibus, una start-up gallega que sirve a domicilio productos frescos del mercado; o en la citada Altia, donde su 5,6% adquirido hace cinco meses está valorado en 15 millones. También cuentan con una constructora, Tustin Base, y varias promotoras de viviendas de lujo centradas en el área de A Coruña.

“Amancio es un líder familiar, y sus decisiones son muy seguidas por el resto”, valora un empresario cercano que también pide anonimato. Cree que la dinastía Ortega Gaona ha aprendido de los errores del fundador de Inditex. “Hace 30 años, se metió en inversiones fallidas y aprendió que es fundamental tener cierto conocimiento para asumir el riesgo. Y él sabe de textil, no de otras áreas. Ese análisis de humildad le llevó a probar opciones con bajo riesgo, donde no es imprescindible ser un experto, y en esa línea han seguido sus sobrinos”.

La iniciativa de entrar en Altia de los Jove-Ortega el pasado mes de mayo formaría parte de esta estrategia: “Es una empresa muy solvente, con una trayectoria espectacular y poco free float. Los hermanos Jove saben que no van a tener problemas ahí, porque acabará llegando al mercado continuo”. También puede que haya cierto efecto llamada: dada la trayectoria familiar, las pistas que dan las participaciones de la familia Ortega pueden ser seguidas por más inversores haciendo que aumente el precio de los activos. Desde que se convirtieron en los terceros accionistas de Altia comprando el paquete del empresario indio Ram Bhavnani, su participación se ha revalorizado un 40%.

Litigio fiscal

La otra pata del conglomerado de los sobrinos de Amancio Ortega está en la sociedad Riocaldo. Esta sí, es una empresa pensada para recibir dividendos recurrentes, ya que, con 82 millones en activos, se dedica a alquilar locales comerciales, oficinas y edificios, como uno en la céntrica calle de Santa Catalina coruñesa.

El hecho de que la fortuna de los fundadores de Inditex haya generado rentas para las siguientes generaciones familiares no quita, sin embargo, que sean personas ahorradoras y que defiendan hasta el último euro de su patrimonio. El diario Economía Digital Galicia destapó a finales del año pasado un litigio de la familia contra la Consellería de Facenda gallega por la herencia del marido de Josefa, Miguel Jove.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia estimó en parte un recurso de la familia, que no estaba de acuerdo con las liquidaciones en el Impuesto de Sucesiones que pretendía imponer la Xunta, lo que hizo aflorar información sobre su participación en sociedades y fondos de inversión, como BBVA México y BBVA Elcano Empresarial. La sentencia también abordaba el tratamiento fiscal de otras sociedades con presencia de la familia, como QMC Development Capital Fund PLC y EQMC Europe Development Capital Fund, instituciones de inversión colectiva. La segunda, gestionada por Alantra, está domiciliada en Irlanda y se dedica a conseguir plusvalías mediante la compra de acciones cotizadas en Europa de mediana capitalización.

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