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Cottet, la óptica centenaria que pelea contra las grandes cadenas

La marca de gafas cerró 2022 con ventas de 21,8 millones y quiere impulsar su crecimiento con más tiendas propias y franquicias

Javier Cottet, presidente, en una de sus tiendas.
Javier Cottet, presidente, en una de sus tiendas.

El pasado 2022, Cottet, empresa del sector de óptica y audiología, cumplió 120 años. Una larga historia en la que la empresa catalana de origen francés ha vivido momentos de éxito y también de sombras. Ahora, quiere retomar proyectos para crecer y recuperar un protagonismo perdido, sobre todo desde la llegada de los grandes operadores internacionales de óptica. Según el último Observatorio Sectorial DBK de Informa sobre este sector en el mercado ibérico, los principales operadores son europeos o norteamericanos. “En los últimos años el sector ha vivido una revolución, ha habido mucho ruido. Los nuevos actores han provocado una guerra salvaje de precios y una lucha por las licencias de grandes marcas como Chanel o Prada. Y en ese pulso nosotros no hemos entrado”, asegura Javier Cottet, presidente de la compañía que fundó su bisabuelo en 1902, tras abrir una primera tienda en Barcelona.

Empresa familiar con la cuarta generación en su consejo directivo, actualmente son los cuatro hermanos Cottet los que se reparten el accionariado, a partes iguales, tras la muerte de su padre en 2018. Un momento en el que la empresa se planteó la continuidad o la venta. “Creo que acertamos con la decisión de seguir adelante, pero vimos la necesidad de renovar la cúpula directiva para dar un nuevo aire a la compañía. Salieron 10 personas y fue un momento duro”, explica.

Una situación difícil como la que vivieron en 2014, cuando vendieron sus 10 tiendas de gafas de sol, Sunglass Hut, ubicadas en aeropuertos, al gigante italiano Luxottica, por cinco millones de euros. “El 87% de las marcas que vendíamos en ellas eran de Luxottica y la cuestión que se planteó era: o les vendíamos las tiendas o abrían sus propios establecimientos. Decidimos vender y, aunque nos pareció una mala elección, es verdad que después, con la pandemia y con el cambio de cánones de Aena, nos ha favorecido”, explica Cottet. Al año siguiente, la firma catalana también pasó por una situación delicada cuando tuvieron que desprenderse de Indo, una empresa fundada por el abuelo de los Cottet, que había salido a Bolsa en 1987. Tras entrar en concurso de acreedores, pasó a manos de Sherpa, un fondo de inversión español, por solo un euro. “No supimos gestionar la crisis de 2008: superar la caída de ventas, refinanciar la compañía… Habíamos hecho una ampliación de capital de 18 millones de euros y aun así teníamos muchos problemas. Cottet necesitaba un cambio al que no podíamos hacer frente”, cuenta el directivo.

En 2020, a la familia fundadora le tocó de nuevo vender una parte del negocio. En esta ocasión fueron sus 15 tiendas de audiología, una diversificación que había empezado en 2009 y que suponía el 20% de su facturación. “Las habíamos montado con Demant, un socio danés, líder en este sector. El plan de negocio marcaba la apertura de 50 establecimientos, pero estábamos en plena pandemia y la caída de facturación era muy grande. Ellos querían inversión, son una multinacional, y nosotros no nos veíamos capaces”. Aun así siguen contando con Demant como proveedor, porque no abandonaron el sector de la audiología, que ahora comparte espacio en las ópticas.

Con 240 empleados, 34 tiendas propias y tres franquicias repartidas entre Madrid, Cataluña, Valencia, Palma de Mallorca y Andorra y una cuota de mercado del 1%, su facturación en los últimos años ha rondado los 20 millones de euros, salvo en 2020, cuando bajó un 30% y se situó en algo más de 16 millones. En 2022 cerraron con unos ingresos de unos 21,18 millones, frente a los 20,1 millones de 2021, ejercicio en el que el margen operativo se situó en el 10%. “Nuestras previsiones apuntan a mantener el beneficio y a subir la facturación entre un 5% y un 10% en los próximos años”, augura el presidente.

La mejora de los resultados pasa por crecer con los planes que tuvieron que hibernar durante la pandemia, como la compra de establecimientos a pequeños empresarios de óptica; convertir su marca en uno de los ejes de su facturación —con la apertura de tiendas propias— y, sobre todo, con el impulso de la franquicia. “Creemos que es el momento. Nuestra idea es tener 10 franquicias en 2025″. Unas tiendas que aterrizarán en España, Portugal o México. “Estamos en conversaciones con socios de estos países, aunque también nos gustaría estar en Chile o Perú. Latinoamérica es un mercado natural para nosotros, pero a largo plazo”.

La apuesta por las franquicias no elimina la estrategia de crecer mediante tiendas propias para llegar a todo el territorio nacional, hasta contabilizar unos 50 establecimientos, “y así recuperar parte de las 25 tiendas que perdimos entre 2014 y 2020″, comenta el directivo.

Pinchazo digital

Otro de sus ejes básicos es potenciar su marca propia de gafas, que acapara el 48% de las ventas, y que, a partir de ahora, ocupará la mayoría de sus estantes, aunque dejará espacio “para novedades ajenas que aporten calidad”, explica Cottet. Sus tres enseñas: Cottet Barcelona, la de mayor venta, con gafas de sol y graduadas de gama media; Lunettier, de gama más alta, y Urban, una línea más sencilla de lentes de sol y graduadas para adultos y niños, también llegarán al canal multimarca, en principio, en el último cuatrimestre de 2023. “Es una buena vía de negocio para la que priorizamos el mercado internacional, pero no descartamos el mercado nacional si vemos interés”, asegura.

Si el crecimiento orgánico es uno de sus pilares, tampoco dese­chan el inorgánico. Han adquirido dos centros en Vilanova i la Geltrú y otro en Sitges, sin hacer pública la cifra de compra. “De todas formas, es difícil crecer así. Las expectativas de precios de los empresarios de otras firmas para vender son muy altas y están lejos de las nuestras. Pagar 40.000 euros al mes por una tienda en la calle de Serrano de Madrid, es inviable”, ejemplifica. Vías de crecimiento que, de momento, no incluyen la venta online, en marcha desde 2010. “Funciona bien como canal de comunicación con los clientes, pero solo aporta entre un 1% y un 2% de los ingresos, sobre todo, a través de la venta de lentes de contacto. Crecerá seguro, pero no por ahora. En internet se buscan, en general, gafas muy baratas y nosotros no podemos vender a pérdidas”, concluye el presidente.

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