Las chimeneas viven su momento más caliente
La demanda de estufas de leña se ha disparado por el miedo a los precios del gas y la luz, aunque su instalación en pisos es más compleja
El miedo a la factura energética y la búsqueda del combustible más económico para este invierno explican el sustancial aumento en la compra de chimeneas de leña. “La demanda crecerá en torno al 40% este año con respecto a 2021. Solo en los meses de septiembre y octubre las compras se han doblado con respecto a un año normal”, según la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFECC).
Este año han dejado de ser un mero elemento decorativo para convertirse en la opción más accesible y barata para calentar la casa, puesto que permite ahorrar en la factura en torno a un 75% con respecto a los equipos eléctricos o de combustión. “El incremento de la demanda es un reflejo del comportamiento de los españoles frente al aumento del precio del gas y la electricidad y el temor de perder el confort en su vivienda durante los meses más fríos del año debido a la crisis energética que estamos atravesando”, señalan en Habitissimo. En esta plataforma de obras y reformas han registrado un aumento en la solicitud de instalación de chimeneas desde el mes de julio, con un crecimiento interanual del 49,2%. En los centros de Leroy Merlin aseguran que la demanda de estufas de leña ha crecido un 55% desde septiembre respecto al mismo periodo del año pasado.
El bum no se ha dado solo en España. “En el resto de países europeos han crecido las ventas por el temor al desabastecimiento en el suministro de gas”, cuenta Carlos Oliván, presidente de la AEFECC.
La madera también se ha encarecido, aunque no más del 20% este año, según la asociación. En cualquier caso, nada comparable a la escalada en los precios del gas, la luz o incluso el pellet —este último es un 67% más caro que el año pasado—, registra la OCU. “El kilo de leña estaba el año pasado en los 17 o 18 céntimos de euro y ahora se vende a 21 céntimos aproximadamente, según la zona geográfica”, comenta Oliván. Además, el IVA ha bajado del 21% al 5%.
Otra cuestión importante de cara al ahorro es que desde el 1 de enero de 2022 todas las nuevas chimeneas fabricadas deben ser cerradas para mejorar su rendimiento energético por mandato de la nueva directiva europea de Ecodiseño. Que estén acristaladas garantiza “una eficiencia en torno al 80%”, señalan en Focus, compañía de origen francés y fabricante de las icónicas estufas suspendidas y pivotantes de 360 grados. Además, su uso y manipulación es más seguro y se trata de evitar la emisión excesiva de gases contaminantes.
Según la superficie que se quiera calentar y el tamaño del aparato, la chimenea puede ser un sistema de calefacción único o de apoyo a otro principal (gas, eléctrico…), es decir, que ayude a aumentar la temperatura y el confort de la casa sin tocar el termostato y ahorrando dinero. “Es importante elegir una ubicación que facilite que el calor pueda repartirse de la manera más uniforme posible por la estancia”, indican en Habitissimo. Y cada vez son más demandados los sistemas combinados, de forma que el calor generado por la estufa de leña se distribuye por toda la vivienda a través del circuito de radiadores o del suelo radiante. Sea independiente o mixta, hay que tener en cuenta que una chimenea de leña es más incómoda que la calefacción de gas o la eléctrica al requerir comprar los troncos, almacenarlos, limpiar la estufa, aunque al menos este año el ahorro económico parece compensar.
El principal cliente de estos equipos siguen siendo los dueños de casas unifamiliares, cuenta Oliván. La instalación en pisos está mucho más limitada por las ordenanzas urbanísticas municipales, por unos estrictos requisitos constructivos y por el acuerdo de los vecinos. Las chimeneas de leña, cuyos precios parten de los 600 euros y pueden llegar a varios miles de euros, necesitan salida de evacuación de humos y eso complica su colocación si el edificio no cuenta con una preinstalación. “La normativa establece que, para limitar el riesgo de contaminación del aire interior de los edificios y del entorno exterior en fachadas y patios, la evacuación de humos se debe realizar por la cubierta del edificio. Además, cada aparato deberá disponer de su propia chimenea de humos. Si se conectasen varios aparatos a un mismo conducto, se podrían producir revocos, con el alto riesgo de intoxicación que ello supone”, explica el responsable de calefacción de Leroy Merlin, Ramón Egaña.
Así pues, “subir el conducto por el exterior del bloque es un reto, ya que no todo el mundo acepta que una tubería atraviese su pared, por lo que hay que consultar previamente”, recuerdan en ProntoPro, plataforma para encontrar profesionales y presupuestos. Se podría intentar subir el tubo por el patio de luces del edificio o la fachada trasera, pero para eso se requiere pedir permiso a la comunidad. “Si solo lo solicita un vecino, necesita una mayoría de tres quintas partes en asamblea y, si no asiste ese número de vecinos, el acuerdo es imposible de lograrse”, indica Peio Mendia, tesorero del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España, que insiste en que no se puede sacar la salida de humos a la fachada.
Estos requisitos hacen que la instalación de equipos de leña sea más común en chalés, áticos y dúplex, donde el acceso a la cubierta es más sencillo. “Lo ideal son las últimas plantas, estancias bajocubierta y con una cámara de aire en medio”, dicen en Habitissimo. “Los apartamentos de los pisos superiores tienen facilidades, mientras que para los que viven en los pisos inferiores la situación es diferente porque es necesario hacer pasar la salida de humos por el conducto centralizado de la comunidad de propietarios”, añaden en ProntoPro.
Llamas holográficas
Para pisos hay otras estufas más sencillas de instalar, aunque son más caras o decorativas. Las chimeneas de gas también necesitan una salida de evacuación de humos, pero el tiro es menor y es suficiente con la instalación de un tubo galvanizado que, en determinadas circunstancias, podría ir por el exterior. Las llamas, aunque reales, son estáticas, aunque hay modelos que incluyen unos ventiladores que mueven las llamas. También necesita salida de humos la estufa de pellet (pequeñas piezas prensadas de serrín), y aunque su precio ha subido, la biomasa sigue siendo una opción económica para calentar la casa.
Las eléctricas son calefacciones de apoyo que no necesitan obra, puesto que no emiten gases, humo ni vapor de agua. “Son sobre todo decorativas, aunque sirven como fuente de calor. Su mayor inconveniente es su consumo, entre 1.000 y 2.000 vatios de potencia, lo que significa un alto consumo de electricidad”, afirman en Habitissimo.
Dentro de esta categoría están los modelos eléctricos que ofrecen un fuego digital, troncos de cerámica y el sonido del crepitar de la leña. Se trata de una pantalla holográfica que ofrece un fuego de gran realismo, pero que no calienta y es puramente decorativo. “El modelo holográfico Ergofocus Holographik está pensado para apartamentos y pisos nuevos o reformados recientemente, espacios donde se consume cada vez menos energía y ya no se necesitan soluciones de calefacción tan exigentes”, indican en Focus.
La chimenea de bioetanol no expulsa gases ni olores y tampoco necesita salida de humos. Tiene un rendimiento energético del 100%, ya que al no tener tiro, todo el calor generado se queda en la estancia.
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