Las Bolsas y la ‘Quinta’ de Chaikovski
A pesar del abaratamiento de las valoraciones, los resultados empresariales todavía no recogen los efectos de la desaceleración económica
La Quinta sinfonía de Chaikovski, escrita a estas mismas alturas del verano de 1888, es conocida porque representa la resignación total frente al destino, un sentimiento bastante parecido al que los inversores estamos experimentando en este tortuoso ejercicio.
Los últimos meses han sido terribles: hemos vivido el peor arranque del año de las Bolsas desde 1970 y los bonos del Tesoro se dejan un 9,2%.
El ciclo avanza con muchísima rapidez y los bancos centrales se afanan en endurecer las condiciones financieras, subiendo los tipos de interés a toda costa, para sofocar una inflación no vista desde hace 40 años. En sus mensajes ya reconocen que su precipitación causará un brusco freno al crecimiento y que la recesión es un escenario cada vez más probable.
Esta situación ha propiciado una importante contracción de las valoraciones. En los últimos 6 meses, la ratio PER a 12 meses del S&P 500 ha cedido un 25%, corrigiendo hasta 15,8 veces beneficios —un descuento del 5,3% frente a su media histórica—. Mientras, el PER europeo se sitúa en 11,7 veces, un 17,6% inferior a su promedio de largo plazo. ¿Marcan estos precios un claro suelo para las Bolsas? No necesariamente.
El martes comenzarán a publicarse los resultados empresariales en EE UU y resulta sorprendente su resiliencia. A pesar de la que está cayendo, el consenso del mercado espera un crecimiento trimestral de beneficios para el S&P 500 del 5,6% y un 11% para el total del año. En Europa, que está sometida al gas ruso, las estimaciones son incluso más altas: un 19,2% para el segundo trimestre y un 15% acumulado en 2022. Además, a pesar de las subidas de los precios industriales de comienzos de año, se estima que un 71% de las compañías del S&P 500 y el 64% de los europeas mejorarán sus márgenes de beneficios frente a 2021.
Nos adentramos en un momento similar al que se produce al final del segundo movimiento de la Quinta sinfonía, cuando se inicia un diminuendo conclusivo: aunque la situación actual de hogares y empresas nos hace pensar que ni mucho menos nos enfrentaremos a una recesión tan dura como la de 2000 o 2008, no ha habido recesión en la historia, por más técnica que haya sido, en la que los beneficios hayan dejado de contraerse —desde los años cincuenta han sufrido una rebaja promedio del 18,4%—.
Los rebotes de las Bolsas de esta semana suenan a la coda final de nuestra sinfonía, en la que, entre trompetas, trompas y trombones, se expresa la victoria de la fe que salva al protagonista de su destino. Pero en el fondo se trata de un cierto espejismo, ya que Chaikovski realmente no resolvió el entuerto de su protagonista hasta que escribió su última sinfonía, la nº 6. De la misma forma, la valoración actual de la Bolsa bien podría ser una ilusión. Los mercados bajistas suelen tardar un promedio de 14 meses en alcanzar sus mínimos, situación que aconseja permanecer cautos de cara a los resultados empresariales.
Joan Bonet i Majó es director de estrategia de mercados en Banca March.
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