Ferrari corre hacia un mundo más verde y caro

El nuevo piloto de Ferrari está pisando el acelerador a fondo. El consejero delegado, Benedetto Vigna, se comprometió el jueves a impulsar los ingresos del fabricante de coches deportivos de lujo hasta los 6.700 millones de euros en 2026 y casi duplicar el beneficio bruto de explotación o ebitda. Esto será necesario para financiar la inversión en vehículos eléctricos, donde el Cavallino Rampante necesita recuperar el terreno perdido. El éxito dependerá probablemente de convencer a la exclusiva clientela de millonarios de Ferrari para que paguen precios aún más altos que los actuales.

El nuevo plan de negocio de Vigna promete conducir a Ferrari, valorada en 33.000 millones de euros, hacia un mundo más ecológico durante la próxima década. La empresa italiana de 75 años, que ha construido su fortuna sobre el rugido de sus motores de combustión de alto rendimiento, no presentará su primer modelo totalmente electrificado hasta 2025, mucho más tarde que rivales como Porsche. Para llegar hasta allí, Vigna planea invertir unos 4.400 millones de euros hasta 2026, más que los 3.600 millones de euros gastados con el plan de su predecesor, Louis Camilleri. Vigna también está construyendo una nueva planta en Maranello para diseñar y ensamblar motores eléctricos.

Sin embargo, la financiación de esta transición ecológica seguirá requiriendo algunos coches contaminantes por el camino. En 2026, los coches eléctricos solo representarán el 5% de los productos de Ferrari, según Vigna, antes de llegar al 40% en 2030. El éxito de sus otros modelos, incluido el SUV Purosangue, será clave para aumentar los ingresos a la tasa anual compuesta del 9% que Vigna se ha marcado como objetivo.

Eso probablemente signifique precios más altos. Ferrari obtuvo una media de 320.000 euros de ingresos por coche en 2021, cuando vendió algo más de 11.000 vehículos, según cálculos de Breakingviews. El nuevo plan de Vigna implica que las ventas de vehículos aumentarán en 2.000 millones de euros hasta unos 5.400 millones en 2026, mientras que el resto provendrá del patrocinio y la venta de motores. Si Vigna eleva la producción anual a 13.500 coches, tendrá que cobrar una media de 400.000 euros por coche, un aumento del 25%.

Esta subida parece difícil de digerir, sobre todo en una época de tipos de interés más altos y de caída de las Bolsas. Sin embargo, si Vigna puede vender 500 supercoches, de esos que pueden costar dos millones de euros cada uno, le bastaría con vender otros 12.000 coches al año, a solo 367.000 euros cada uno, para alcanzar los 5.400 millones de euros en ventas de vehículos. Y Ferrari sigue atendiendo solo al 0,3% de los 26 millones de clientes ultrarricos de todo el mundo. Mientras estén contentos de seguir pagando por sus tragagasolinas, el giro verde de Vigna parece factible.

PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS