Oli & Carol: cómo dos veinteañeras facturan casi tres millones de euros con mordedores para bebés hipsters
Olimpia y Carolina Román apuestan por utensilios para recién nacidos sostenibles y de diseño
Olimpia y Carolina Román, las fundadoras de Oli & Carol, tienen genética emprendedora y desde muy jóvenes barajaron la idea de montar su propia empresa, pero sin un producto en mente. “No era tanto el qué, sino el cómo. Teníamos claro que debía ser algo ecológico, sostenible y de diseño”, apunta Olimpia Román. Hace siete años, y con solo 21, Olimpia, y 16, Carolina, encontraron la oportunidad al toparse con un producto que les sorprendió, un caucho sostenible, 100% natural, que se extrae del árbol Hevea, originario de Malasia. Un material con muchas posibilidades, entre ellas, la de hacer juguetes para bebés como mordedores, o para el baño. “Vimos que era posible dar una vuelta a lo que había ya en el mercado. Además, conectamos con un distribuidor francés al que le gustó la idea y que nos financió la salida al mercado”, apunta. Una financiación que también apoyó el proveedor del producto y que supuso una inversión cero para las hermanas Román.
Con formación en comercio, comunicación y márketing, sus primeros diseños dibujados sobre papel y recreados con plastilina dieron paso a un equipo de 15 personas y a los actuales prototipos impresos en 3D que envían a una fábrica en China, en la que desarrollan sus modelos “de forma artesanal”, apostillan. Distintas colecciones de juguetes para el baño y mordedores con distintas formas, entre los que la línea que simula frutas y verduras se ha convertido en la referencia de la marca y, por ahora, en la predilecta de sus clientes.
Ventas internacionales
No fue el mercado nacional el primer destino de sus ventas, sino el internacional. En países como Francia y Estados Unidos encontraron una clientela de “padres hipsters”, según cuentan, que se entusiasmaron con los juguetes, realizados con materiales sostenibles y pintados con tintes naturales, con un diseño distinto a los tradicionales de silicona o plástico.
Sus 90 referencias han llegado a 85 países, con España en el tercer puesto en ventas, después de Estados Unidos y Francia. Entre los más de 3.500 establecimientos en los que se encuentran sus productos está la histórica librería neoyorquina Barnes & Noble, fundada en 1886. “Solo vendemos tres referencias, pero estamos en 500 tiendas de esta cadena, lo que supone una gran repercusión”, apuntan las fundadoras.
Unas ventas internacionales que también se han encontrado cara a cara con la invasión de Ucrania. “Justo antes de que empezara la guerra mandamos un pedido a Rusia, un mercado que junto con el ucranio son muy importantes. Ahora ambos están parados”, comenta la pequeña de las hermanas Román.
En cuanto a su forma de distribución, y en contra de lo cada vez más habitual, el digital no es su principal canal. “No lo fue ni al principio. Siempre nos apoyamos en distribuidores locales, lo que nos hizo crecer muy rápido. De hecho, el 90% de las ventas se hacen en tiendas físicas”, asegura Olimpia Román. Gracias a ello facturaron 2,8 millones de euros en 2021, con un crecimiento del 58% respecto a 2020. Sus previsiones apuntan a crecer un 50% en 2022, sin plantearse rondas de financiación, y manteniéndose con beneficios. “Ni las hemos hecho, ni las contemplamos”, afirman.
La buena marcha de la empresa las ha animado a plantearse nuevos destinos, como Japón, Corea, Emiratos Árabes o Latinoamérica. Entre sus últimos lanzamientos hay una línea de manualidades, “que promueve las habilidades en los niños y los aleja de las pantallas” y otra de textiles (libros, cojines, colgantes, alfombras…) que fabrican en India, en la factoría que Lorena Canals, su madre y emprendedora del sector textil, tiene en este país con más de 150 artesanos.
Una apuesta que mantendrán durante este año y el siguiente con la presentación de nuevas referencias, siempre dentro del sector del juguete infantil, y sin salirse de su filosofía “de vender más que un producto”, señalan. También tienen una parte social: han colaborado con entidades como Oceana en limpieza de playas o con Juan Carlos Unzúe, exfutbolista y exentrenador, afectado por ELA, en apoyo a la lucha contra esta enfermedad. “El 2% de las ventas ha ido a proyectos solidarios”, señalan.
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