Natalia Bayona: “El turismo tiene que ser una política de Estado, e invertir en educación es imprescindible”
La directora ejecutiva de la Organización Mundial del Turismo reflexiona sobre el papel de la educación en el sector y presenta el futuro grado de la OMT en turismo internacional sostenible
Para Natalia Bayona (Bucaramanga, Colombia, 1985) el compromiso con la educación se antoja inquebrantable, y desde su nuevo puesto hace suya la imperiosa necesidad de avanzar en la formación y profesionalización de quienes trabajan en la industria turística. La colombiana es la primera mujer menor de 40 años en ser nombrada directora ejecutiva de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el organismo de Naciones Unidas dedicado a la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible. “El turismo es el sector más humano de todos; es el que mayor número de mujeres y de jóvenes emplea. Y, sin embargo, el 50 % de los jóvenes que trabajan en este campo solo tienen educación secundaria”, sostiene por videoconferencia.
Por primera vez en la historia de la organización la OMT se embarca, de la mano de la Universidad de Lucerne (Suiza), en la creación de un grado universitario en turismo internacional sostenible, que verá la luz a partir del curso 2024-2025. Una titulación a tres bandas (Madrid, Lucerna y online) que se convertirá en la punta de lanza de sus esfuerzos por revalorizar una educación “accesible, asequible y de calidad” capaz de afrontar unos retos turísticos fuertemente entroncados con los valores de la ONU y la Agenda 2030.
Pregunta. ¿Por qué es importante la educación en turismo sostenible?
Respuesta. El turismo tiene hoy en día un reto muy importante, que es el de ayudar a que la fuerza laboral sea más potente y más profesionalizada. La mitad de los jóvenes en el sector turístico solo tienen secundaria, y si miras sus deseos, el 50 % desean en algún momento de su vida ser emprendedores. Por eso necesitan formarse. Pero es que, además, el turismo es uno de los grandes polos de desarrollo económico para los países. Lo ves en España, donde el 12 % del PIB viene del turismo; en Francia, que es la nación más turística; en Estados Unidos, que ocupa el tercer lugar. Y, a pesar de ello, los jóvenes no tienen necesariamente la educación que necesitan, ni los currículos están adecuados a los retos actuales.
P. La educación, claro, es uno de esos ellos.
R. Desde luego, porque, para empezar, el 80 % de los currículos y de los programas que se promueven en turismo están enfocados en una sola rama, la hotelería, cuando en realidad recoge a más de 100 subsectores de la economía. ¡Hay que diversificar! A medio plazo, vamos a tener un reto muy grande para contratar a gente con otros perfiles, que puedan hablar de administración, destinos turísticos, innovación y tecnología, políticas públicas, transporte, agencias de viajes u hostelería, por ejemplo.
Pero es que, además, hoy el turismo necesita líderes que tengan la capacidad de trabajar en equipo y bajo presión, que tengan habilidades comunicativas y tecnológicas, que sean resilientes... Mira lo que sucedió con la covid: el turismo fue el único sector que cayó un 74 %. Y tampoco se puede seguir importando talento de otros sectores de la economía; hay que crearlo.
P. ¿Qué otros retos tiene el turismo por delante?
R. Uno de los principales desafíos tiene que ver con el desarrollo sostenible, que va mucho más allá del medioambiente. Se trata de poder medir de verdad el impacto social del turismo en términos no solo de empleo y de inversión, sino también respecto a la generación de riqueza en las comunidades locales, en territorios que no sean necesariamente las capitales o los centros tradicionalmente turísticos. Un proceso en el que, además, serán claves las empresas emergentes (startups) y las pymes, que serán quienes cuenten cuáles son las experiencias turísticas a desarrollar. Y nosotros podemos dar mentoría, apoyar y promocionar las mejores iniciativas.
Otro de los temas tiene que ver con la necesidad de considerar el turismo como una política de Estado, una prioridad transversal que no solo implique al ministerio que tenga esta cartera, sino que incluya también al de Hacienda, para aumentar los presupuestos, generar exenciones tributarias y apoyos para el crecimiento de la inversión en el sector; al ministerio de Educación, para incluir al turismo como una materia relevante en la educación secundaria y la superior; al ministerio de Interior, para garantizar seguridad y confianza; al de Cultura...
P. ¿Por qué motivo se ha involucrado una agencia de la ONU como la OMT en la creación de un grado universitario?
R. El turismo es un sector muy dinámico que se vuelve obsoleto rápidamente. Por eso enseñar siempre lo mismo es imposible, y por eso la OMT decidió unir esfuerzos con la Universidad de Lucerne, que es una de las mejores universidades públicas de Suiza, de manera que también nos convertimos en un ejemplo para otros Estados miembros sobre cómo se puede construir un currículo innovador en materia turística. Se cursará en tres fases: una primera en Madrid, una segunda en Suiza y otra en formato híbrido, y quienes lo estudien podrán tener acceso a prácticas en la OMT.
Este grado tendrá algo que otros no tienen, porque nosotros mismos vamos a diseñar los módulos educativos conforme a lo que creemos que debe ser la sostenibilidad, la innovación, el impacto social y las estadísticas en el manejo y administración de los destinos turísticos. Se trata de un modelo 360 que no se centra en ningún subsector en concreto, sino que ofrecerá una formación integral en el desarrollo internacional del turismo: quienes quieran ser emprendedores podrán, porque hay módulos de emprendimiento e innovación; podrán trabajar en un hotel; en una agencia de promoción turística como Turespaña; como agencia local de administración de destinos turísticos; convertirse en hosteleros...
P. Menciona que la educación ha de ser accesible, pero no sé hasta qué punto eso concuerda con irse a estudiar a Suiza...
R. Estudiar el grado cuesta unos 12.500 euros, pero si lo comparas con el resto de las universidades que tienen esa misma calidad en España ves cómo una universidad privada te puede costar el doble. Además, la idea no es que el grado esté hecho solo para suizos y españoles, sino que se pretende que crezca y que la gente, a nivel internacional, pueda venir aquí a estudiarlo. España también es un polo de educación.
P. ¿De qué manera se puede introducir el turismo en la educación secundaria, y por qué motivo?
R. El turismo es el gran empleador de los jóvenes, pero cuando uno mira dónde está dentro de la malla curricular de educación secundaria, te das cuenta de que no aparece ni como optativa. En muy pocos países se está haciendo ese proceso: Colombia, Jamaica, Israel, Grecia, Portugal, China, Reino Unido, Estados Unidos... Nosotros ya hemos firmado acuerdos con tres de las metodologías más importantes en educación: Cambridge, el Instituto Educativo Americano de Hostelería y Hotelería (AHLEI) y el Bachillerato Internacional (International Baccalaureate Organization).
Desde enero, estamos también trabajando en una serie de recomendaciones para llevar a la próxima Asamblea General sobre los pasos que han de dar los países para incluir esta asignatura. ¿El motivo? Que los jóvenes sepan, desde el momento en que llegan a Secundaria, que el turismo es un sector económico que apuesta por el desarrollo económico de los países, porque muchas veces la gente no tiene ni idea, y que luego lo consideren como una opción para estudiar. España y Francia viven del turismo, como también el 34 % de los países en vías de desarrollo y muchas pequeñas islas que viven de los cruceros.
P. Con motivo de la pandemia, la OMT desarrolló también su Academia Online de Turismo, donde se ofertan numerosos MOOCs (cursos abiertos y masivos) gratuitos o a bajo coste. ¿A quién van dirigidos y qué temáticas abordan?
R. Cuando creamos la academia online, durante la pandemia, teníamos el objetivo de conseguir una educación accesible. La idea era masificar la manera en que la gente se estaba educando y hacer llegar educación de calidad a cualquier lugar. Para ello, hemos establecido alianzas con más de 30 universidades de todo el mundo: IE, Les Roches, Hong Kong, el Externado de Colombia, la Universidad Complutense, el Basque Culinary Center... Todo para crear estos MOOCs, que son cursos de 12 a 16 horas donde la gente puede adquirir fundamentos en diferentes temas.
Lo más interesante es que quien quiera estudiar puede hacerlo y luego conseguir el sello de calidad de una universidad de prestigio internacional. Aquel que quiera iniciar una carrera en turismo, puede empezar por ahí; mientras que aquel que ya lo haga, pero necesite actualizarse, también puede hacerlo rápidamente. En cuanto a los temas, encuentras todo tipo de contenido: hostelería; cultura; derecho; inteligencia artificial e innovación; cursos sobre cómo acceder al mercado chino; marketing; comunicación estratégica...
P. ¿La tecnología juega un papel importante en el turismo?
R. Quienes trabajen en turismo necesitan habilidades tecnológicas, porque este es precisamente un sector que ha estado ligado a la tecnología desde el mismo nacimiento de internet. Además, mientras que en otros sectores la tecnología puede verse como un peligro para el empleo, en turismo nunca ha sido así, porque jamás una tecnología, la inteligencia artificial, va a sustituir la alegría o la sonrisa de un guía turístico. Todo lo contrario, porque es el sector más humano, pero se necesita de gente que sepa de ingeniería de datos, de innovación o de emprendimiento.
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