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El navegador Opera se alinea con Google en su gran batalla con Bruselas ante el TJUE

La Comisión Europea defiende que la filial de Alphabet restringió la competencia y siguió una estrategia de “palo y zanahoria”

Manuel V. Gómez
TJUE despido discapacidad permanente
La sede del Tribunal de Justicia de la UE, en Luxemburgo.

El gran buscador de Internet, Google, cuenta con un aliado en su batalla judicial contra la multa de más de 4.000 millones que le ha impuesto la Comisión Europea por abuso de posición dominante: el navegador noruego Opera. La empresa europea, en principio competidor de la dueña del navegador Chrome, hace suyos los argumentos de su rival. Ambas han defendido este martes ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) que la estrategia de la gran tecnológica norteamericana con Android ha generado “efectos favorables para la competencia”, según las palabras del abogado de Google, Alfonso Lamadrid. “La sentencia recurrida sitúa a los competidores en peor situación”, ha señalado el letrado de Opera y de HMD, matriz de Nokia.

Para la Comisión Europea, la conclusión es justamente la contraria: Google siguió una estrategia de “palo y zanahoria” que restringió la competencia. ¿Cómo llega a esta conclusión? Bruselas rechaza que los fabricantes de móviles tengan que instalar de serie aplicaciones como el navegador Chrome y el buscador Google Search si quieren tener una licencia de explotación de la tienda de aplicaciones Play Store. Además, también cree contrario a la competencia que el gigante tecnológico obligue a los fabricantes a no utiliza variantes no autorizadas de su sistema operativo, Android.

La vista de este martes se ha celebrado en la sala más grande de la sede que alberga los tribunales de justicia de la UE en Luxemburgo. No en vano se celebraba el juicio por la multa más grande que ha impuesto hasta el momento la Comisión Europea a una empresa, 4.340 millones de euros a Google por abuso de posición dominante. Esa cantidad se redujo a 4.125 millones en primera instancia y ahora la empresa estadounidense pide una rebaja mayor, al menos un tercio, si no los magistrados no le dan la razón y no tumban totalmente la decisión adoptada en julio de 2018. La primera pista de lo que sucederá llegará el 12 de junio, fecha en la que la abogada general asignada, Julianne Kokott, emitirá su opinión, algo que ella misma ha anunciado al acabar el juicio.

Esas cifras exorbitantes explican por qué se ha elegido ese lugar para celebrar la vista, porque no se reunía el TJUE en pleno sino la sala segunda, compuesta por cinco jueces, entre ellos el propio presidente del TJUE —que no lo es, en cambio, de esta sección—, Koen Lenaerts. Miles de millones implican batallones de abogados y eso es lo que había: 32 había anunciados entre letrados y asistentes entre la parte demandante (Google), la demanda (Comisión Europea) y las interesadas.

Admite Bruselas que Alphabet desarrolló un sistema operativo abierto que facilita a los programadores de aplicaciones desarrollar sus productos y también a los fabricantes utilizarlo en sus dispositivos móviles. Esta es una estrategia contraria a la de Apple con iOS. Esa sería la parte de la “zanahoria”. Pero después llegarían las obligaciones descritas que son las que, según Bruselas, le han permitido mantener su posición de dominio.

No comparten esta posición algunas de las partes afectadas que pueden personarse en este caso y que han participado en la vista de este martes. Unas son Opera y HMD, que comparten representación; tampoco lo cree el fabricante alemán Gigaset. Su abogado ha explicado que la posibilidad de tener acceso a Android de forma gratuita les permitió entrar en el segmento de mercado de dispositivos de precio medio y bajo, algo que no habrían podido hacer si hubieran tenido que pagar un canon, como reclamaba Microsoft.

Que Opera se haya alineado con Google ha llamado la atención de la abogada general Kokott, quien ha preguntado los motivos de esto en la vista. El buscador noruego ha señalado que, en su opinión, los contratos que se firmaban con el gigante tecnológico “no son perjudiciales para la competencia” y que “condenar [este modelo] daña a otros actores como Opera”. La Comisión, por su parte, ha achacado esta postura a que los contratos que firman Google y Opera le sirven a la empresa nórdica para obtener beneficios.

Pero no todas las partes afectadas en el caso se han alineado con la filial de Alphabet. La asociación de consumidores europeos BEUC se ha posicionado del lado de la Comisión. Su abogada ha puesto en énfasis en que los argumentos empleados por Google en la vista, basándose en que sus productos son los mejores y por eso triunfan, parten de que los seres humanos toman siempre decisiones racionales y no tienen en cuente los “sesgos cognitivos”. Ha añadido que si esto fuera siempre así la empresa estadounidense no pagaría 26.300 millones de euros al año para que Google Search se preinstale.

Tampoco respaldan a Google otros actores como el buscador checo Seznam, el francés Qwart y, por supuesto, Fairsearch, la ONG que puso en marcha el caso con su denuncia en 2013.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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