Los sindicatos exigen a Hacienda dejar exento de IRPF el nuevo salario mínimo y presionan para elevarlo a 1.200 euros
Trabajo convoca a las partes el próximo 22 de enero para intentar cerrar un acuerdo
El Ministerio de Trabajo ha propuesto formalmente este miércoles a la patronal y a los sindicatos subir el salario mínimo interprofesional (SMI) 50 euros más en 2025, desde los actuales 1.134 euros mensuales en 14 pagas a 1.184 euros. Esto supondría un incremento de esta renta del 4,4%, en línea con una de las propuestas de los expertos, que también han sido presentadas oficialmente en esta jornada. Los sindicatos han rechazado esta propuesta del Gobierno y mantienen su objetivo de que el salario mínimo suba este año hasta el entorno de los 1.200 euros (alrededor del 5,8%). Por su parte, la patronal se ha limitado a recibir la propuesta gubernamental, que someterá a sus órganos de dirección el próximo día 22. Ese mismo día, por la tarde, Trabajo ha vuelto a convocar a los interlocutores sociales para cerrar la negociación.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha asegurado que la postura del Gobierno es “flexible, en aras a llegar a un acuerdo con los interlocutores sociales”. De esta forma, abre la puerta “modular la propuesta” y aprobar otra subida distinta a la presentada este miércoles. Sin embargo, en el actual escenario, un acuerdo tripartito se perfila bastante inviable. Los empresarios descartan firmemente, por excesiva, la propuesta mínima de Trabajo de subir el SMI un 4,4%; y los sindicatos defienden que, con esa subida, el salario mínimo no llegaría ni de cerca a representar el 60% del salario medio neto, que es lo que mandata la Carta Social Europea asumida por el Gobierno.
Al rechazo sindical se une la posibilidad, sugerida por los expertos, de que este año, a diferencia de lo que viene ocurriendo en ejercicios pasados, Hacienda no eleve el mínimo exento en la declaración de renta para equipararlo al salario mínimo. UGT ya dijo el pasado viernes que no firmaría un acuerdo con Trabajo para subir el salario mínimo que no incluyera esa posibilidad. El vicesecretario general de Política Sindical de este sindicato, Fernando Luján, ha dicho este miércoles que para la central “es fundamental que la cantidad que se acuerde esté exenta de tributación por una cuestión de justicia fiscal”.
En este punto, CC OO pone más el acento en la subida del salario mínimo entre el 5% y el 6%, hasta los 1.200 euros citados. De hecho, este sindicato considera que de producirse este incremento, el salario mínimo cumpliría con el 60% del salario medio, aunque Hacienda no subiera el mínimo sujeto a tributación. Dicho esto, fuentes sindicales también aseguran que esta diferencia no va a romper la unidad de acción de las centrales. Ambos sindicatos han exigido este miércoles a Trabajo que negocie con Hacienda la fiscalidad que pretende aplicar al salario mínimo y que el próximo día 22 acuda a la mesa de negociación con esta cuestión solventada. “Trabajo negocia en nombre del Gobierno y debe acudir con todos los aspectos aclarados”, ha insistido la secretaria de Acción Sindical de CC OO, Maricruz Vicente.
En ese sentido, Pérez Rey ha explicado que Trabajo “no es competente para establecer la fiscalidad de los salarios”, pero ha añadido que el departamento que dirige Díaz “cree que el SMI debe ser el lugar a partir de donde empiece la tributación”. De esta forma, Trabajo defiende que, nuevamente, Hacienda eleve este mínimo exento hasta donde se acuerde subir el salario mínimo. Esta cuestión se perfila como clave en la posibilidad de pacto final con los sindicatos, por lo que sus máximos dirigentes podrían abordarla con los ministerios implicados en los próximos días, según fuentes de la negociación.
Horas antes de la reunión tripartita, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha escenificado la recepción del informe sobre salario mínimo que había encargado a un grupo de expertos. El texto, elaborado por miembros del Gobierno (de los ministerios de Economía, Hacienda y Trabajo), expertos sindicales y analistas universitarios —la patronal no participa— recomienda cuánto debería subir la menor retribución posible para mantenerse en el 60% del salario medio neto y no perder poder adquisitivo. Este grupo de especialistas plantea dos escenarios: un alza del 3,44% (39 euros más, hasta 1.173 brutos en 14 pagas) o del 4,41% (50 euros al mes, 1.184 en total). En cada uno eligen un método de cálculo. Díaz ha agradecido la aportación de los expertos: “Los avances más sólidos nacen de la colaboración con quienes dedican su vida a la ciencia y la investigación”.
La vicepresidenta cree que el incremento del SMI en los últimos años, que ha crecido un 54% desde 2018 en un periodo de mucha creación de empleo, “es una historia de éxito; a pesar del mantra neoliberal que decía que subirlo destruía puestos de trabajo”. “No solo no hemos destruido España, la hemos salvado”, ha agregado Díaz. Además, ha subrayado la caída de la desigualdad salarial por estas subidas y también su impacto de género, por la gran afectación del salario mínimo en profesiones monopolizadas por mujeres. “Hoy trabajar a jornada completa y cobrar el salario mínimo garantiza no estar en el umbral de la pobreza”, ha añadido.
La vicepresidenta segunda cree que hay “margen para el acuerdo” tanto con sindicatos como con empresarios para cerrar un nuevo salario mínimo. Fuentes del diálogo social reconocen que este año es más difícil todavía que participen los patronos, al mezclarse esta discusión con la de la reducción de jornada, que aplicaría con más fuerza en los sectores en los que es más frecuente el salario mínimo. Trabajo y representantes de los empleados han acordado los cuatro últimos incrementos, sin la participación de los empresarios. Estos se anticiparon en la negociación del año pasado planteando un incremento del 3%, un paso que de momento no han replicado. “Un acuerdo del diálogo social siempre es mejor, aunque las partes pierdan”, ha finalizado Díaz.
Según esto, el próximo día 22 de enero se podría repetir, en cierta forma, el escenario vivido el pasado año, cuando el Ministerio de Trabajo, que quería subir el SMI un 5%, estaba dispuesto a subirlo solo un 4% si la patronal firmaba el acuerdo. En esta ocasión, podría ofrecer la subida del 4,4% o incluso algo inferior (con lo que seguirían respetando la propuesta de los expertos) frente al casi 6% exigido por los sindicatos a cambio de que los empresarios estampen su firma. Pero si las patronales vuelven a rechazar el pacto, la subida podría volver a superar el 5%.
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