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El gasto en pensiones se acelera y cierra el año en la cota de los 200.000 millones, un 7% más

El número de prestaciones crece al mayor ritmo de los últimos 15 años

Una pensionista cruza un paso de cebra en Bilbao.
Una pensionista cruza un paso de cebra en Bilbao.Luis Tejido (EFE)
Raquel Pascual Cortés

El inicio de la jubilación masiva de los nacidos en el baby boom empieza a llamar a la puerta de la Seguridad Social. Esto, unido la actualización automática de las pensiones con la inflación, está acelerando el gasto en pensiones. Al cierre de 2024, el coste de abonar las 14 pagas que reciben 10 millones de pensionistas (incluidos los funcionarios pertenecientes a clases pasivas) ha batido un nuevo récord, situándose en la cota de los 200.000 millones de euros. Esto ha supuesto una aceleración del ritmo al que sube este gasto que ya supera el 7% interanual, según la nómina de las pensiones de diciembre publicada este viernes por la Seguridad Social.

De esta forma, el gasto en pensiones es el más alto registrado, con la excepción de 2023, cuando se disparó casi un 11% por el impacto de la crisis inflacionaria que obligó a revalorizar las prestaciones un 8,5%. La aceleración que está experimentando este coste obedece a varios elementos. Así, el primero de ellos, es dicha actualización por ley conforme a la evolución de los precios, que en 2024 elevó las prestaciones en general un 3,8%. Pero este mayor ritmo de aumento del gasto también recoge el impacto de la reforma de pensiones de diciembre de 2021, que obliga a que las pensiones mínimas y no contributivas suban más que el resto. Así, este año se incrementaron un 6,9%.

Un segundo factor es el aumento del número de prestaciones que deben abonarse debido, entre otras cosas, a que empiezan a llegar al sistema la generación más abultada de los nacidos en el baby boom. De hecho, el número de pensiones que se abonan creció este año un 1,68%, el porcentaje más alto desde 2009, cuando la cifra de prestaciones avanzo un 1,7% debido a que los primeros efectos de la crisis financiera abocaron a numerosos trabajadores a jubilarse antes de tiempo.

En 2024 hay dos clases de pensiones que han tirado al alza del número total de prestaciones: las de jubilación, que son las más voluminosas y que han aumentado un 1,9% en el año, hasta sumar 6,54 millones debido a la cohorte de personas más numerosa que llega a la edad de retiro. Y, en segundo lugar, las de incapacidad permanente que, debido a un “cambio de criterio con efectos estadísticos”, han generado que se haya disparado su número por encima del 5%. En concreto, esto se ha producido porque a partir de abril de 2024 la conversión de pensionistas de incapacidad permanente en pensionistas de jubilación derivada de incapacidad ha pasado de los 65 a los 66 años y seis meses. De esta forma se han registrado muchas menos bajas de la modalidad de incapacidad. Si bien, desde la Seguridad Social precisan que, en este caso, el cambio “no tiene implicaciones de gasto, sino que es una mera cuestión administrativa y estadística”.

Un tercer elemento que incrementa el gasto son las mejores carreras de cotización de los trabajadores que llegan a la jubilación y que generan mayores pensiones. Así como el retraso en la edad de jubilación, que hace que los trabajadores coticen más años y logren prestaciones mayores y se jubilen menos anticipadamente, con lo que las nuevas prestaciones no se ven mermadas por los coeficientes reductores. Así, mientras que la pensión media del sistema se sitúa en 1.262 euros (1.450 en el caso de las prestaciones de jubilación) tras crecer un 5,2% interanual en ambo casos, la cuantía de las nuevas altas se eleva casi un 11% hasta los 1.650 euros mensuales para los nuevos jubilados.

Por tanto, las nuevas pensiones que se dan de alta son superiores en cerca de un 20% que las que se dan de baja del sistema. Esto se explica fundamentalmente por las mejores de las carreras de cotización, con sueldos más altos y más años cotizados, como se ha citado anteriormente. Y una muestra de este alargamiento de las carreras laborales se encuentra en el descenso de las jubilaciones anticipadas, que ahora son el 29% del total frente al 40% de antes de la reforma de 2021. Y, además, las jubilaciones posteriores a la edad legal ordinaria, que son voluntarias, suponen el 9,4% de las nuevas altas y superan las 31.000, frente al 4% que suponían antes de la pandemia. Todo esto ha aumentado la edad efectiva a la que se jubilan los trabajadores en España hasta los 65,2 años en comparación con los 64,4 años de 2019.


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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.
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