Zegona tendrá manos libres para acometer un ajuste de plantilla en Vodafone
José Miguel García se presenta ante los empleados como el nuevo jefe de la compañía pese a su incompatibilidad con Masorange
El Gobierno acaba de dar luz verde a la compra de Vodafone por el fondo británico Zegona por 5.000 millones de euros. La autorización no está sujeta a ningún compromiso en firme de mantenimiento del empleo por lo que los nuevos gestores tendrán manos libres para realizar un ajuste laboral que, según temen los sindicatos, puede afectar a una parte considerable de la plantilla, que asciende a 3.700 trabajadores.
En efecto, ni en la nota del Consejo de Ministros del pasado día 14 sobre la autorización de la compra de Vodafone ni en la intervención en la rueda de prensa posterior del ministro para la Transición Digital, José Luis Escrivá, figura ninguna mención al mantenimiento del empleo. Una cláusula que sí consta en la autorización por el Gobierno de la fusión entre Orange y MásMóvil, que supedita el visto bueno a compromisos de “empleo suficientes”, aunque los términos concretos de ese punto están sujetos a un acuerdo de confidencialidad.
En el caso de Vodafone, el Gobierno ha supeditado su permiso expresamente a que se cumplan una serie de compromisos: inversión en redes (tanto fijas como móviles), sostenimiento de activos estratégicos, solvencia financiera y el mantenimiento de los contratos con las distintas administraciones publicas. Pero sin mención a los puestos de trabajo. Una portavoz del Ministerio para la Transición Digital señaló a este diario que “existen ciertos compromisos de empleo en el plan industrial presentado, aunque corresponde a las entidades afectadas ofrecer el detalle”. Zegona, por su parte, no ha querido señalar si existen esos compromisos, limitándose a indicar que se remite a la información facilitada por el Ministerio, según fuentes del fondo.
Los sindicatos de Vodafone están muy preocupados por los planes laborales de Zegona, máxime cuando el fondo de inversión en su folleto de la operación no ocultaba su intención de aplicar un plan de “despidos selectivos” para aligerar los costes de personal que considera excesivos y muy por encima del resto de grandes operadores. Asimismo, el fondo alertaba en ese documento de que la fuerte implantación sindical en la compañía, el convenio colectivo vigente e incluso la legislación española, podía restarle “flexibilidad” a la hora de acometer una reestructuración de plantilla y avisaba de las previsibles huelgas que provocarán esos ajustes.
Precisamente, el consejero delegado y fundador de Zegona, Eammon O’Hare, mantuvo ayer, jueves, un encuentro con la plantilla a la que aseguró que la reducción de los costes laborales no está entre las prioridades más acuciantes de los nuevos gestores. Según explicó el directivo a la plantilla, las urgencias para reflotar Vodafone España pasan por un giro comercial que permita frenar la sangría de clientes que mes tras mes se pasan a la competencia, rentabilizar las infraestructuras propias y reducir la factura del alquiler de las torres de telefonía móvil de Vantage Towers, empresa participada por Vodafone, informaron fuentes presentes en el evento.
Presentación del nuevo CEO
En la reunión con la plantilla, O’Hare presentó a José Miguel García, exjefe de Jazztel y de Euskaltel, como nuevo consejero delegado de la compañía de telecomunicaciones una vez que se haga efectivo el traspaso el próximo 1 de junio. La presentación de este histórico directivo del sector se produce sin que oficialmente se haya desvelado ningún acuerdo que permita liberar a García de sus obligaciones contractuales con MásMólvil (ahora Masorange).
Y es que el ejecutivo firmó un pacto de no competencia con MásMóvil cuando esta compañía adquirió Euskaltel en 2021, entonces controlada por la propia Zegona, y que le impide trabajar para otro operador rival hasta el 31 de diciembre de 2024. A cambio de ese pacto, José Miguel García, que ejercía como consejero delegado de Euskaltel, recibió una indemnización anual de MásMóvil, cuyo importe no se ha hecho público, pero que fuentes conocedoras del acuerdo califican de “millonaria”. Con todo, el mayor problema no sería la renuncia a esa cantidad, a la que estaría dispuesto el ejecutivo, sino la demanda por daños y perjuicios que puede interponer el cuarto operador (tras Telefónica, Orange y Vodafone) y de la que García no podría hacerse cargo en caso de sentencia desfavorable, por lo que la tendría que asumir Zegona. Un portavoz de Masorange ha declinado hacer comentarios sobre el asunto.
Precisamente, la elección de García para tomar las riendas de la nueva Vodafone España ha incrementado los temores sindicales sobre los planes futuros de ajuste de plantilla, ya que el directivo es conocido en el sector por sus agresivas políticas tanto en el plano laboral como comercial.
García estuvo presente en el acto celebrado este jueves con la plantilla en la sede central de Vodafone en Madrid, acompañado por O’Hare y el todavía consejero delegado de de Vodafone España, Mario Vaz, así como por otros representantes de la compañía. En su intervención, el ex de Euskaltel no hizo referencia al empleo pero enfatizó ante la audiencia de los que próximamente serán sus subordinados en que que confíen en Vodafone “porque es el proyecto más ilusionante” del sector de las telecomunicaciones en España.
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