Fedea advierte de una ralentización en la creación de empleo en la recta final de 2023
Un estudio del ‘think tank’ critica que no haya “información oficial fiable” para evaluar la reducción del trabajo a tiempo parcial
Después de tres años condicionado por la pandemia, el mercado de trabajo logró reengancharse en 2023 a la dinámica alcista en creación de empleo que presentaba en 2019, antes de la irrupción del coronavirus. Un análisis comparativo entre ambos ejercicios elaborado por Fedea destaca que la aprobación en este tiempo de un nuevo marco normativo favoreció la protección del entorno laboral ante los últimos vaivenes internacionales. Así lo atestiguan los registros marcados en el último año por la Seguridad Social, donde el promedio mensual de afiliaciones fue de 20,6 millones, con un pico histórico en el mes de diciembre de 20,8 millones. Sin embargo, el estudio del think tank alerta de la ralentización en la creación de empleo que se produjo en los dos últimos cuatrimestres del año pasado —de los 535.000 puestos que se crearon en todo el curso, 420.000 estuvieron concentrados en los primeros cuatro meses—, y lamenta la inexistencia de “información oficial fiable” que permita corroborar los verdaderos efectos de la reducción de la parcialidad.
“La evolución anual en 2023 ha sido muy positiva, con un crecimiento de 534.929 afiliaciones, si bien merece la pena reseñar que la mayor parte del aumento se produjo en el primer cuatrimestre del año (78,6% del total), porque en los dos siguientes el ritmo de creación de empleo se ha ralentizado mucho”, indica el documento, firmado por Miguel Ángel García Díaz, profesor de economía aplicada, colaborador en la Universidad Rey Juan Carlos e investigador asociado en Fedea. En su análisis, el académico también advierte de que la tasa anual de crecimiento de 2023 fue de un 2,66%, “un dato inferior al de 2022 (3,88%)”, pero que, sin embargo, se sitúa en línea con el registro de 2019 (2,61%).
“La pandemia iniciada en marzo de 2020 impactó muy severamente en casi todos los ámbitos de la vida, también en el empleo y la actividad económica. Los años 2021 y 2022 estuvieron muy condicionados por la progresiva recuperación hasta llegar a la situación previa. Por este motivo, además de evaluar el comportamiento respecto al año anterior, puede ser útil comparar lo acontecido en 2023 con la posición antes de llegar la pandemia”, detalla el texto. Sobre esta premisa, el autor considera “sorprendente” el crecimiento en número de afiliaciones respecto a 2019 (1.364.779 más; es decir, un crecimiento del 7,1%), teniendo en cuenta “las circunstancias poco favorables en las que se ha movido la economía española”.
El informe de Fedea señala que la distribución por secciones de actividad del “importante” incremento en el número de afiliaciones en el Régimen General de Asalariados en el periodo 2019-2023 —que concentra el mayor peso dentro del total—, “muestra un cambio respecto a comportamientos en etapas anteriores”, ya que son cuatro los sectores de actividad que explican la mitad del aumento de la afiliación en ese periodo —actividades sanitarias y de servicios sociales (18,1% del total; +254.351); educación (12,1% del total; +169.789); actividades profesionales, científicas y técnicas (9,8% del total; +138.469) e información y comunicaciones (9,5% del total; +134.242)—, y que tradicionalmente no eran los que tiraban del empleo.
Interinidad
La aprobación de la reforma laboral en diciembre de 2021 —aunque no se desplegó por completo hasta abril de 2022— alteró el paradigma de las relaciones laborales al situar al contrato indefinido en el epicentro, siendo el de tiempo completo el que ha copado mayor protagonismo sobre el parcial (57,6% y 14,8% del total de afiliaciones, respectivamente). “A pesar del fuerte incremento del contrato fijo-discontinuo, esta modalidad suponía solo el 6,8% de los contratos indefinidos y el 5,3% del total de las afiliaciones al sistema”, señala el texto. Sin embargo, aunque las afiliaciones con contrato temporal en 2023 mantuvieron un peso menor sobre el total de la afiliación (13,1%) —“siendo esta la suma de los contratos temporales a tiempo completo (9,1%) y de los temporales a tempo parcial (4%)”, matiza el documento— “si se añade el capítulo de otros (en los que abundan los contratos interinos de la administración pública) la cifra se eleva hasta el 21,8% del total de afiliaciones”.
Debido a las restricciones que recoge la nueva normativa laboral para firmar contratos temporales, su cifra se ha reducido desde 2019 en más de dos millones, mientras que el de indefinidos ha crecido en más de tres. Muchos de estos contratos fijos provienen “tanto de la conversión de contratos temporales, como de la firma de otros de nueva creación en un escenario de mejora del empleo”, explica el informe. Un comportamiento que también refleja cierto agotamiento, puesto que “la intensidad en la reducción del stock de contratos temporales se ha ido desacelerando a medida que quedan menos en vigor”, recalca el texto.
Sin embargo, la principal duda que manifiesta el estudio en lo referente a la reducción de la temporalidad —aspecto crucial de la reforma laboral y que en este tiempo se ha reducido en 15,5 puntos: desde el 28,6% al 13,1%,—, es que “desafortunadamente”, no hay “información oficial fiable” que permita “conocer la duración efectiva de la jornada de los contratos a tiempo parcial para convertir el número total de afiliaciones en equivalentes a jornada completa”. Con la crisis de 2009 el número de contratos parciales aumentó significativamente, y desde entonces “se ha mantenido bastante constante”, explica el documento.
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