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Grandes empresas cortan la publicidad a X tras un comentario antisemita de Elon Musk

IBM, Apple, Disney y Lionsgate están entre las empresas que han suspendido sus anuncios en la red social antes conocida como Twitter

Elon Musk, dueño de la red social X, el pasado 2 de noviembre en Londres en un acto con el primer ministro británico, Rishi Sunak.
Elon Musk, dueño de la red social X, el pasado 2 de noviembre en Londres en un acto con el primer ministro británico, Rishi Sunak.POOL (via REUTERS)
Miguel Jiménez

Elon Musk no se muerde la lengua y a veces eso le sale muy caro. El multimillonario dueño de la red social X, antes conocida como Twitter, publicó esta semana un mensaje antisemita. Eso, unido a que algunas empresas se han encontrado con que su publicidad aparecía junto a mensajes nazis ante la deficiente moderación de contenidos de la plataforma, ha provocado una nueva fuga de anunciantes. Entre las empresas que han cortado su publicidad en la plataforma están grandes marcas como IBM, Apple, Disney, Sony, Warner, Paramount y Lionsgate, según han publicado diversos medios estadounidenses.

El grupo activista Media Matters fue el primero en dar la voz de alarma: “Mientras Elon Musk, propietario de X, continúa su descenso hacia las teorías de conspiración nacionalistas blancas y antisemitas, su red social ha estado colocando anuncios de grandes marcas como Apple, Bravo (NBCUniversal), IBM, Oracle y Xfinity (Comcast) junto a contenidos que promocionan a Adolf Hitler y su partido nazi. Los anuncios de la empresa se producen después de que su consejera delegada, Linda Yaccarino, afirmara que las marcas están ‘protegidas contra el riesgo de estar al lado’ de publicaciones tóxicas en la plataforma”, indicó en un comunicado. El grupo mostró pantallazos que probaban sus afirmaciones.

IBM reaccionó enseguida: “IBM no tolera la incitación al odio ni la discriminación y ha suspendido inmediatamente toda publicidad en X mientras investiga esta situación totalmente inaceptable”, declaró en un comunicado. Otras marcas evaluaban la situación y en eso, Musk desató la indignación con sus propios tuits al contestar a un mensaje de un usuario que acusaba a los judíos de odiar a los blancos y profesar indiferencia ante el antisemitismo. El mensaje suscribía la teoría conspiranoica del reemplazo, según la cual los judíos están apoyando a “hordas de minorías” que están “inundando” el país para reemplazar a los blancos. Esa teoría de la conspiración fue la misma que motivó el mortal tiroteo en la sinagoga del Árbol de la Vida en 2018. “Has dicho la pura verdad”, tuiteó Musk.

“Condenamos esta abominable promoción del odio antisemita y racista en los términos más enérgicos, que va en contra de nuestros valores fundamentales como estadounidenses”, dijo el viernes el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, en respuesta al tuit de Musk, en una declaración recogida por AP.

Musk se proclama un absolutista de la libertad de expresión, aunque admite la censura de los Gobiernos totalitarios. En Estados Unidos, nada más cerrar la compra de Twitter, los usuarios pusieron a prueba los nuevos límites de la red social con un aumento de los mensajes de odio. El magnate incumplió su promesa inicial de crear un consejo de contenidos y las garantías que ofreció a los anunciante se quedaron en papel mojado. Luego anunció una política de dar menos alcance a los mensajes tóxicos, de modo que no apareciesen junto a la publicidad, pero ha fracasado al ejecutarla.

Con la pérdida de su principal fuente de ingresos, la valoración de Twitter, rebautizada luego como X, se hundió. El magnate decidió fichar como consejera delegada de X a Linda Yaccarino, una ejecutiva comercial de NBCUniversal, para intentar tender puentes con las marcas. Sin embargo, el discurso de odio ha seguido presente en Twitter y desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás el escrutinio del mismo ha aumentado.

Tras el último escándalo, Yaccarino ha dicho que el “punto de vista de X siempre ha sido muy claro en cuanto a que la discriminación por parte de todos debe parar en todos los ámbitos”. “Creo que eso es algo en lo que todos podemos y debemos estar de acuerdo”, tuiteó el jueves.

“Cuando se trata de esta plataforma, X también ha sido extremadamente claro sobre nuestros esfuerzos para combatir el antisemitismo y la discriminación. No hay lugar para ello en ningún lugar del mundo”, insistió este viernes en respuesta a un tuit de Musk en que, esta vez sí, rechazaba eufemismos que implican genocidio.

Las cuentas que Media Matters encontró publicando material antisemita ya no serán monetizables y las publicaciones específicas serán etiquetadas como “medios sensibles”, según un comunicado de X. Yaccarino se ha esforzado en divulgar políticas de moderación de contenidos para que no contaminen la publicidad, especialmente en relación con la guerra en Gaza. Aun así, sus esfuerzos chocan con la actitud del dueño de la red social, que dice que Media Matters es “una organización malvada”.

En un mensaje publicado el viernes por la noche, Musk ha amenazado con acciones legales: “En el instante en que se abra el tribunal el lunes, X Corp presentará una demanda termonuclear contra Media Matters y TODOS aquellos que se confabularon en este ataque fraudulento contra nuestra empresa”, ha escrito.

Según dicha organización, X también ha reactivado numerosas cuentas de fanáticos y extremistas de extrema derecha a sueldo, aparentemente incluyendo una cuenta pro-Hitler y negacionista del Holocausto, como parte de su programa de reparto de ingresos publicitarios para creadores.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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