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Los trabajadores de la mayor fábrica de Stellantis se suman por sorpresa a la huelga del motor en EE UU

El número total de trabajadores del sindicato UAW en paro supera los 40.000 con la planta adicional

Piquetes de trabajadores en una fábrica del grupo Stellantis en Toledo (Ohio), en una imagen del mes pasado.
Piquetes de trabajadores en una fábrica del grupo Stellantis en Toledo (Ohio), en una imagen del mes pasado.REBECCA COOK (REUTERS)
Miguel Jiménez

Nuevo golpe sindical en la huelga del motor en Estados Unidos. Los trabajadores de la mayor fábrica de Stellantis en el país se han sumado a la convocatoria y han paralizado este lunes por sorpresa la planta de montaje de Sterling Heights (Michigan), donde se fabrica la camioneta RAM 1500, una superventas muy rentable para el grupo. Con los 6.800 empleados que se han sumado hoy, ya hay más de 40.000 trabajadores en la primera huelga del motor de Estados Unidos que afecta simultáneamente a los Tres Grandes del motor de Detroit: General Motors, Ford y Stellantis (que absorbió a Chrysler).

El movimiento se produce solo unos días después de que el presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, detallara las propuestas actuales de los fabricantes de automóviles, destacando las deficiencias que veía en la última oferta de Stellantis. Fain ha estado usando una estrategia del palo y la zanahoria en la huelga en función de la evolución de las negociaciones.

“A pesar de tener los mayores ingresos, los mayores beneficios (en Norteamérica y en todo el mundo), los mayores márgenes de beneficios y la mayor reserva de efectivo, Stellantis está por detrás de Ford y General Motors en lo que respecta a las demandas de sus trabajadores de la UAW. Actualmente, Stellantis tiene sobre la mesa la peor propuesta en materia de progresión salarial, retribución de los trabajadores temporales y conversión a jornada completa, ajustes por coste de la vida (COLA), etcétera”, se ha justificado el sindicato en un comunicado.

La legislación estadounidense no establece un preaviso de huelga, así que el sindicato golpea por sorpresa a las empresas cuando quiere. Inicialmente, avisaba con al menos un par de horas de antelación, pero hace dos semanas entró en una fase de huelgas sorpresa que se anuncian una vez que ya han empezado. Además, puesto que los anuncios se hacían de forma regular, los viernes, el sindicato cree que las empresas empezaron a ralentizar la negociación hasta justo antes de cada fecha límite.

La primera huelga sorpresa se lanzó contra la emblemática y muy rentable planta de camionetas de Kentucky de Ford el pasado 11 de octubre, cuando unos 8.700 miembros de la UAW abandonaron sus puestos de trabajo a las 18:30 horas y cerraron la planta de Louisville (Kentucky). La jugada se repite ahora con la planta de Stellantis.

La huelga del motor empezó el 15 de septiembre con la paralización de una fábrica de cada compañía que sumaban en total unos 14.000 de los cerca de 150.000 trabajadores sindicados a la UAW que trabajan en los tres grupos. Se trataba de la planta de General Motors en Wentzville (Misuri), que fabrica el GMC Canyon y el Colorado; otra de Ford en Wayne (Michigan), que monta el modelo Bronco y la camioneta Ranger, y una tercera de Jeep, de Stellantis, en Toledo (Ohio), de donde salen los modelos Gladiator y Wrangler.

La semana siguiente, el líder del sindicato, Shawn Fain llamó a plantarse a cerca de otros 6.000 trabajadores de 28 centros de distribución de Stellantis y GM repartidos por 20 estados, salvando de la quema a Ford por haber mostrado una mayor voluntad negociadora. Sin embargo, el viernes 29 de septiembre, el líder sindical convocó a la huelga a 7.000 trabajadores adicionales de la UAW en dos plantas: la de Ford en Chicago (Illinois), de donde salen los modelos Explorer y Lincoln Aviator y la de Lansing Delta de GM en Lansing (Michigan), que monta el Buick Enclave y el Chevrolet Traverse, dejando esta vez al margen a Stellantis. Con las huelgas sorpresas en la planta más rentable de Ford y ahora la mayor de Stellantis, ha sido indirectamente GM el que parece haberse librado de momento de esta última ronda.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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