Duralex retoma su producción tras cinco meses y medio parada por los costes de la energía

El horno de Duralex vuelve a funcionar, y de él vuelven a salir, relucientes pero tradicionales como la vajilla de la abuela, los vasos, platos y ensaladeras de color ámbar o verde. La única planta de este histórico fabricante de vajillas de cristal, situada en La Chapelle-Saint-Mesmin, en las afueras de Orléans (Francia), paró su producción el pasado 1 de noviembre porque no podía hacer frente a los altos costes de la energía. Tras cinco meses y medio con el horno apagado, en los que la empresa ha seguido comercializando su existencias y la plantilla ha estado en ERTE, la producción se retomó este lunes, según ha explicado la compañía en un comunicado, en el que ha destacado el apoyo del Gobierno francés.

El parón de Duralex (cuyo nombre oficial es New Duralex International) se debió a la crisis energética. “El fabricante de vidrio se vio obligado a cesar su actividad tras verse afectado por la subida de los precios de la energía como consecuencia directa de la guerra en Ucrania. Los precios de la electricidad y el gas iban a aumentar hasta 20 veces los del año anterior. La dirección decidió poner el horno de la fábrica en espera durante cinco meses y a sus empleados en actividad parcial. Esta decisión era necesaria y también formaba parte del esfuerzo colectivo para ahorrar energía recomendado por el gobierno”, señala el comunicado. La demanda, durante estos cinco meses y medio de cese de la actividad, se ha satisfecho con las existencias que tenía la fábrica. “Casi 5 meses después de esta interrupción temporal de la producción, gracias a los esfuerzos y la resistencia de los empleados, la dirección y la valiosa ayuda del gobierno francés, Duralex ha afrontado con éxito este reto”, añade la nota. La empresa cuenta con 250 trabajadores, que durante el parón han seguido cursos de formación y han mantenido el 95% del sueldo, subvencionado por el gobierno francés hasta el 70% y complementado por la empresa en el resto. Durante estos meses la compañía también ha llevado a cabo inversiones para la mejora de los equipos.

Superar este nuevo obstáculo ha dado a estos productos —que llenaron los armarios de las generaciones anteriores y que ahora vuelven con la moda vintage— más argumentos para reivindicar su clásico reclamo publicitario: ser “prácticamente irrompibles”. Y no han faltado obstáculos en la historia de Duralex. La marca, fundada en 1945 por el histórico grupo industrial francés Saint-Gobain cuando este conglomerado inventó el vidrio templado, llegó a tener 1.500 trabajadores en producción, y hasta una filial española. La demanda decayó en los años 90 y la compañía cambió de manos, primero la compró un grupo italiano y en 2005 un inversor turco. Tras arrastrar problemas financieros, en 2020 fue declarada en quiebre pero fue salvada por Cookware International, llamada ahora La Maison Française du Verre.

“La bajada de los precios del gas y la electricidad nos permite mirar a 2023 con más confianza. Estamos contentos de poder cumplir nuestro compromiso y reanudar nuestra actividad”, expresa en el comunicado José-Luis Llacuna, presidente de Duralex. La demanda se ha reactivado en los últimos años, animada por la moda vintage. España representa el 10% del mercado, y en 2021 la compañía facturó 23,4 millones de euros (en 2019, antes de la pandemia, que hundió sus ventas, la cifra de negocios fue de 26,1 millones). La empresa no ha comunicado la facturación de 2022, aunque la previsión era aumentar las ventas en un 40%.

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