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El FMI pide ajustes a los países para evitar más subidas de tipos sin dejar de proteger a los hogares vulnerables

El organismo estima que la inflación encoge medio punto con cada recorte de un punto de PIB

Kristalina Georgieva
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.Dake Kang (AP)
Lluís Pellicer

La inflación sigue marcando la agenda económica global. Máxime cuando el cártel de productores de petróleo ha decidido un recorte drástico de la producción. Los bancos centrales, que esperaban que las turbulencias financieras escampasen, vuelven a verse en un brete. Ante el peligro de que los precios entren en otra espiral alcista, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redobla las advertencias a los Gobiernos y les recuerda que los ajustes pueden contribuir a rebajar las tensiones. Según un documento elaborado por la institución con sede en Washington, cada punto porcentual de PIB de reducción del gasto público permite rebajar la inflación en medio punto. Y recuerda: “Los ajustes fiscales permiten aumentar menos los tipos de interés para contener la inflación”.

El FMI y el Banco Mundial empiezan a calentar ya motores para las Reuniones de Primavera de la semana que viene. Y la política fiscal de los países será una las grandes cuestiones que pondrá sobre la mesa el organismo que dirige Kristalina Georgieva. Las instituciones internacionales, desde el propio FMI a la Comisión Europea, insisten en empezar a recoger cable y dejar solo aquellas medidas temporales que ayuden a proteger a la población más vulnerable de los efectos de la inflación. El Banco Central Europeo recientemente ha advertido de que el 90% de las políticas fiscales no se ajustan a ese patrón y que eso puede obligarlo a ir más allá en la subida de tipos.

El organismo examina primero el impacto que ha tenido este capítulo de inflación, inédito desde comienzos de los años ochenta. “Nuestro principal hallazgo es que la inflación inesperada, como en el episodio reciente, erosiona el valor real de la deuda pública a expensas de los tenedores de bonos”, sostiene el artículo firmado por el director de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar; su adjunto, Paolo Mauro, y los economistas Carlos Eduardo Gonçalves y Marcos Poplawski-Ribeiro. Según los cálculos del FMI, por cada punto porcentual sorpresa de inflación, la deuda pública se reduce en 0,6 puntos porcentuales del PIB. “Sin embargo, a medida que la inflación se vuelve persistente y mejor anticipada, deja de contribuir a la disminución de los índices de endeudamiento”, añade el documento.

Ese impacto positivo se ve también desdibujado por el golpe que sufren las economías domésticas. Según el FMI, el aumento más rápido de los precios de los alimentos perjudica a las familias con las rentas más bajas “de forma desproporcionada” porque esos productos representan una mayor proporción de su consumo. También erosionó los ingresos reales en los países importadores de materias primas, ya que los salarios perdieron poder adquisitivo.

El FMI insiste en que los gobiernos pueden ayudar a esos hogares más vulnerables, pero advierte de que su actuación puede contribuir a la política monetaria porque afecta a la “demanda agregada”. “Nuestra evidencia estadística sugiere que el impacto de la política fiscal ha cambiado a lo largo de las décadas. Para las economías avanzadas, vemos que, desde 1985, reducir el gasto público en un punto porcentual del PIB reduce la inflación en medio punto porcentual”, apunta el artículo.

En plata: el fondo pide a los países que realicen ajustes para acompañar el endurecimiento de la política monetaria. “Cuando los bancos centrales actúan solos, sin el apoyo de la política fiscal, necesitan aumentar sustancialmente los tipos de interés para combatir la inflación. El ajuste fiscal permite aumentar menos los tipos de interés para contener la inflación”, concluye. Ahora bien, el organismo pide la máxima cautela para realizar esos ajustes: deben provocar una disminución del consumo en general, pero a la vez permitir un mayor gasto de los hogares más desfavorecidos. Para ello, el FMI sugiere elevar las transferencias a esas familias a la vez que se suben impuestos o se recortan gastos.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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