Iberdrola inaugura en Brasil su mayor complejo de energías renovables de América Latina

La multinacional española Iberdrola ha inaugurado este miércoles su mayor planta de energías renovables en Brasil y América Latina. El denominado complejo Renovable Neoenergía de Paraíba está situado en Santa Luzia, una ciudad a unos 300 kilómetros tierra adentro en el Estado de Paraíba, uno de los que se asoma al Atlántico en el nordeste de Brasil. Con 136 aerogeneradores y 228.000 placas solares repartidos en un parque de más de 8.000 hectáreas, tiene una potencia instalada de 600 megavatios (MW) y lleva un año en funcionamiento.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha viajado hasta la planta para presidir una ceremonia en la que él no ha tomado la palabra. A su lado, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha destacado que la empresa mantiene la apuesta por Brasil, donde está instalada desde hace 25 años, que este es un nuevo paso “hacia un sistema menos dependiente de los combustibles fósiles” y su estrecha relación con el mandatario, que está a punto de cumplir tres meses en el poder.

Más allá de su tamaño, la principal innovación del complejo de Neoenergia (filial de Iberdrola en Brasil) es, según la empresa, que al combinar instalaciones de generación de energía solar y eólica, optimiza las instalaciones y reduce costes. Algo que en Brasil es novedad. Galán ha explicado que “es el primer parque híbrido de Brasil. Usa una línea de transmisión de 370 kilómetros que hemos construido (enlazada) con un parque fotovoltaico y otro eólico, de manera que genera electricidad prácticamente las 24 horas”. Durante el día, gracias al sol; noche, con el viento.

La inversión en el complejo ronda los 3.500 millones de reales (620 millones de euros, 670 millones de dólares). Neoenergia, con 40 millones de clientes en Brasil, es una de las principales compañías eléctricas de la primera economía latinoamericana.

Lula no ha dado ningún discurso, para disgusto de muchos de los empleados de Neoenergia presentes en el evento que han coreado su nombre. El presidente arrancaba en Santa Luzia una intensa jornada con actos en Recife y en Río de Janeiro y quería preservar la voz, además de dar protagonismo al gobernador de Paraíba, João Azevedo, según el portavoz de la Presidencia.

Silverio Olegario, agricultor de 50 años, recuerda perfectamente aquel día de 2012 en el que aparecieron en su aldea —que hoy queda en el parque del que sale energía limpia— unos operarios hablando del potencial de aquellas tierras para generar electricidad con el viento. Escuchó atento porque, desde la plaga de 1985 que arrasó para siempre los cultivos de algodón que alimentaron a su familia durante generaciones la vida estaba bien complicada, según contaba el martes a un grupo de periodistas invitados por Neoenergia. Nadie quería la tierra, ni siquiera a precio de saldo. Y de la nada aparecía alguien queriendo alquilarla. Ahora recibe, junto a su madre y sus hermanos, el alquiler por la tierra que heredaron. “La renta del alquiler no es mucha, porque somos 23 hermanos”, dice Olegario, que es padre de dos hijos.

Antes de firmar un contrato de arrendamiento por 35 años, se fue con otros vecinos de expedición al vecino estado de Río Grande do Norte para ver en persona una planta de molinos. Hasta entonces solo las conocía por la tele. Ahora vive y regenta un restaurante rodeado, a una buena distancia, de molinos con aspas de 64 metros de envergadura. Abrió el negocio para dar de comer a los miles de obreros que construyeron el parque. Cuenta que en la pandemia, como es todo al aire libre, el restaurante recibía hasta 400 domingueros los fines de semana. Ahora el negocio es menos boyante, pero él sueña con que el lugar se convierta en destino turístico. Atractivos naturales, recalca, no faltan.

Aunque estas tierras eran codiciadas por tres empresas de renovables gracias al viento constante y el sol frecuente, las de su familia venían de su bisabuelo pero nunca fueron inscritas en ningún registro. Así que, para poder alquilarla, Neoenergia le ayudó a regularizarla. “Fue georreferenciada y ahora ya está inscrita”, cuenta. Lo mismo ocurrió con otros de 140 vecinos que viven dentro de este parque que suministra energía limpia al sistema nacional brasileño.

Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha explicado por su parte que el ritmo de inversión de la empresa en Brasil ronda los 2.000 millones de euros anuales. Y que su intención es dedicar otros 6.000 o 7.000 millones hasta 2025. También ha detallado que la compañía participará en dos nuevas subastas de líneas de transmisión que prepara el Ejecutivo de Lula para junio y octubre.

El primer ejecutivo de la eléctrica española observa como positivas las perspectivas para la primera economía latinoamericana en este tercer mandato del líder de la izquierda en Brasil, que preside un Gobierno de amplio espectro y fue presidente entre 2003 y 2010. El control de la inflación —ronda el 5%— es, a juicio del ejecutivo español, uno de sus puntos fuertes de Brasil “cuando estamos medio mundo con problemas de inflación”.

El segundo aspecto positivo que ve en Brasil “es que el Gobierno del presidente Lula, como en su primera etapa, hará todo por conservar una estabilidad macroeconomía”. Galán se reunió el martes en Brasilia con el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que prepara un nuevo sistema de control de gasto y una reforma tributaria. El ministro le explicó, cuenta, que “no pretende recaudar más, sino recaudar mejor”. “Creo que anima a tener esa estabilidad que el país necesita a todos los niveles”, ha recalcado el ejecutivo español.

Las operaciones de Neoenergia en Brasil abarcan todas las fases del negocio: la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización. Es un negocio muy centrado en las renovables pues la suma de los cinco gigavatios de potencia instalada en las plantas hidroeléctricas, eólicas y solares supone un 90% de sus operaciones. El año pasado logró unos beneficios de 4.700 millones de reales (casi 830 millones de euros, 890 millones de dólares).

A la ceremonia también ha asistido junto a varios ministros y el gobernador de Paraíba, la esposa de Lula, Janja da Silva, gracias a la que el presidente ha incluido el feminismo en su discurso. Los guiños a las mujeres y las promesas de impulsarlas han sido constantes en sus alocuciones. Galán ha destacado su orgullo por las 500 electricistas que ya trabajan en su filial brasileña y las 200 que la empresa está formando.

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