John Hoffman: “La tecnología está muy dominada por los hombres, y eso no está bien”
EL PAÍS reúne en Barcelona a emprendedores de primer nivel y al organizador del Mobile World Congress (MWC) en un debate sobre tecnología y emprendimiento
¿La tecnología al servicio de la ciudadanía o del beneficio empresarial? ¿Hay que emprender a toda costa o buscar la rentabilidad? ¿Cuál es el futuro de las ciudades y cómo afectarán las innovaciones en movilidad? Estas preguntas y muchas otras centraron este miércoles el debate organizado por EL PAÍS en el nuevo estudio Toresky de Prisa Media en Barcelona, con el patrocinio de Banco Sabadell, con la participación de John Hoffman, director de la patronal de telefonía móvil GSMA y organizador del Mobile World Congress, que se celebrará a partir del próximo lunes en las instalaciones de Fira de Barcelona en L’Hospitalet de Llobregat. En el encuentro, con el título La tecnología que mueve la ciudad. Así se crea un unicornio, también participaron emprendedores barceloneses de primer nivel, que han compartido sus experiencias, las dificultades para sacar adelante una startup, y los beneficios y retos que tiene Barcelona como polo de emprendimiento.
La primera vez que Hoffman pisó la capital catalana fue en 1992, por los Juegos Olímpicos. “Entonces ya vi cómo es esta ciudad, su clima, su gastronomía, su rica cultura”, explica en una entrevista conducida por Amanda Mars, subdirectora de información económica de EL PAÍS y directora de Cinco Días. La próxima semana Hoffman volverá a ser el protagonista como organizador de un congreso que recaló en Barcelona en 2006 y que cada año, a excepción del de la pandemia, ha reunido en la ciudad durante una semana a decenas de miles de asistentes. Hoffman, haciendo gala de su sentido del humor e ironía, admitía que la semana que viene volverán a ser “los malos”: “Un amigo ya me ha dicho que está contento de que vengamos, pero que está enfadado porque no puede reservar mesa en ningún restaurante. Solo pido a vuestros tiernos corazones que nos perdonéis por estos días, pero traeremos el foco a Barcelona, la convertiremos en la capital, y cuando se haya acabado, seguro que habremos dejado más de lo que nos llevamos”.
Lo que al inicio era un congreso para presentar las últimas novedades de los fabricantes de móviles se ha ido convirtiendo en un encuentro sobre tecnología, innovación y sobre los retos que estas presentan para las empresas y los ciudadanos. “El MWC ha sufrido muchas transformaciones, también porque hubo un momento en el que la movilidad cambió e impulsó la transformación digital, que está impactando en todos los aspectos. Pero lo importante es que la tecnología no tiene que ser abrumadora, sino que nos tiene que guiar, y esto se ve en que fue clave para adaptarnos durante la pandemia”, afirma el director de la GSMA. Pero mientras algunas cosas funcionan en el plano virtual, otras necesitan la presencialidad, como el mismo MWC, que en 2021 celebró su edición más reducida, con 20.000 asistentes presenciales y con una apuesta por la versión online, y el año pasado subió hasta 60.000 asistentes. “Los humanos tenemos esta forma de interactuar, hay cosas que se hacen en persona, porque si no, no es lo mismo”, dice Hoffman. El responsable del MWC también apuesta por un uso de tecnologías tan nuevas como la inteligencia artificial o el 5G “que sea para el bien común, para abrir puertas y no para crear barreras”, y admite que una de las barreras que todavía existen es la de género: “La tecnología está muy dominada por los hombres, y eso no está bien. Pero estamos trabajando mucho con las escuelas para hacer que la tecnología sea divertida para las jóvenes mujeres”.
El encuentro sirvió también para relanzar el estudio Toresky, el emblemático estudio de Ràdio Barcelona, en el centro de la ciudad, que Prisa Media ha renovado como su espacio de producción multimedia. El acto fue presentado por el director de EL PAÍS Cataluña, Miquel Noguer y, antes de la entrevista con Hoffman, acogió un debate sobre emprendeduría moderado por la redactora jefa en la redacción catalana de EL PAÍS, Ana Pantaleoni. En el debate participaron Núria Pastor, cofundadora y consejera delegada de HumanITCare, Timo Buetefisch, fundador de Cooltra, y Jordi Romero, cofundador y consejero delegado de Factorial, así como el director del salón de emprendeduría 4YFN, Pere Duran, que se celebrará en el seno del MWC.
De estas start-up, Factorial consiguió el año pasado una valoración superior a los 1.000 millones de dólares, lo que le dio el estatus de unicornio. “La valoración de la compañía es una métrica poco importante, pero sirve para seguir captando inversión, y nosotros no queremos dejar de crecer”, considera Romero, que dirige una empresa de cerca de 1.000 empleados. Buetefisch coincide en que la clave es construir “un proyecto sostenible” que dé una solución concreta a los clientes, como la suya, de motos compartidas, que en noviembre levantó una nueva ronda de inversión de 25 millones de euros. Los tres emprendedores debatieron sobre las dificultades de sacar adelante proyectos: “Nosotros empezamos en el laboratorio de la UPC, venían los clientes y no sabíamos donde atenderlos. Al principio no teníamos un sueldo, pero vas aprendiendo muy rápidamente”, destacó Pastor, que dirige una start-up de salud que ganó el año pasado el premio del salón 4YFN y que tiene su sede en el antiguo Hospital de Sant Pau en Barcelona.
Para Duran, director del 4YFN, los tres emprendedores que le rodeaban son “casos de éxito”: “Se les debería hacer una estatua a todos ellos, porque son una inspiración para todos los que lo intentan. Creo que el ecosistema emprendedor debería ser cada vez más inclusivo y que cualquier emprendedor, independientemente del dinero que tenga en el banco, pueda llevar a cabo su proyecto. Antes tenían que irse a Estados Unidos para conseguir el dinero, y ahora lo pueden hacer desde aquí”. Es el caso precisamente de Romero, que con su primera start-up tuvo que trasladarse a San Francisco para estar donde estaban los fondos de inversión, y que ahora con Factorial ha levantado capital extranjero que ha apostado por su proyecto, dedicado a la gestión de recursos humanos, en Barcelona. ¿Hay algún error que no cometerían ahora? “Me hubiese gustado tener un compañero de viaje, fundar la empresa con alguien más”, dijo Buetefisch; “No cambiaría nada, pero los errores más caros que hemos cometido han tenido que ver con atraer al talento incorrecto o no saber retener al bueno”, reflexionó Romero. Con todo, los tres emprendedores animan a los jóvenes a sacar adelante sus proyectos pese a que la estadística dice que en la mayoría de los casos no funcionen, y Buetefisch tiró de ironía: “Si yo, siendo guiri, llamándome Timo y vendiendo motos lo he conseguido, soy la prueba de que se puede hacer”.
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