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España y otros 14 países de la UE presionan a Bruselas para que imponga un tope al precio del gas

Los países argumentan en una carta que un límite sería la medida más efectiva para “mitigar la presión inflacionaria”. Francia por su parte, quiere que Europa contemple ampliar la excepción ibérica a otros países

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Kiev, el 15 de septiembre.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Kiev, el 15 de septiembre.Efrem Lukatsky (AP)
Silvia Ayuso

España, con otros 14 países europeos, está redoblando la presión para que Bruselas incluya un tope al precio de gas como uno de los instrumentos de emergencia “prioritarios” para afrontar la crisis energética de este invierno. En una carta que han hecho llegar este martes a la comisaria de Energía, Kadri Simson, sostienen que esta medida, que el Ejecutivo europeo acabó retirando de su propuesta inicial, es la más eficiente para afrontar la presión inflacionaria “insostenible” y otros retos inmediatos que ha provocado el cierre del grifo del gas ruso.

“El tope al precio del gas que ha sido pedido desde el comienzo por un cada vez mayor número de Estados miembros es la medida que ayudará a cada Estado miembro a mitigar la presión inflacionaria, gestionar las expectativas y proporcionar un marco en caso de potenciales disrupciones del aprovisionamiento, además de limitar los beneficios extra del sector”, argumentan los signatarios de una carta a la que ha tenido acceso EL PAÍS y ha adelantado Politico. Los países firmantes son Bélgica, Bulgaria, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y España.

El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, ha señalado que el Ejecutivo comunitario está “trabajando” en la materia, sin indicar si habrá una propuesta concreta para el viernes, cuando se celebrará un consejo de ministros de Energía de la UE en Bruselas. De esta nueva reunión crucial debería salir la lista definitiva de medidas de emergencia para aprobar en breve. En la carta, los países dicen a la comisaria que también esperan que la propuesta legislativa al respecto esté lista “lo antes posible”.

La medida debería ser aplicada a “todas las transacciones al por mayor de gas natural y no limitada a la importación de jurisdicciones específicas”, agregan en referencia a la propuesta inicial de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de imponer un tope solo al precio del gas ruso. La medida, que la jefa del Ejecutivo europeo planteó antes de la primera reunión extraordinaria de ministros de Energía, el 9 de septiembre, acabó siendo retirada de la lista inicial de medidas que presentó una semana después ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Esta incluía propuestas para la reducción del consumo eléctrico —de un 5% obligatorio en las horas punta— como gravar los beneficios extraordinarios de las energéticas.

Para España y los demás países que apoyan la iniciativa, este tope al precio del gas “puede ser diseñado de tal manera que garantice la seguridad del aprovisionamiento” —uno de los principales reparos de quienes se oponen a la medida, como Países Bajos o Hungría— así como el “libre flujo del gas” por Europa. A la vez, permitiría lograr el “objetivo compartido de reducir la demanda de gas”.

“Este tope es la prioridad y puede ser complementada con propuestas para reforzar la vigilancia financiera del mercado del gas y el desarrollo de referentes alternativos para el precio del gas en Europa”, agregan respecto a otras medidas, más a largo plazo, planteadas por Bruselas.

Francia también se muestra a favor de imponer un límite al precio del gas, aunque aboga por ir por etapas, empezando por el ruso para ampliar progresivamente la medida. “Hay que adoptar medidas para garantizar un tope en los precios del gas en Europa, empezando con un techo unilateral al precio del gas importado por gasoducto de Rusia”, propone un borrador de París que circula entre las embajadas europeas en Bruselas. En un segundo momento, argumentan los franceses, se deberían iniciar “negociaciones en profundidad con nuestros socios noruegos y argelinos para lograr precios de gas razonables”. Como siguiente paso, continúa el borrador, se podría considerar un “tope más general de los mercados al por mayor europeos, para el que un primer paso sería la introducción de un tope compensado a los precios del gas usados para generar electricidad”. Francia se dice también a favor de otra medida barajada por Bruselas y que ha quedado por el momento en el aire: la creación de algún tipo de mecanismo que “aliente la compra conjunta de GNL”, gas natural licuado. Esta “medida complementaria”, argumentan los galos, permitiría un “alto nivel de seguridad” en el aprovisionamiento de gas a largo plazo.

Francia quiere la excepción ibérica

En su propuesta para Bruselas, Francia evoca también la posibilidad de crear una excepción ibérica “a escala europea”, como uno de los mecanismos a corto plazo más eficaces para frenar la espiral de precios de la electricidad, una posibilidad que ya evocó su presidente, Emmanuel Macron, la semana pasada, durante la inauguración del primer parque eólico marítimo francés.

Ante la reunión del viernes en Bruselas, Macron sostuvo que su “prioridad” será “bajar todos los precios [de la energía]”. “Para empezar, sobre el gas, vamos a intentar obtener al menos lo mismo que nuestros amigos españoles y portugueses han obtenido”, afirmó el presidente francés en referencia al acuerdo aprobado por la Comisión Europea en junio. Este permite a España y Portugal fijar un precio límite al gas para producir electricidad, con lo que, como agregó el mandatario, se ha conseguido que “hoy en día, los precios en España sean de dos a tres veces menos caros que en el resto de Europa”.

En el borrador francés, Francia vuelve a calificar el mecanismo ibérico como “la medida más efectiva y menos cara actualmente para reducir los precios de la electricidad en Europa”, y considera que la Comisión “debería hacer una propuesta” en este sentido de cara al Consejo de energía del viernes. “Un instrumento de este tipo, implementado a escala europea, puede ser construido rápidamente como una solución de emergencia para bajar los precios de la electricidad, por un tiempo limitado”, esgrimen sus autores. Un mecanismo ibérico europeo que, subrayan, debería estar “bien configurado para evitar el aumento del consumo del gas y de las emisiones de gas de efecto invernadero (…) garantizaría que no se distorsione el funcionamiento de las interconexiones y que no haya incentivos para consumir demasiado gas”, concluyen.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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