Fedea advierte de que la ralentización del empleo indefinido del segundo trimestre podría extenderse al tercero

El auge de la afiliación indefinida que desató la reforma laboral se ha desacelerado en los últimos meses, debido, principalmente, al aumento en el número de bajas de los fijos discontinuos. Así lo determina el Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, elaborado y publicado este jueves por el Instituto EY-Sagardoy, BBVA Research y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). El trabajo liderado por el ‘think tank’ de las grandes empresas reconoce los efectos positivos del nuevo marco normativo en cuanto al descenso en el número de desempleados, pero advierte de que tanto las horas de trabajo efectivas como el producto por trabajador siguen en niveles prepandemia.

La creación de empleo perdió impulso en el segundo trimestre, y los registros de afiliación a la Seguridad Social de julio y agosto anticipan un estancamiento del número de cotizantes en el tercero a la espera de conocer su evolución en septiembre, apunta el estudio. A pesar de que el aumento del número de asalariados del sector privado y de ocupados por cuenta propia compensó la destrucción de empleo en el sector público, la evolución de las horas trabajadas siguió condicionada por el impacto de las bajas por enfermedad (806.000 ocupados no trabajaron por este motivo en el segundo trimestre).

Sobre estas proyecciones, el estudio destaca que la tasa de desempleo descendió hasta el 12,5% en el segundo trimestre y se situó en mínimos desde 2008. Aunque la incidencia del paro de larga duración volvió a aumentar. A pesar de que la tasa de paro siguió disminuyendo, los desempleados que llevan prácticamente un año buscando empleo suponen un 48,6% en el segundo trimestre de 2022. Para remediar esta situación, Marcel Jansen, investigador asociado de Fedea, recomienda el uso de herramientas para incentivar el empleo: “Todo pasa por aplicar políticas activas de empleo, que parece que ahora han pasado a un segundo plano. El Gobierno anunció grandes cambios con la ley de empleo que no han llegado, y los servicios públicos de empleo están ausentes en estos momentos”.

En cuanto a la evolución de la contratación laboral y su desglose por tipos de contrato, esta mantiene la tendencia iniciada con la reciente reforma laboral de 2022, pero el peso de los contratos temporales en el total de contratos registrados ha vuelto a repuntar en unos 10 puntos porcentuales desde entonces.

Desde abril de este año, la contratación indefinida ha experimentado un crecimiento histórico: en los ocho primeros meses del año se han registrado 3,3 veces más contratos indefinidos y un 39% menos de temporales que en el mismo periodo de 2019. En los ocho primeros meses del año se han registrado cerca de 1,4 millones de contratos fijos discontinuos, sin embargo, desde abril el impacto ha sido más limitado en la afiliación al Régimen General, y desde junio se observan variaciones que se deben a las bajas por rescisiones y por periodos de inactividad, alerta el estudio.

Con todo, la tasa de temporalidad (porcentaje de asalariados con contratos temporales sobre el total de trabajadores asalariados) ha descendido 4,1 puntos en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo de 2019. Los datos de la Seguridad Social indican que la caída de la tasa de temporalidad se prolongó en julio y agosto.

Este freno en el ritmo de afiliación, se debe, como apunta el informe, a que las tasas de baja de la afiliación de los trabajadores con contratos indefinidos ordinarios han aumentado desde el inicio de la reforma laboral. En agosto de este año han sido 2,3 veces la registrada en agosto del 2019. Y desde abril de 2022, las tasas de baja de los fijos discontinuos son superiores a las de los temporales. “Ha habido un proceso de cambio de los contratos temporales a los fijos discontinuos, y esto conlleva un aumento de las bajas por proceso de actividad”, ha señalado Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea. El aumento de las bajas de trabajadores indefinidos se debe no solo al crecimiento de los pases a situaciones de inactividad de los fijos discontinuos, sino también al aumento de las bajas por dimisión o abandono voluntario y por no superar el periodo de pruebas, explica el trabajo.

Moderación salarial

En cuanto a la situación de los sueldos dentro del actual contexto de carestía, el informe de Fedea concluye que se mantiene la moderación salarial pese a los récords de inflación. Los salarios pactados en los convenios colectivos aumentaron en el segundo trimestre de 2022 un 2,4%. Sin embargo, a pesar de que son los mayores aumentos salariales promedio desde 2009 y 2010, estos son bastante contenidos, dados los récords de inflación registrados en los últimos trimestres —entre el 8,5% y el 9,5% superiores a los anotados en aquellos años—, dice el documento.

“La reforma se diseñó para reducir la temporalidad. En los momentos de crisis, España tenía tasas de desempleo más elevadas porque lo primero que se hacía era reducir el empleo temporal”, ha señalado Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research. “Así ocurrió en la gran crisis financiera de 2008, cuando se redujeron 800.000 empleos que no se renovaron. Con este nuevo marco lo que se busca es que las empresas puedan recurrir a otras herramientas, como reducir el número de horas en lugar de destruir empleo, y que, así, el despido sea la última instancia a la que acudan las empresas”, ha añadido.

En lo referente al ratio de vacantes sobre el número de desempleados, estas han experimentado un incremento en el segundo trimestre del año. La tasa de vacantes crece, al tiempo que el paro disminuye, lo que estaría reflejando la prolongación del ciclo expansivo de la economía española, que es compatible con la existencia de dificultades de emparejamiento en algunos sectores, justifica le estudio.