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Exxon abandona sus proyectos en Rusia tras la invasión a Ucrania

La petrolera tejana deja de perforar el enorme pozo Sakhalin siguiendo la estela de sus competidores BP y Shell

Luis Pablo Beauregard
Una estación de servicio de Exxon en Nueva York.
Una estación de servicio de Exxon en Nueva York.ANDREW KELLY (REUTERS)

La petrolera tejana Exxon Mobil informó el martes que ha frenado la explotación de pozos, iniciado la salida de su personal de Rusia y puesto un alto a todas sus inversiones futuras en Rusia en respuesta a la invasión del régimen de Vladímir Putin a Ucrania. La empresa estadounidense cede a la presión y se suma a las compañías energéticas británicas como BP, Equinor y Shell, quienes tomaron decisiones similares ante la ofensiva del Kremlin. “Repudiamos la acción militar de Rusia que viola la integridad territorial de Ucrania y pone en peligro a sus ciudadanos”, afirmó en un comunicado la empresa, que tiene presencia en el país europeo desde 1995 operando pozos de petróleo y gas natural.

Los empleados de la petrolera comenzaron a salir del país este martes, informó un portavoz a la agencia Reuters. Exxon tiene un millar de trabajadores, la mayoría de ellos con nacionalidad rusa, repartidos entre Moscú, San Petersburgo y Ekaterimburgo. El grueso de sus operaciones, sin embargo, se concentra en el proyecto de la isla Sakhalin, en el extremo oriental del país. Este complejo, compuesto por tres campos offshore es el mayor de Rusia en manos de extranjeros. Tiene un valor de 12.000 millones de dólares. Exxon controla el 30% y comparte la explotación con la japonesa Sodeco, la india ONGC Vinesh y la rusa Rosneft.

La compañía nipona estatal de exploración, dueña del 15% de Sodeco estudiaba este miércoles la viabilidad inmediata de las operaciones en Sakhalin tras la salida de los estadounidenses, que comenzaron a explotarlo en 2005 y de donde eran extraídos unos 300.000 barriles diarios de crudo y gas. En 2014, este proyecto operó con normalidad después de evitar la ronda de sanciones tras la anexión rusa de Crimea. La realidad es muy diferente esta vez.

Este martes en Washington, el presidente Joe Biden hablaba de las sanciones que Estados Unidos junto a sus aliados europeos ha impuesto a Moscú. El mandatario dijo que tomaba las acciones necesarias para “infligir dolor” en la economía rusa. Biden anunció que ha trabajado junto con otros 30 países para liberar 60 millones de barriles de crudo de reservas, la mitad de ellas aportadas por EE.UU, para evitar una crisis energética y controlar los precios energéticos.

“No tiene idea de lo que le espera”, ha dicho Biden sobre Putin. El presidente anunció que su país también cerrará el espacio aéreo a los rusos, una medida adoptada por otras naciones europeas. Y recordó que el rublo ha perdido el 30% de su valor y los mercados se han dejado el 40% en los últimos días. “La economía rusa se tambalea. Y Putin es el único culpable”, dijo Biden ante el Congreso y los tres poderes, arrancando un aplauso tanto de demócratas como republicanos.

El de Exxon es el penúltimo movimiento en el éxodo de grandes empresas estadounidenses que han dado la espalda a Moscú tras la ofensiva militar. Este martes, Apple anunció que dejará de vender sus iPhones y otros productos en el país. La empresa liderada por Tim Cook también informó que hará ajustes a sus aplicaciones de geolocalización para proteger a los ucranianos que permanecen luchando en su país. Ford también informó a sus socios fabricantes que frenará la fabricación de automóviles. Harley-Davidson dejará de enviar y vender motocicletas. A estas se sumarán otras en los días más negros para la economía rusa en décadas.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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