Iberia planteará una nueva vía para entrar en Air Europa con una participación inferior al 50% del capital
La aerolínea del grupo IAG pagará una penalización de 75 millones por romper el acuerdo inicial de compra. Las empresas se fijan de plazo hasta febrero para presentar su nueva propuesta en Bruselas
IAG ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que explorará una nueva integración de Air Europa en el grupo en el que está Iberia tras haber fracasado la operación de adquisición que habían planteado en noviembre de 2019. En un hecho relevante presentado este jueves en el organismo supervisor, las empresas anuncian que ahora comienza una segunda fase en la que negociarán un nuevo diseño, tras haber pactado una indemnización de 75 millones de euros a Globalia por la ruptura del acuerdo inicial. Asimismo, se fija un plazo hasta finales de enero “para evaluar otras estructuras [de unión] que puedan resultar interesantes para ambas compañías”. La que se acuerde será presentada en Bruselas para que las autoridades de la Competencia determinen el futuro de la operación, en la que se presume que entrará el Estado con la capitalización de la deuda que el grupo que preside Juan José Hidalgo tiene con la Administración.
“Es muy decepcionante que hayamos tenido que rescindir el acuerdo actual para adquirir Air Europa, pero la decisión tiene sentido debido a las condiciones de mercado, la profunda crisis derivada de la covid y teniendo en cuenta nuestro deseo de mantener un enfoque disciplinado en cuanto a la asignación de capital. No obstante, nos hemos comprometido a analizar nuevas alternativas con Globalia que podrían generar importantes beneficios”, ha manifestado Luis Gallego, consejero delegado de IAG.
Pero las intenciones de las empresas tendrán que ser muy cuidadosos para que no despierte los recelos de los guardianes de la Competencia de la Comisión Europea. La fusión se ha tropezado con las exigencias de Bruselas, que este mismo jueves ha emitido un comunicado señalando que toma nota del anuncio de las empresas de “desistir de la venta de Air Europa a IAG”. “El análisis [...] indica que la fusión hubiera afectado negativamente a la competencia interna, a las rutas de radio corto y de largo alcance, a y desde España. [...] IAG ofreció remedios, pero teniendo en cuenta los resultados de la prueba de mercado, las alternativas presentadas no abordaron completamente nuestras preocupaciones”, señala la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. Fuentes oficiales de la Comisión apuntan que dan por cerrado este expediente una vez las empresas han tomado la decisión de no seguir adelante con la fusión en los términos planteados.
Una prueba del interés de las empresa en retomar de alguna forma la operación es que la indemnización pactada de 75 millones se descontará del precio final que tenga que pagar IAG si la nueva operación, la que sea, llega a término. Además, aumentando la indemnización —de los 40 millones pactados en el acuerdo original para el caso de un eventual fracaso a 75 millones—, IAG se garantiza que la familia Hidalgo no acudirá a los tribunales, afirma el grupo de aerolíneas en el hecho relevante. En cualquier caso, el desembolso que tenga que hacer el grupo aéreo distará de los 1.000 millones pactados en la firma del acuerdo primigenio e, incluso, de los 500 a los que se redujo cuando la operación se vio afectada por la crisis de la pandemia.
La intención es mantener la integración, aunque con la diferencia de que, en lugar de comprar el 100% de Air Europa, IAG tendrá una participación inferior a la mitad del capital para no consolidar la deuda. No obstante, probablemente será el porcentaje minoritario más alto en la futura estructura accionarial de la aerolínea, en la que podría entrar el Estado como consecuencia de capitalizar parte o la totalidad de la deuda que arrastra la compañía, que recibió 475 millones del Fondo de Reestructuración de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Asimismo, obtuvo otros 140 millones con el aval del ICO y la participación de varias entidades financieras. Es decir, en el accionariado podrían incorporarse también algunas de esas entidades junto a IAG, la familia Hidalgo y el Estado. Todo queda pendiente de las negociaciones que ahora se han abierto hasta finales de enero.
Gallego ha añadido que “de igual manera, continuaremos trabajando con el Gobierno español para garantizar la conectividad de España y el desarrollo del hub de Madrid. Tal y como lo ha hecho durante los últimos 94 años, Iberia seguirá cumpliendo su misión de conectar España con el mundo, trabajando duro para fortalecer y desarrollar el hub de Madrid para que pueda competir de igual a igual con los demás hubs de Europa”.
De momento, el Gobierno ha expresado el interés de que la integración salga adelante y se pueda constituir un gran grupo español con base operativa en Barajas y que pueda competir con los grandes aeropuertos del norte de Europa. Establecer en Barajas un gran nodo aeroportuario constituía precisamente el principal objetivo de la integración, lo que el Gobierno veía con buenos ojos. El Ministerio de Transportes aseguró, en ese sentido, que va a analizar las distintas opciones que se abren. Fuentes del departamento manifestaron que “Air Europa es una compañía estratégica para España por su importancia para el sector de la aviación y del turístico”. “En este entorno tan difícil para el sector del transporte aéreo, el Gobierno va a seguir trabajando para reforzar la solvencia empresarial, protegiendo la adecuada competencia en beneficio de los viajeros y velando en todo momento por el buen uso de los recursos públicos”, señalaron.
El cierre oficial de la ruptura del primer acuerdo se extendió hasta la mañana de este jueves después de unas intensas negociaciones durante todo el miércoles. En ellas han participado, además de IAG, Globalia y los entes oficiales, los bancos que participan en el crédito avalado por el ICO: Santander, Sabadell, CaixaBank, Bankinter, Cajamar...
Air Europa ha sido víctima de la crisis de la pandemia y las restricciones a la movilidad impuestas por los Gobiernos para tratar de contener la transmisión del virus. Como consecuencia de las medidas, las compañías aéreas han sufrido enormes pérdidas. Air Europa, propiedad de la familia Hidalgo, se vio obligada a pedir un rescate al Gobierno por 475 millones. La ayuda pública apenas sirvió para cubrir los números rojos del primer año de confinamiento y contribuyó a elevar las dudas sobre la operación. IAG, el grupo de aerolíneas al que pertenecen British Airways, Iberia, Vueling o Aer Lingus, admitió hace unas semanas que se sentía “más pesimista” sobre el buen fin de la operación, sobre el que Bruselas debía pronunciarse antes del 4 de enero. La situación financiera de las aerolíneas ha sido uno de los motivos de la ruptura, pero las condiciones de Bruselas, que obligaba a la resultante a desprenderse de rutas para favorecer la competencia, también han pesado.
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