Cepyme calcula que igualar el tamaño de las empresas a la media europea crearía un millón de empleos
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa señala 100 barreras regulatorias que frenan la competitividad de las compañías
El menor tamaño de las firmas españolas y su baja productividad lastran la recuperación económica y el crecimiento empresarial. España crearía 1,2 millones de empleos y su PIB crecería un 5,2% más si elevara el volumen de sus compañías al mismo nivel de la media europea, según el informe sobre el crecimiento empresarial de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) publicado este miércoles. La organización identifica 100 barreras regulatorias —fiscales, laborales, contables y financieras— que frenan la competitividad entre las sociedades y la creación de empleo. Para favorecer el crecimiento de las empresas de acuerdo con sus necesidades, Cepyme propone retrasar cuatro años la aplicación de las obligaciones, hasta que la compañía haya consolidado su tamaño, y desarrollar un paquete de ayudas que promuevan la fusión de las firmas.
Las empresas en España son más pequeñas que en los países de su entorno. Una compañía media española ocupa a 4,7 personas, mientras que una de la UE da empleo a 6. Con Alemania, Reino Unido y Austria, la brecha es aún más amplia: el tamaño medio de sus empresas duplica al de España. Lo mismo se observa al analizar el volumen de negocios. Una firma española media factura anualmente 1,1 millones de euros, frente a los 1,4 millones de una europea (un 32% más). Las ventas por empresa en Alemania e Irlanda casi triplican las de las sociedades españolas.
A pesar de su bajo rendimiento, las microempresas (las que cuentan con menos de 10 trabajadores) tienen un peso notable en la generación del valor agregado. Si en la UE aportan alrededor del 18% del valor añadido, en el tejido empresarial español este porcentaje alcanza un 22%, superando a los mayores países de la UE con la sola excepción de Italia (26%). El contraste es más marcado con Suecia (15%) y Alemania (13%), que se sitúan al otro lado del ranking. La utilidad de los negocios más pequeños tampoco juega a favor de España. Las ventas por ocupado en las microempresas comunitarias superan un 11% los ingresos de las españolas (135.600 euros contra 122.300).
Con respecto a los sectores, en el marco de las microempresas españolas, las manufacturas y la hostelería son los únicos que cuentan con una productividad mayor que la media de la UE (+17% y +2%, respectivamente). En cambio, las desventajas más grandes afectan los servicios profesionales (-23%) y el transporte (-17%).
La alta participación de las microempresas en la generación de valor añadido y su baja rentabilidad presionan hacia abajo la productividad de la economía. España está entre los países de la UE que tienen un rendimiento más bajo: 222.200 euros de ventas por cada ocupado. Solo Rumania y Portugal muestran una proporción más reducida, mientras que Irlanda y Bélgica duplican el dato español.
Independientemente de su aportación a la economía, las empresas más pequeñas se enfrentan a mayores dificultades. “Las pymes se financian a tipos de interés más caros y tienen menos posibilidades de captar talento o innovar, lo que lleva a las empresas de menor tamaño a tener una menor resistencia ante las crisis y una vida más corta”, señala Cepyme en el informe. La vulnerabilidad de las pequeñas y medianas empresas es evidente si se analizan los puestos de trabajo que han perdido en las crisis en comparación con las grandes firmas. Entre 2007 y 2013, las empresas de 10 a 249 ocupados perdieron empleo por el equivalente a más de la mitad de todos los puestos destruidos, pese a que solo eran responsables de un tercio del empleo total.
Emprendimiento
Otro de los principales obstáculos al avance empresarial es la tasa de mortalidad de las cooperativas. Este dato, que mide el porcentaje de tejido empresarial que desaparece de forma anual, en España se sitúa en el 35%, duplicando las cifras de Alemania, Holanda e Irlanda. Esta tendencia se agudiza en España en las empresas de nueva creación, puesto que solo la mitad de ellas sobrevive tres años después de su creación, una proporción que está casi cinco puntos por debajo de la media europea. Sin embargo, la tasa de emprendimiento, que calcula las firmas creadas por cada 10.000 habitantes, es una de las más altas de la UE (35%), lo que demuestra el potencial de los empresarios españoles.
La confederación señala en su informe que las empresas intentan no superar el escalón de los 50 trabajadores —el que separa la pequeña de la mediana empresa—, ya que las cargas que asumen por incrementar su plantilla en solo un trabajador desalientan esta ampliación. “Existe un síndrome del empleado 50, porque cuando se rebasa ese número de trabajadores el incremento burocrático en el funcionamiento sube de manera exponencial”, ha apuntado el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, además de pedir que se deje a las empresas consolidar su tamaño para que puedan asumir las nuevas cargas y potenciar su crecimiento.
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