El monedero del conductor
Bip&Drive, la empresa con más clientes suscritos a su sistema de pago de telepeaje, sortea el bajón de trayectos
Según datos de Seopan, el año pasado el tránsito por autopista se desplomó un 36% en España. Parecía una mala noticia para Bip&Drive, la empresa más extendida para el pago de telepeaje, el famoso ViaT, con 1,1 millones de clientes. Pero su modelo de suscripción —la mayoría de sus clientes pagan una cuota de 15 euros anuales— ha permitido a la firma, participada por Abertis, Cintra, Itínere y CaixaBank, capear la situación. El año pasado facturó 210 millones, con unos ingresos netos para la compañía (descontado el abono a los operadores) de 13,3 millones frente a los 19 millones de un año antes. Con unos gastos más contenidos, el resultado de explotación ha incluso mejorado ligeramente (4,6 millones).
Pero más allá de los datos de un año tremendo, la compañía ha podido beneficiarse de los efectos secundarios de esta pandemia, con clientes obsesionados por no tocar botones, el auge de la digitalización y la creciente aversión a hacer colas. Su dispositivo combinado con la aplicación en el teléfono móvil permite pagar en autopistas y en otros 30.000 comercios del país. Y ese es el camino que ha tomado la compañía, cuyos ingresos vienen en un 85% por suscripciones y el resto por comisiones que pagan los establecimientos. En palabras de su director, Josep Jové, lo suyo sería “ser una especie de Netflix para el conductor”.
En su plan hay elementos a favor y otros más complicados de conseguir. Ahora mismo, por la cuota de suscripción ofrecen la posibilidad de pagar sin contacto en gasolineras, aparcamientos, ITV, gasineras, lavados de coche, puntos de recarga eléctrica, restaurantes de áreas de servicio o en el estacionamiento regulado de las principales ciudades del país. Con su ViaT también se puede viajar por autopistas en Francia, Portugal y pronto por Andorra. Y gracias a la geolocalización, la lectura de matrículas o el bluetooth están ampliando la posibilidad de facilitar sus servicios en otros comercios. En resumen, el “dar todo en la palma de la mano”. Pero esa capilaridad cuesta trabajo y tiempo, sobre todo cuando la principal red de repostaje, de Repsol, no está incluida en toda su extensión ni con su marca, ya que solo algunas gasolineras de forma individual se han sumado —la petrolera tiene su propia aplicación de pago sin contacto, Repsol Waylet—.
Bip&Drive, sin querer hablar de empresas concretas, defiende su “neutralidad” ya que no tiene contratos en exclusividad. De este modo, dicen, no obligan al cliente a elegir una empresa determinada. “Esto solo vuela si realmente eres capaz de desarrollar mucha capilaridad de servicio”, describe Jové señalando su producto. “Y no hay aplicación hoy con más puntos de servicio como la que tiene Bip&Drive”.
Lo próximo que quieren incorporar son talleres de reparación. Su aplicación, que también se puede utilizar pagando solo por los meses de uso, ofrece descuentos e informa al cliente de en qué se va su dinero a final de mes. “Muchos ahorran más de lo que les cuesta la suscripción”. Dicen que esto solo es el principio. “Las app actuales son la antesala de lo que en el futuro tendrás instalado en la pantalla del coche”.
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