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Calviño contesta a Podemos sobre las ayudas directas: “Esto no es una subasta ni se resuelve con un tuit”

Ofensiva del Gobierno para negar discrepancias internas. María Jesús Montero achaca a “cuestiones técnicas” el retraso en la aprobación del plan de apoyo

La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital Nadia Calviño, este martes en el Senado. En vídeo, las declaraciones de la ministra sobre las ayudas directas.Foto: EFE

Ofensiva del Gobierno para negar las discrepancias dentro del PSOE y entre los socialistas y Unidas Podemos sobre el plan de ayudas directas que lleva más de un mes dando vueltas en las reuniones internas y no acaba de concretarse. La vicepresidenta, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, principales señaladas por todas las fuentes como las que más se han resistido a aprobar estas ayudas directas porque suponen un importante desembolso de dinero público en una situación ya de sobreendeudamiento, han negado tajantemente que el retraso del plan de ayudas, que se ha dejado para un consejo extraordinario el viernes, se deba a esas discrepancias. Pero Calviño, claramente molesta por las filtraciones de la posición de Unidas Podemos, que reclama que 8.000 de los 11.000 millones del plan sean ayudas directas, ha cargado contra este grupo. “Esto no es una especie de subasta de cantidades. Esto no se resuelve con un tuit o una nota de dos páginas. No se trata de un mensaje a la ligera. Es un texto legal que tiene que responder a los más altos estándares jurídicos. Estamos terminando los ajustes técnicos”, ha asegurado Calviño en el Senado a preguntas de los periodistas en una rueda de prensa convocada expresamente para negar estas discrepancias.

Precisamente la posición de Unidas Podemos donde explicaba que reclama esos 8.000 millones quedó reflejada en un documento de tres páginas que se envió a los medios, por lo que parece evidente que Calviño se refería a eso. Además, Nacho Álvarez, secretario de Estado dependiente de Iglesias tuiteó recientemente: “Lo que el Estado no gaste ahora en ayudas directas a empresas para evitar aumentos de la deuda pública, se lo podría terminar gastando en subsidios por desempleo si quiebran las empresas en situación de fragilidad. Siempre es mejor prevenir que curar”.

La vicepresidenta ha aprovechado para destacar las buenas perspectivas económicas que ha señalado hoy la OCDE para España, pero fuentes del Ejecutivo señalan que eso no implica que se vayan a reducir las cantidades del fondo previstas para ayudas directas, que según estas fuentes ya están fijadas aunque nadie quiere confirmarlas oficialmente. “Las informaciones sobre choques no responden a la realidad. Se trata de que las ayudas directas lleguen a las empresas. Tenemos una buena previsión de la OCDE, empezamos a ver la luz pero aún nos quedan unas semanas duras por delante, por eso hacemos este paquete adicional”, ha insistido Calviño.

Montero ha sido la primera en abrir esa ofensiva del Gobierno para tratar de desmentir unas discrepancias sobre las ayudas directas que, por otra parte, se han hecho públicas varias veces en las últimas semanas en declaraciones de ministros en sentidos diferentes. Calviño y Montero llegaron claramente a dudar de la necesidad de estas medidas e insistieron durante semanas en que ya se habían dado muchas en los últimos meses, ya que ellas incluyen a los ERTE como ayuda directa a las empresas, algo que no hacen las estadísticas europeas. “Se debe a una cuestión claramente y puramente técnica”, ha insistido Montero para justificar el retraso en la aprobación del plan de ayudas de 11.000 millones, previsto inicialmente para este martes. La también ministra de Hacienda ha rechazado en todo momento que la demora se deba a “presiones” o “dificultades de entendimiento” con su socio de Gobierno, Unidas Podemos.

“En ningún caso [el retraso] es producto de las informaciones que se han publicado por algunos medios de comunicación”, ha dicho en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Lo cierto es que la resistencia de Calviño y Montero a aceptar la propuesta de Podemos de destinar 8.000 millones a ayudas directas no reembolsables y otras diferencias de criterio, según explican varias fuentes gubernamentales, pospusieron una medida que debería haber aprobado el Gobierno este martes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ya había adelantado el importe de las ayudas, unos 11.000 millones, marcó anoche una fecha, el próximo viernes, que servirá de ultimátum para que las diferentes sensibilidades del Gobierno acuerden el esquema de las ayudas directas a empresas.

“Lo que hemos leído no se corresponde con la realidad, no he dicho que ustedes mienten”, ha insistido Montero en respuesta a la pregunta de un periodista. “Con este paquete de ayudas, que esperamos que ya sea el definitivo (...), intentamos evitar que se produzca un cierre o liquidaciones de empresas por un problema de solvencia, de un endeudamiento”, ha añadido sin dar más detalles sobre cómo se repartirán los 11.000 millones de euros.

Economía y Hacienda siempre se han mostrado reticentes a dar ayudas directas a las empresas más afectadas, una postura que choca con la defendida por Unidas Podemos y otros ministros socialistas. También hay diferencias sobre quién tendrá que gestionar estas transferencias. Mientras que María Jesús Montero y Nadia Calviño apoyan que participen las autonomías, la formación morada defiende que se centralicen para evitar agravios comparativos entre regiones.

El Gobierno anunció la liberación de este fondo adicional de 11.000 millones ante una crisis que está siendo más larga de lo esperado y una recuperación que tarda en despegar pese a la llegada de las vacunas. El PIB español cayó un 11% en 2020, y la tan ansiada reactivación de la economía en el arranque de este año no está siendo tan intensa debido a los rebrotes. Numerosos sectores, sobre todo aquellos vinculados al turismo y la movilidad, siguen a medio gas por el mantenimiento generalizado de las restricciones sanitarias, más o menos severas en función de la comunidad.

Las nuevas ayudas se basarán en un esquema compuesto por tres fondos. El primero de ellos irá dirigido a recapitalizar empresas medianas; el segundo, previsiblemente de unos 5.000 millones, servirá para reestructurar deudas del ICO. El último, que es el que ha creado tensiones entre los socios de Gobierno y ha retrasado la aprobación del plan, será para ayudas directas.

“Faltan los retoques finales y sabéis que soy extremadamente cauta”, ha justificado Montero. “Nos ha parecido prudente que se convoque un Consejo de Ministros el próximo viernes”, ha añadido, y ha asegurado que de esta manera también se podrá aprobar a tiempo la nueva prórroga de la moratoria concursal, que expira el próximo día 14.

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