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Fondos para subirse al Año del Buey

Los expertos creen que China, en particular, y Asia, en general, repetirán el buen comportamiento de 2020

Una empleada junto al panel de cotizaciones en la Bolsa de Taiwán el 8 de febrero.
Una empleada junto al panel de cotizaciones en la Bolsa de Taiwán el 8 de febrero.ANN WANG/REUTERS (REUTERS)

China y, por extensión, Asia han estado en boca de todos en 2020. Las celebraciones de su Nuevo Año acaban de terminar. Según su horóscopo, 2021 será el Año del Buey, animal de orden, esfuerzo y disciplina. Aunque nada dicen los astros sobre cómo irán sus mercados financieros, sí sabemos que en los últimos 12 meses, en el Año de la Rata, signo de la supervivencia, las rentabilidades de los fondos de inversión vinculados a la región han sido per se llamativas, y en tiempos de pandemia, aún más. Conforme a Morningstar, en las categorías de Renta Variable Asia y Renta Variable Asia-Pacífico (sin contar a Japón) hay fondos con rendimientos anuales superiores al 70%; en la de Renta Variable China Acciones A, varios alcanzan el 80%, y en la de Renta Variable China (general), incluso el 90%. En estos primeros días del año, algunos de ellos acumulan revalorizaciones del 25% o más.

Aún con la advertencia sobre posibles caídas puntuales en la divisa (yuan o renminbi) y en renta variable o fija, las ganancias, que se explican por varias razones, podrían mantenerse como tendencia en los próximos meses, según los expertos.

Las expectativas para China parecen inmejorables. Para 2021 se espera un crecimiento económico superior al 8% después de que en 2020 fuera uno de los pocos países sin recesión (crecimiento del 2,3%, tras una crisis claramente en forma de V). Se apoya en los mileniales (más de 400 millones de habitantes, frente a los 200 millones de Europa y Estados Unidos), una clase media con ansias de consumo que en 2025 podría ser mayor que la del resto del mundo, en sus metrópolis con nuevas infraestructuras y en la digitalización de la población, ya con más de 1.000 millones de teléfonos inteligentes.

Además, la economía china supone el 16% del PIB mundial y aporta más del 25% de su crecimiento económico. Sus mercados, al menos en parte, se han abierto a los inversores extranjeros. Reconociendo esta situación, los responsables de los índices de referencia mundiales tipo MSCI han aumentado el peso de China en ellos, lo que ha obligado a las gestoras a reajustar la hasta ahora infraponderada presencia del gigante asiático en sus carteras. A su vez, esto —explican los gestores — provoca que más allá de las expectativas concretas de China deban comprar más activos de este mercado (por esa cuestión de pesos), lo que supone la llegada de una cantidad ingente de dinero.

Alimentando el círculo virtuoso, los nuevos flujos llegan de la mano de inversores institucionales, con vocación de inversión a medio y largo plazo, lo que reduce la tradicional volatilidad de los mercados financieros chinos hasta ahora dominados por inversores particulares, más emocionales y, en ocasiones, especulativos. Esta profesionalización y la consiguiente reducción de la volatilidad atrae a su vez más inversiones y más duraderas.

El mercado financiero chino es una gigantesca sopa de letras en acciones (A, B, H, J, Red Chips, N Chips), Bolsas y divisas. Su acceso es ya, salvo contadas excepciones, libre para los inversores nacionales y extranjeros, pero siempre bajo la supervisión de las autoridades chinas. Invertir directamente en estos mercados es, según los expertos consultados, un grave error, por caro y porque implica asumir un alto riesgo. Por ello, todos insisten en la importancia de recurrir a gestoras con equipos locales en el país y que el vehículo de acceso a estos mercados sean siempre los fondos de inversión.

Incluso van más allá en esta recomendación. “Ni se puede ni se debe pasar de no invertir nada en Asia-China a destinar el 20% de la cartera a estos mercados, por mucho que ahora parezca el momento idóneo”, explica Romualdo Trancho, director y responsable de Desarrollo de Negocio de Allianz Global Investors en España y Portugal. En su opinión, hay que diversificar las entradas en bloques del 4% o el 5% cada vez para tener distintos precios y elegir bien los fondos de inversión sin dejarse arrastrar por el efecto retrovisor. Allianz All China y Allianz China A Shares, con rendimientos en un año superiores al 60%, son dos opciones que plantea Trancho para acercarse a este mercado.

Para Lucía Gutiérrez Mellado, directora de Estrategia de JP Morgan Asset Management para España y Portugal, es importante que los inversores —siempre que estén dispuestos a asumir un riesgo cierto, aclara— accedan poco a poco a los mercados asiáticos. Según ella, el enfoque puede ser inicialmente global (Emerging Markets Equity Fund, con ganancias en 2021 por encima del 14%) para después ir adentrándose en Asia a través de Asian Growth (más del 30% en seis meses) para, posteriormente, llegar a China a través de fondos tradicionales de acciones A (China A Share Opportunities, con niveles de ganancias aún más elevados).

Un abanico de opciones

Leonardo Fernández, director del Canal Intermediario de Schroders, afirma que hoy por hoy ven una oportunidad de inversión en la zona de Asia como región. “No solo es China, que efectivamente es la locomotora del área, sino también países de su entorno como Corea y también India, con uno de los mercados más grandes y con un potencial en cuanto a digitalización enorme”, señala. Un inversor de perfil moderado podría destinar hasta un 10% de su cartera a estos mercados. El vehículo podría ser Schroders SF Emerging Asia —con rendimientos anualizados de más del 15% en tres años— y complementarlo con otro 5% directamente en China, preferentemente a través de acciones A (Schroders SF China A, con ganancias del 17% desde principios de año).

Asia, en general, y China, en particular, conforman también un gran mercado de renta fija, pública y privada. Álvaro Cabeza, responsable de UBS Asset Management para Iberia, reconoce que la renta variable china “se ha adelantado” entre los inversores institucionales, pero que ahora están viendo una nueva ola de asignaciones, más fuerte si cabe, que se dirige hacia renta fija asiática y mucho más específicamente a renta fija china. Al final, no debemos olvidar, aclara, que en 2021 el inversor lo tiene mucho más difícil en renta fija que en variable. “Los bonos chinos, sobre todo los gubernamentales, tienen las dos características que un inversor en renta fija busca: por un lado, el cupón (por encima del 3%), y, por otro, la descorrelación frente a la renta variable”. Destaca el fondo UBS China Fixed Income, con unos rendimientos en el año en torno al 2,5%. Para quien prefiera un fondo multiactivo de gestión dinámica, China Allocation Opportunity (+10% en el año).

Respecto a la renta fija, Eric Wong, gestor principal del Fidelity Funds Asian Bond (+0,5%), explica que, con los rendimientos globales en mínimos históricos y en un entorno de debilidad del dólar, “los rendimientos más elevados de los bonos chinos podrían ser especialmente atractivos”.


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