La brecha en el PIB per cápita entre comunidades disminuye en 30 puntos desde 1975
Galicia, La Rioja y Castilla y León, Extremadura y Aragón han experimentado incrementos por encima de la media
La brecha en el PIB por habitante entre comunidades autónomas se ha estrechado durante los últimos 45 años. Desde 1975, el diferencial ha pasado de 95 a 65 puntos porcentuales, sobre todo gracias a que las regiones más rezagadas han crecido a un ritmo superior a la media. Aun así, el proceso de convergencia no ha avanzado de manera homogénea en todos los ámbitos, según refleja el estudio 45 años de evolución económica, social y empresarial de las Comunidades Autónomas en España (1975-2020), presentado este martes y elaborado por la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas (CGE).
Desde 1975, el PIB por habitante ha crecido a un ritmo medio anual del 1,75%, hasta alcanzar los 24.808 euros en 2019. Extremadura, La Rioja, Galicia, Castilla y León y Aragón han experimentado los mayores incrementos, de más del 2% en el periodo analizado. Baleares, Canarias, Cantabria y Asturias, al contrario, han registrado los menores avances, por debajo del 1,5%.
Pese al acercamiento, el mapa actual sigue reflejando una evidente fractura entre el norte —además de la capital— y el sur del país. Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña continúan siendo, 45 años después, las comunidades con la renta per cápita más elevada. En el otro extremo se sitúan Andalucía, Extremadura, Ceuta, Melilla y Castilla-La Mancha.
El informe, elaborado por los economistas Salvador Marín, del CGE, y Raúl Mínguez, de la Cámara de Comercio, también hace un análisis pormenorizado de la evolución demográfica y del mercado laboral en estas cuatro últimas décadas. Aunque la población ha crecido de manera generalizada, ha habido grandes desigualdades entre regiones. Mientras que Canarias, Murcia, Madrid y la Comunidad Valenciana han visto incrementar el número de sus habitantes; Castilla y León, Extremadura, Galicia y Asturias, todas afectadas por la despoblación rural, han registrado saldos negativos.
Tampoco se ha comportado de manera homogénea el mercado laboral, que refleja los cambios demográficos. La población potencialmente activa —que está en edad de acceder al mercado de trabajo— ha crecido en el conjunto de España, duplicándose en autonomías como Baleares, Canarias y Murcia. En Asturias, Castilla y León, Galicia y Extremadura, al contrario, casi no ha habido cambios desde 1975. También la ocupación ha crecido de forma generalizada, salvo en Asturias, Castilla y León y Galicia, donde ha disminuido.
Madrid, Cataluña y Andalucía suponen hoy en día más de la mitad del PIB nacional. La región de la capital ha quitado el podio a Cataluña al crecer su peso relativo en casi tres puntos desde 1975; la Comunidad Valenciana, Canarias y Murcia también han aumentado su aportación en las últimas cuatro décadas. Aun así, estas no son las autonomías cuyo PIB en términos absolutos más se ha incrementado en los últimos 45 años. Murcia, La Rioja y Canarias son las regiones que más han crecido en media anual; Asturias, el País Vasco y Cantabria las que menos. País Vasco y Asturias también son las autonomías que más han perdido peso relativo en la economía nacional, sobre todo a causa de la pérdida de tejido industrial.
“El objetivo de este informe no es un rally entre comunidades autónomas”, dijo este martes Valentín Pich, presidente del CGE. “Más bien destacar las virtudes y los retos que quedan por delante”. Entre estos últimos, señaló el ritmo de crecimiento de la productividad, por debajo de lo deseado, una elevada tasa de fracaso escolar, la escasa digitalización y los desafíos que ha introducido la pandemia. “Las autonomías han sido corresponsables del éxito que hemos tenido, que ha sido truncado ahora por la covid”, añadió José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, quien lamentó los destrozos que la crisis está dejando en el sector turístico al turismo y la pérdida de peso de Cataluña en el PIB nacional.
Entre otros aspectos, el estudio también analiza el impacto de la financiación autonómica desde los años noventa del siglo XX. Concluye que en seis comunidades autónomas —Asturias, Cantabria, La Rioja, Aragón, Extremadura y Castilla y León— la financiación por habitante siempre ha estado por encima de la media, y en dos —Murcia y Comunidad Valenciana— por debajo, aunque la brecha entre la mejor y la peor financiada se ha reducido.
En lo que sí ha habido cambios ha sido en la presión fiscal, es decir, el peso de la recaudación de impuestos sobre el PIB. En los años noventa del siglo pasado eran Madrid, País Vasco, Cataluña y Cantabria las comunidades con la ratio más elevada, mientras que Extremadura se situaba en el extremo opuesto. En 2018, la mayor presión fiscal la tenía Baleares y la menor Canarias, seguida por Navarra y País Vasco.
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