La segunda ola hunde un 75% las pernoctaciones en alojamientos extrahoteleros en noviembre
La pandemia golpea a los establecimientos turísticos, que pierden entre enero y noviembre casi siete de cada diez noches vendidas
El sector turístico mundial ha sufrido su peor año en décadas. España sufre como la que más: acabará 2020 en un número de llegadas de viajeros extranjeros que no se experimentaban desde finales de la década de los sesenta. Esto tiene un efecto directo sobre las pernoctaciones en alojamientos extrahoteleros: la segunda ola de la pandemia hizo que en noviembre se perdieran un 75% de las noches vendidas en el mismo mes del año anterior, según ha publicado este lunes el INE. Entre enero y noviembre, la pérdida es del 58,2% de las pernoctaciones. Y en el conjunto de alojamientos turísticos (hoteles, apartamentos, campings, casas rurales y albergues), el hundimiento fue del 82,2% en noviembre, mientras que en el acumulado del año el desplome alcanza casi siete de cada diez (el 68,9%).
Noviembre nunca es el mejor mes del ejercicio y el daño ya está hecho tras un verano bajo mínimos. El problema que muestra el penúltimo mes del año es que la situación no remonta. De hecho, amenaza con ir a peor por el aumento de contagios de la segunda ola y las restricciones a la movilidad. Las pernoctaciones en los alojamientos no hoteleros superaron en el penúltimo mes del año las 1,4 millones en noviembre, muy lejos de las 5,8 millones anotadas en el mismo mes en 2019.
La baja demanda prolongada en el tiempo aprieta cada vez más a la oferta. En noviembre había abiertos 85.601 alojamientos extrahoteleros, un 61,1% del total disponible según los datos que maneja el instituto estadístico. La cifra es un tercio más baja si se compara con el número de alojamientos abiertos en el penúltimo mes de 2019. Por tipo de establecimiento, los apartamentos turísticos son los que más oferta aguantan (61,5% abiertos), mientras que los albergues son los que más han sufrido el golpe (solo abrieron un 40% del total).
Por procedencia de los viajeros, el turismo nacional sigue siendo el que mejor aguanta el embate de la crisis del coronavirus. Entre otras cosas por las restricciones o el miedo a los viajes entre países. De esta forma, las pernoctaciones de los residentes en España cayó un 62,1% (se quedó en algo más de 673.000 noches vendidas). Una pérdida considerable, aunque menor que la de los no residentes, que se hundieron un 80,7% (baja a unas 793.000 pernoctaciones).
Por número de viajeros, los residentes en España representaron el 70,4% del total que se hospedaron en establecimientos no hoteleros. En concreto, hubo 149.000 viajeros residentes frente a los 62.000 no residentes. Sin embargo, al ser viajes de corta distancia, el total de pernoctaciones fue menor, ya que el 54,1% del total la realizaron no residentes pese a ser menos en número. Es decir, hubo pocos turistas extranjeros, pero siguen siendo más rentables para el sector.
En el acumulado del año, la brecha —y las pérdidas cuantiosas— se sigue agrandando. Entre enero y noviembre de 2020 las pernoctaciones se desplomaron un 58,2% respecto a 2019. La cifra final del año amenaza con ser todavía peor, ya que diciembre ha estado marcado por el aumento de las restricciones y limitaciones a la movilidad por el impacto de la segunda ola de contagios, tanto en España como en Europa.
Bajada de precios
La exigua oferta y la demanda deprimida tiran de los precios a la baja. Según el índice de precios de apartamentos turísticos del INE, en noviembre se registró una bajada del 11,8% respecto al mismo mes de 2019. En el caso del índice de precios de alojamientos de turismo rural la caída fue menor, del 1,6%. Además, el sector apunta que este segmento es el que mejor ha aguantado la Navidad, especialmente los espacios rurales cercanos a las grandes ciudades. Solo hubo un ligero repunte en los precios, del 0,2%, en el índice de los campings.
Por tipo de alojamiento, las pernoctaciones en apartamentos turísticos se hundieron un 79,8% en noviembre (los residentes bajaron un 50,8% y los no residentes un 86,5%). En el caso de los campings, la caída en el penúltimo mes del año fue del 55,7%, lo que deja una ocupación del 31,2% de las parcelas ofertadas, un 15,2% menos que el año anterior.
En las casas rurales, por su parte, el descenso de las pernoctaciones en noviembre alcanza el 80,2% (-82,3% los no residentes y -79,8% los residentes en España). Así, solo se ocuparon el 3,6% de las plazas, un 72,7% menos que en 2019. Por último, en los albergues las noches vendidas se desplomaron un 83,1%, con una ocupación solo del 7,4% de las plazas, dos tercios menos que el ejercicio anterior.
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