Endesa genera dudas sobre el plan de cierre de nucleares
La compañía, que el año pasado redujo un 88% sus beneficios por los ajustes del carbón, decide mantener en 50 años el plazo de amortización de las centrales catalanas
Endesa ha sembrado las dudas sobre el plan pactado de cierre de las centrales nucleares. Mientras para los dos grupos de Almaraz planea un plazo de amortización de 44 y 45 años, para las centrales de Ascó y Vandellós lo mantiene en 50 años y así lo ha reflejado contablemente. Esta decisión sobre las centrales catalanas pone en entredicho el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) aprobado por el Gobierno de acuerdo con las compañías eléctricas que prevé la clausura escalonada entre 2027 y 2035 y un gran despliegue de renovables.
Según esos planes, la empresa tendría que haber apuntado en sus cuentas unas amortización de las centrales catalanas en 46 y 47 años. Según José Bogas, consejero delegado, la empresa "no modificará la política de amortizaciones en tanto en cuanto solicitemos el incremento estándar, entonces se decidirá si pedimos la ampliación de la vida útil 10 años o menos". "Queremos estabilidad y en cuanto veamos el cierre ajustaremos la amortización, mientras tanto, seguiremos con la política de amortizaciones prevista", ha añadido en rueda de prensa.
De esta forma, Bogas no ha despejado la incógnita sobre la visión de Endesa de que las previsiones se puedan cumplir. "Lo importante es que se cumpla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. La hipótesis básica es que se cumpla el protocolo, es decir, que el cierre nuclear sea en 2035; pero somos conscientes de que es un plan para largo plazo y pueden ocurrir muchas cosas y dejamos las puertas abiertas a todo", ha subrayado.
Endesa amplió la vida útil de las nucleares desde los 40 hasta los 50 años, ante la perspectiva de que siguieran funcionando. Como consecuencia del calendario pactado, redujo a 44 y 45 años los grupos I y II de la central extremeña de Almaraz, en la que no tiene mayoría. Sin embrago, en las de Ascó y Vandellós, donde si tiene mayoría, mantiene la vida útil de 50 años, aunque según el calendario previsto, esas centrales deben funcionar un tope de 46 y 47 años. El pacto cerrado por Endesa, Iberdrola, Naturgy y Viesgo con el Ejecutivo prevé que las plantas de Almaraz I, Almaraz II, Ascó I y Cofrentes cerrarán de forma progresiva entre los años 2027 y 2030. Mientras que Asco II, Vandellós II y Trillo lo harán a más tardar en el año 2035.
Menos beneficios
La noticia se ha anunciado este martes durante la presentación de resultados de la energética, según los cuales Endesa obtuvo un beneficio neto atribuido de 171 millones de euros en 2019. La cifra representa una caída del 87,9% con respecto a los 1.417 millones de euros del ejercicio anterior. Este fuerte descenso se explica por los deterioros contables totales en sus activos por 1.873 millones, según argumentó la compañía.
En concreto, la energética ha cargado a los resultados de 2019 un deterioro de 1.469 millones de por las centrales de carbón y una dotación por 404 millones por las centrales extrapeninsulares, como consecuencia del cálculo retribución por la actividad de producción de energía eléctrica en dichos territorios no peninsulares para el periodo 2020-2025, que ha sufrido una disminución significativa en la retribución regulada. Según el grupo, este deterioro contable no tiene impacto en el beneficio neto ordinario de la compañía, y, por consiguiente, tampoco en la retribución a los accionistas a través del dividendo. El beneficio neto ordinario fue de 1.562 millones, lo que supone un incremento del 3%.
Suspensión de traslados por el coronavirus
El grupo Endesa, en el que la firma italiana Enel tiene el 70% del capital y el control de la gestión, cuenta con un buen número de italianos en cargos altos y medios. Como consecuencia, cada semana y también a diario se producen traslados entre su país y España. Asimismo, muchos de los empleados españoles se trasladan a Italia con la misma frecuencia. Sin embargo, desde que el brote de coronavirus se ha extendido por una parte de Italia, el grupo ha dado orden de suspender los viajes tanto en un sentido como en otro. La decisión es temporal, pero según las fuentes de la empresa consultadas su permanencia dependerá de la evolución de la epidemia. De momento, en todo caso, en la sede de la compañía, en Madrid, no se ha implantado ningún sistema de prevención ni se ha extendido ninguna alarma.
Endesa ha incrementado sus inversiones en 2019 en energías renovables (+211%), y se ha convertido en la primera empresa en incorporar al sistema toda la potencia que se le adjudicó en las subastas organizadas por el Gobierno en 2017 (879 MW). De tal forma que alrededor de un 70% de las inversiones de desarrollo de Endesa se destinaron a proyectos de generación renovable, lo que ha permitido que el 73% de la generación peninsular y el 59% conjunto de la generación total de Endesa en 2019 ya esté libre de emisiones de CO2.
Transición energética
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha afirmado que "Endesa va a liderar la transición energética en España, para lo que estamos haciendo un enorme esfuerzo inversor en energías renovables y en digitalización, clave para continuar ofreciendo buenos resultados en un mercado cada vez más complejo. Nuestra cartera de nuevos proyectos renovables asciende ya a unos 20.000 MW en estos momentos, de los que 5.700 MW ya tienen adjudicados puntos de conexión".
Con vistas al trienio 2020-2022, la empresa augura un crecimiento del 4% interanual en el ebitda, hasta alcanzar los 4.300 millones en 2022, un incremento del beneficio neto ordinario del 7%, hasta los 1.900 millones ese año, mientras que el dividendo se ralentizará, hasta los 1,3 euros por título (el 70% del beneficio), para aumentar las inversiones, que llegarán a los 2.200 millones. De ese dividendo, el 70% irá a las arcas de la italiana Enel.
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