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El gran negocio de grabar nuestras vidas

La marca china Insta360 quiere quitar cuota a GoPro en el mercado de cámaras de acción, valorado en 4.545 millones de euros

Imagen tomada con una cámara Insta360 One R.
Imagen tomada con una cámara Insta360 One R.

El sector de las cámaras de acción ha tenido un líder tan claro que muchos ya llaman GoPro a cualquier dispositivo de este tipo, independientemente de quien lo haya fabricado. Sin embargo, una joven marca china, Insta360, está logrando abrirse camino a golpe de innovación en un mercado que, según Global Market Insights, alcanzará un volumen de 5.500 millones de dólares (4.545 millones de euros) en 2026. Insta360 apuesta por una fórmula diferente, que combina las lentes de 360 grados con sistemas de inteligencia artificial para ofrecer una mayor versatilidad. Su eslogan lo dice todo: “Graba primero, apunta después”.

“Consideramos el formato 360 como una herramienta para capturar todo lo que nos rodea sin estar pendientes de enfocar lo que consideramos relevante y crear luego clips tradicionales que se centran solo en la información que nos interesa. Eso nos permite disfrutar del momento sin preocuparnos de grabar el ángulo ideal, porque luego podemos reencuadrar la imagen a nuestro gusto”, explica Liu Jingkang, su fundador. Insta360 emplea ya a 550 personas de múltiples nacionalidades y, desde 2017, crece a un ritmo del 130% anual.

Sus productos han ido ganándose poco a poco el favor del público desde que Liu fundó la empresa en 2013, cuando todavía estudiaba Ingeniería Informática en la Universidad de Nanjing. “En principio, mi idea era desarrollar un sistema para la retransmisión en directo con el móvil. Todavía no se habían popularizado estos servicios y encontré un inversor que confió en mí”, recuerda en la sede que Insta360 alquila en Shenzhen, el Silicon Valley de China, y que ya se ha quedado pequeña.

Aunque esos vídeos en directo siguen teniendo importancia en la empresa, Liu dio un golpe de timón en otoño de 2014, cuando vio los vídeos en 360 grados que una empresa rusa producía desde un helicóptero: “Pensé que había una oportunidad de negocio en hacer asequibles para el público general esas posibilidades que entonces eran muy costosas. Así que nos propusimos unir la emisión en directo y el vídeo en realidad virtual”. De ahí surgió la denominación Insta360.

Desde entonces, la trayectoria de la marca no ha roto su tendencia ascendente. En julio de 2016 marcó un hito con la Nano, la primera cámara capaz de grabar contenido en vídeo de 360 grados desde el móvil, y medio año después asaltó el mercado profesional con la Insta360 Pro, certificada por Google para grabar Street View y utilizada por la NASA en 2018 para retransmitir la llegada a Marte desde el centro de control. No obstante, la gallina de los huevos de oro es la serie One, que inauguró en 2017 y que acaba de añadir la One X2.

Liu no oculta su orgullo cuando menciona innovaciones como la estabilización FlowState —que permite grabar en movimiento sin perder mucha fluidez—, el algoritmo que hace desaparecer el palo del selfi para imitar a un dron, o su reciente colaboración con la legendaria Leica. Esa última se ha dado en otro producto que ha logrado redefinir lo que es una cámara de acción. La Insta360 One R es la primera que utiliza un sistema modular, capaz de acoplar un objetivo 360 o una lente tradicional a una batería y un núcleo que contiene tanto el procesador como la pantalla táctil para operar el aparato. “Abre un nuevo escenario en el que será posible actualizar el hardware y añadir lentes que incluyan características diferentes, como en las cámaras réflex”, asegura el fundador.

JK Liu, fundador y consejero delegado de Insta360.
JK Liu, fundador y consejero delegado de Insta360.ZIGOR ALDAMA

Liu reconoce que el interés por el contenido en realidad virtual ha caído, y que la mayoría de los vídeos que se publican con sus cámaras de 360 grados son tradicionales, pero no le da la espalda al formato. “La realidad virtual supone una nueva forma de contar cosas. No pretende reemplazar a la tradicional, como creyeron muchos de los que la consideraron una tecnología disruptiva. Simplemente, añade una nueva perspectiva. Facilita la inmersión del espectador en el entorno, pero el director pierde el control sobre el foco de interés de la audiencia, y, por lo tanto, de la propia narración”, analiza Liu.

Aunque la realidad virtual no ha terminado de calar entre los consumidores, diferentes sectores la consideran útil en aplicaciones prácticas para las que Insta360 desarrolla sus líneas profesionales. “En el sector inmobiliario, por ejemplo, utilizamos nuestras cámaras para crear recorridos virtuales por las viviendas y, de momento, uno de los principales promotores de China ya lo usa”, señala Liu, mientras un grupo de ingenieros afina los ocho sensores de la Titan, que han diseñado con el sector cinematográfico en mente y que se vende a partir de 17.000 euros.

Dos en uno

En cualquier caso, Insta360 tiene la vista puesta ya en un futuro que supondrá una nueva revolución para el sector y que estará sustentado más en avances de software que de hardware. “El objetivo es crear una cámara que grabe y edite de forma autónoma, sin que el usuario tenga que hacer nada más que llevarla consigo”, avanza Liu. Hasta que llegue ese momento, Insta360 da los primeros pasos con las plantillas de edición automática integradas en las aplicaciones móviles con las que se operan las cámaras. Con ellas se pueden lograr efectos especiales espectaculares que requerirían de un laborioso trabajo de posproducción. “La clave está en crear un sistema de inteligencia artificial que haga todo por nosotros”, cuenta Liu.

El empresario recalca que la IA es una revolución real, no una moda o una campaña de marketing para vender productos. Y considera que China puede marcar la diferencia en su desarrollo, porque hace tiempo que dejó de ser la fábrica del “todo a cien”. “El país está creando nuevas tecnologías y productos desde hace dos décadas. Ya lidera la industria del smartphone, el 5G, los drones, la economía colaborativa, e incluso Internet, con avances como las superaplicaciones. No se limita a copiar lo que hacen otros. Nosotros somos un buen ejemplo de ello”, apostilla Liu.

Pero el horizonte no está exento de nubarrones. Al fin y al cabo, los dos principales mercados de Insta360 son China y Estados Unidos, superpotencias enfrentadas en una nueva guerra fría que tiene al sector tecnológico como principal víctima. Y Liu es consciente de que el veto de Washington se puede extender mucho más allá de Huawei, independientemente de quien ocupe la Casa Blanca: “Creo que todavía no somos lo suficientemente grandes como para que Estados Unidos arremeta contra nosotros, pero estamos preparando planes de contingencia para hacer frente a un eventual bloqueo”.


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