La UE se rearma frente a las crisis bancarias pero deja en el aire el fondo de garantías
Los países de la zona euro dan más poderes al fondo de rescate y crean una red de seguridad para resoluciones bancarias
Los países de la zona euro dieron un empujón a la unión bancaria justo cuando soplan de vientos de cara en el sector financiero europeo. El Eurogrupo dio luz verde a la reforma que da más poderes al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) y a adelantar dos años, a 2022, la puesta en marcha de una red de seguridad para abordar resoluciones bancarias. Sin embargo, los Diecinueve siguen encallados en la creación de un fondo comunitario de garantías de depósitos que favorezca las fusiones transfronterizas.
Las instituciones internacionales, del FMI al BCE, apremian desde hace tiempo a los líderes europeos para culminar la unión bancaria. En palabras de Jean-Claude Juncker, se trataba de arreglar el techo mientras todavía lucía el sol. Sin embargo, el buen tiempo no alentó a que los ministros de Finanzas pusieran los pilares que faltaban, entre ellos, un cortafuegos para asegurar que las quiebras bancarias no volverán a ir a cargo del bolsillo del contribuyente y un paquete de medidas, entre ellas la creación de un fondo comunitario de garantías de depósitos bancarios, que permitiera la creación de grupos financieros transfronterizos.
Los ministros de Finanzas de la zona euro han sido capaces de sellar un acuerdo para reformar el Mede y atar una red de seguridad para el Fondo Único de Resolución Bancaria. Sin embargo, el fondo de rescate europeo provocó un intenso debate en Italia puesto que la institución suscita rechazo, en especial en las filas del M5S, uno de los partidos de la coalición de Gobierno. Fuentes diplomáticas explicaron que el ministro de Finanzas, el socialista Roberto Gualtieri, era partidario de firmar el tratado de reforma ya a finales de 2019. El envenenado debate que genera el Mede en Italia lo impidió.
La reforma contiene un artículo especialmente difícil para Roma, el de las cláusulas de acción colectiva (CACs) en la emisión de bonos a partir de 2022. Se trata de una disposición que permite que una mayoría de acreedores puedan imponer al resto reestructuraciones de deuda. Este mecanismo semiautomático provocaba el rechazo de los italianos, que temían que espante a los inversores en deuda de su país. “La reforma del Mede refuerza el euro y a todo el sector bancario europeo porque estamos haciendo que la eurozona sea aún más fuerte frente a los ataques de los especuladores”, afirmó Olaf Scholz, vicecanciller y responsable de Economía de Alemania, que tiene la presidencia de turno de la UE.
Los ministros dan al Mede un mayor papel de vigilancia en futuras crisis y lo equipan, además, con nuevas herramientas. Se trata en especial de líneas de préstamos precautorias. Estos créditos se darían a países que se hallan en un shock temporal ajenos a ellos. Por ejemplo, si un país ve cómo su prima de riesgo se dispara porque un Estado vecino está en crisis. “El Mede fue creado para un importante papel que llevó a cabo durante la última crisis. Los ajustes que hemos acordado desarrollarán su caja de herramientas”, señaló el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.
Sin embargo, el Mede adolece todavía del estigma de ser el fondo de recuperación europeo. Y ello explica que ningún país —sobre todo los del sur— haya llamado a su puerta para pedir una línea de crédito para sufragar el gasto solventado con la crisis sanitaria a un coste de triple A.
Cortafuegos bancario
De la institución que dirige Klaus Regling también dependerá la línea de crédito que actuará como cortafuegos del fondo de rescate bancario. En este caso, se trata de asegurar que habrá fondos para bancos en apuros sin ir directamente a los presupuestos estatales. Los Diecinueve barajaron 2024, en principio, como fecha para que entrara en funcionamiento. Finalmente, se ha adelantado dos años.
Un diplomático desvincula el desbloqueo de ese paquete del actual contexto de crisis, pero admite que ayudará a afrontar posibles dificultades si esta recesión se prolonga. Otro coincide con que la fecha de 2022 se había barajado ya el año pasado, pero señala que la pandemia sin duda ha contribuido a mover posiciones en Roma.
Los socios del euro argumentaron para cerrar ese acuerdo el esfuerzo realizado en la “reducción de riesgos”, aunque estos ahora puedan volver a subir. En cambio, volvieron a darse de bruces en el fondo de garantía de depósitos. En el Consejo de Ministros de Finanzas del martes, el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, urgió a los responsables políticos a avanzar en esa carpeta al considerar que es una pieza clave para la creación de grupos bancarios transfronterizos.
Sin embargo, fuentes diplomáticas sostuvieron que sigue habiendo líneas rojas por parte de todos. Los halcones piden limitar la exposición de los bancos a la deuda soberana de su país, mientras que España o Italia piden a cambio mutualizar deuda. Alemania, en cualquier caso, pasó esa carpeta a la próxima presidencia de la UE, que recaerá en Portugal.
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