Polémica sobre las cláusulas que debían regular las reestructuraciones de deuda
Otro paso falso en la defensa del euro. Varios países de la UE están presionando para que se elimine la obligación de incluir Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) en las futuras emisiones de bonos a partir de julio de 2013. La polémica medida fue acordada en marzo de este año en el marco del fondo de rescate permanente, llamado Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), por imposición expresa de la canciller alemana Angela Merkel.
Según el acuerdo, las Cláusulas de Acción Colectiva se deberían incluir en todos los nuevos valores públicos de la zona euro con un vencimiento superior a un año. El objetivo era facilitar las negociaciones entre el prestatario soberano y sus acreedores del sector privado en los supuestos de reestructuración de la deuda.
Las cláusulas obligan a los tenedores de bonos a aceptar la posibilidad de una quita y regulan la manera de ejercer sus derechos de forma colectiva en los supuestos de reestructuración de la deuda. Muchos analistas consideraron que la inclusión de estas cláusulas, en el marco de la participación de los bancos en las pérdidas en las reestructuraciones de deuda pública, fue la causa de la crisis de Irlanda, que un mes después, en noviembre de 2010, tuvo que ser rescatada por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, se había opuesto frontalmente a la participación de los bancos en las pérdidas, porque conocía mejor que nadie las carteras de los bancos y los efectos que podría tener en el bloqueo del mercado interbancario.
La primera idea de establecer estas cláusulas fue lanzada por Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en la desdichada Declaración de Deauville, en octubre de 2010, que abogaba por la participación de los titulares de los bonos soberanos, que mayoritariamente son los bancos, en las pérdidas que se produjeran en los casos de reestructuración de la deuda. Lo que se pretendía era utilizar cláusulas idénticas y normalizadas en todos los Estados miembros.
La incesante ampliación y profundización de la crisis del euro ha aumentado la inquietud en medios financieros, especialmente tras el principio de acuerdo sobre el segundo rescate de Grecia, que prevé una quita del 50% de la deuda, sin posibilidad de ejercer los seguros (CDS). Estas decisiones están dañando la imagen de los bonos soberanos que en poco tiempo han pasado de ser la inversión más segura a la que tiene un riesgo cierto.
Francia, Italia y España están abogando por la retirada de la obligación de incluir estas cláusulas en las emisiones a partir de julio de 2013, mientras que Alemania y sus aliados naturales en estos casos, insisten en su inclusión. El debate ha aumentado en los últimos días por las pretensiones de Merkel y Sarkozy de proponer una reforma del tratado de efectos difícilmente previsibles. El asunto podría ser objeto de debates en las reuniones del Eurogrupo y Ecofin de los próximos martes y miércoles.
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