Los cruceros luchan por salir a flote: los analistas prevén precios más altos y una vuelta al lujo

La crisis del coronavirus ha puesto en una encrucijada al sector de los cruceros, que busca cómo salir a flote de una situación límite. Solo en España, el sector ha dejado de facturar más de 4.000 millones de euros, según los cálculos de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés). Las empresas intentan atraer a sus clientes implementando nuevas normas sanitarias y con una reducción de aforo para operar en los países que ya se lo permiten. Pero esto arrastra a la industria a un posible cambio de modelo hacia una experiencia más exclusiva y, por consiguiente, más cara.

“Volveremos a que los cruceros tengan que garantizar que no haya aglomeraciones. Eso provocará bajar la capacidad de pasajeros de los barcos y subirá los precios”, sostiene Luis Buzzi, socio responsable de turismo de KPMG España. De esta forma, prevé que haya un reajuste de la oferta y la demanda. “Muchas empresas se verán obligadas a ir a un modelo mucho más especializado para clientes con más poder adquisitivo”, argumenta Buzzi.

Las compañías del sector tienen que decidir cómo quieren tratar de superar la crisis. Y una opción clara es desandar parte del camino de los últimos años, cuando se bajaron mucho los precios para tener más volumen de viajeros. Esto es, apostaron por tener poco beneficio por pasajero pero mucha cantidad. Hasta ahora.

Este terremoto en el sector llevará consigo también movimientos corporativos, ya que se necesita capacidad financiera para aguantar esta travesía. “Habrá compañías que no tengan capacidad para sobrevivir y habrá otras o fondos con músculo financiero que les pueda interesar integrarlas”, prevé el experto de KPMG.

A este punto crítico se llega tras meses de inactividad al irse al traste durante el año casi todos los viajes por el coronavirus. La industria de los cruceros ha sufrido como la que más por sus características especiales: los buques son una especie de gran hotel o pequeña ciudad flotante cerrada, lo que los convertía en lugares de riesgo de contagio. Por ello, llevan varados desde mitad de marzo y la vuelta a algo parecido a la normalidad previa a la covid-19 no se vislumbra hasta 2021. Y está por ver en qué parte del año llega, si es que finalmente lo hace.

Mientras, las compañías de cruceros hacen malabares para aguantar a flote y buscan una manera de empezar de nuevo. “Solo hubo dos meses en los que se trabajó con normalidad, enero y febrero, que están lejos de ser los mejores”, reconoce Alfredo Serrano, director en España de CLIA.

Para volver a los mares cuanto antes, las firmas han elaborado estrictos protocolos sanitarios y han reducido la capacidad de los buques para convertir los cruceros en lugares seguros. Y, además, transmitir a los pasajeros esa seguridad. Entre las medidas está la realización de test de coronavirus antes del embarque —si alguien da positivo, no podrá subir al crucero ni esta persona ni sus acompañantes—, solo venta de cabinas exteriores para una mejor renovación del aire y un cambio de los servicios a bordo, lo que supondrá un esfuerzo en el número de tripulación por pasajero.

Estas medidas ya se han llevado a la práctica en Italia y a partir de este mes se van a ensayar en Canarias. Si todo sale bien, se implantará en la costa mediterránea el año que viene. La intención es conectar puertos españoles con los de países en buena situación sanitaria, aunque todo dependerá de la evolución de la segunda ola.

Actividad muy limitada

Las compañías, por el momento, no descartan ninguna opción. “Todos volvemos a empezar de cero. Los cruceros tardarán en recuperarse porque dependemos mucho del comportamiento del consumidor”, argumenta Fernando Pacheco, director general de MSC Cruceros en España, que confía en volver a operar en el país próximamente, como ya hacen en Italia desde verano.

Otra de las firmas que trabajan en puertos italianos es Costa Cruceros, que confirma sus planes de vuelta a España. “Estamos realizando una vuelta escalonada y primando siempre la seguridad. Obtuvimos la autorización del Gobierno italiano y trabajamos para repetir este tipo de viajes controlados en otros países, incluido España”, asegura Luigi Stefanelli, director general de Costa Cruceros para España y Portugal.

En una situación diferente está Norwegian, una de las grandes del sector, que sigue sin operar y así se mantendrá un tiempo más. Eso sí, reconocen con cierto optimismo el nivel de ventas que existe de los viajes para 2021. Algo en lo que coinciden todas las firmas del sector. “Son unos clientes muy fieles y en cuanto sea seguro volver, lo harán”, repiten portavoces y altos directivos de todas las empresas consultadas.

Pese a los cantos de sirena del sector con los anuncios de itinerarios disponibles desde final de verano, la realidad es que la actividad seguirá siendo muy limitada durante meses. “Esperamos que para final de año pueda haber cierta operatividad. Eso sí, será muy baja, lejos de un año normal, pero al menos servirá para tener los protocolos activos y trabajando con ellos”, explica Serrano. Aunque esta previsión se puede ver truncada por la segunda ola de contagios.

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