El Banco de España contradice a los bancos: frenar el reparto de dividendos no les encarece su financiación
El gobernador, Pablo Hernández de Cos, advierte de que deben ser prudentes “mientras persista la incertidumbre económica”
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha entrado en la disputa que han lanzado los grandes bancos contra el impedimento de repartir dividendos. Este lunes ha rebatido uno de los principales argumentos de las entidades. Según el gobernador, no repartir dividendo no encarece el precio de la financiación de los bancos en los mercados, según los datos que manejan los bancos centrales. Hernández de Cos refuerza así su posición de que lo más importante es fortalecer a los bancos para evitar que esta crisis sanitaria, que ya es económica, se convierta en una debacle financiera.
Durante su discurso en el III Foro de Banca organizado por El Economista y Accenture, el gobernador ha afirmado que no repartir dividendos en 2020 “ha permitido limitar los efectos colaterales de esta medida sobre la capacidad de las entidades para emitir instrumentos de capital a un coste adecuado”. Y ha añadido: “Si bien el coste del capital de las entidades repuntó sustancialmente después de la irrupción de la pandemia, tras la implementación de la amplia batería de medidas para mitigar su impacto, este aumento se ha corregido en su totalidad, sin que esta recomendación haya tenido un impacto significativo aparente en la mayor parte de los sistemas bancarios europeos”.
Incluso ha ido más allá advirtiendo, de forma velada, que la intención del Banco Central Europeo (BCE) no parece que sea levantar el veto para pagar todo el dividendo en enero de 2021, como está pidiendo el lobby bancario. “El BCE y la Junta Europea de Riesgo Sistémico revisarán la anterior recomendación antes de que finalice el año. La decisión final tendrá en cuenta la situación macrofinanciera que enfrentemos en ese momento. La recomendación de prudencia en este ámbito debe seguir estando vigente mientras persista la incertidumbre actual y se consolide una recuperación económica sólida”.
Reparto extraordinario de dividendos
Es decir, exige que antes de volver a las retribuciones a los accionistas se debe despejar la incertidumbre, lo que está condicionado la llegada e implantación de la vacuna, y que se traduzca en una recuperación del PIB. La buena noticia para los bancos y sus accionistas es que el gobernador ha dicho que la limitación en el reparto es reversible. El responsable del Banco de España ha dicho que si bien la situación debe mantenerse mientras dure la crisis, “en todo caso, es reversible a través de los dividendos extraordinarios futuros si se materializasen escenarios más benignos que los contemplados en las actuales circunstancias”. En otras palabras, pasada la pandemia, la banca podría pagar a sus accionistas el desembolso que no efectuó durante los años de crisis. El sector se ha quejado de que no repartir dividendos hunde sus cotizaciones porque muchos grandes fondos descartan invertir en valores bancarios por falta de retorno económico. Quizá con este segundo aviso, el BCE quiere animar a la inversión bursátil en banca.
En todo caso, ha recordado al sector que debe seguir usando las ventajas sobre los colchones de capital que han establecido las autoridades, sin temer “el efecto estigma en los mercados” porque “generaría un efecto negativo sobre la economía. Una manera de tratar de paliar este problema ha sido a través de las contundentes medidas de política monetaria y fiscal aplicadas durante la crisis, que han permitido que los costes de financiación de las entidades europeas se mantengan en niveles muy reducidos”, afirmó.
Aumento de la morosidad
En otro momento del discurso, el gobernador auguró un repunte de la morosidad. “En todo caso, las proyecciones sugieren que se va a producir un aumento significativo de la tasa de dudosos en los próximos trimestres incluso en el escenario más benigno”, aseguró.
Recordó que buena parte del ajuste en los resultados de las entidades del primer semestre se debe a la anticipación de provisiones por deterioro de crédito, “que aún no se ha materializado pero que lo hará en los próximos trimestres. Las entidades españolas han dotado casi el doble de las provisiones registradas en el mismo período del año previo. Esto ha hecho que su rentabilidad se haya reducido significativamente, pero también ha elevado su capacidad de absorción de deterioros, algo que los inversores valoran especialmente en estas circunstancias”.
Y acabó con una advertencia: “Las entidades deben persistir en esta política de anticipación del reconocimiento. Esto facilitará que, con posterioridad, puedan seguir cumpliendo con su función de proporcionar financiación a la economía. En un contexto de prolongación de la crisis, las entidades deben garantizar un reconocimiento adecuado y a tiempo del deterioro efectivo de la calidad de las exposiciones crediticias a través del cumplimiento de las guías supervisoras”.
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