El clima tiene plan

El Gobierno ha presentado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con el objetivo de transformar la economía española aprovechando la financiación del programa Next Generation EU y su Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. El reparto de fondos, por criterios de población, desempleo y PIB per cápita, además de por el impacto que tenga la crisis en 2020-2021, hace que España pueda obtener hasta 140.000 millones de euros, algo más de la mitad en transferencias y el resto en préstamos.

De los cuatro ejes del Plan, el de transición ecológica ha de permitir transitar a una economía neutra en emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, debiendo recibir el 37% de los fondos del Mecanismo europeo. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) da pistas sobre la orientación de los proyectos con foco en la transición climática, que, como todos los demás, tendrán que superar la licitación de la Comisión Europea y el seguimiento y control posterior sobre los objetivos perseguidos.

El PNIEC prioriza la mejora de la eficiencia energética (rehabilitación de viviendas, urbanismo y movilidad sostenible, y fomento del vehículo eléctrico, entre otros), a los que asignaba ya en enero pasado al menos 18.500 millones de euros de inversión pública en 10 años. Las características de estos proyectos (con financiación ya programada en el mismo PNIEC, rapidez de implementación dada la experiencia previa en algunos de ellos, además de ser menos dependientes de cambios normativos en fiscalidad) los hacen candidatos a ser los de mayor peso en acción climática en 2021-2024. De hecho, la mejora de la eficiencia energética es el propósito principal de los dos primeros planes de choque que se mencionan en el Plan de Recuperación.

Medidas de acción climática como las de una mayor descarbonización de la generación eléctrica o las que supongan un aumento del precio de la energía para reducir su consumo (a través de cambios impositivos) no es previsible que se implementen entre 2021 y 2024 con la misma urgencia que las de mejora de la eficiencia. Los cambios en la oferta de generación eléctrica son de más lenta maduración que los de eficiencia energética, y emprender subidas de precios de las emisiones de carbono tendrá que esperar a la mejora del ciclo económico y al diseño de mecanismos que mitiguen sus impactos distributivos. Además, como ha destacado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente informe de perspectivas, el aumento del coste de las emisiones de carbono ha de venir acompañado de un potente conjunto de medidas de inversión en energía renovable e infraestructuras, que está por ver cómo se van a implementar más allá de la oportunidad de corto plazo abierta por las transferencias europeas.

J. Julián Cubero y Joxe Mari Barrutiabengoa, de BBVA Research.