Fusión CaixaBank y Bankia: las claves de la creación del mayor banco en España
La unión de ambas entidades busca una mejora de la rentabilidad, aunque se enfrenta a grandes retos para conseguirlo
CaixaBank y Bankia negocian su fusión para crear el mayor banco de España, con 650.000 millones de euros en activos en el país, y fortalecer su posición frente al impacto de la pandemia del coronavirus. Se comunicó de forma oficial a los mercados el 3 de septiembre, aunque las conversaciones comenzaron meses antes. La operación debe contar con el visto bueno del Gobierno, ya que el Estado tiene un 62% de Bankia. A falta de que la operación tenga luz verde definitiva para llevarse a cabo, esto es lo que se sabe de la fusión:
¿Cómo se llamará el nuevo banco?
El nuevo grupo apostará por CaixaBank como marca comercial. De esta forma, la nueva entidad abandonará la de Bankia por la herencia y casos judiciales que arrastra, según fuentes financieras. CaixaBank, al contrario, cuenta con un gran prestigio y está muy valorada en el mercado. Esta apuesta todavía no está firmada en ningún acuerdo, pero se trata de una decisión firme si se concreta la unión. La sede legal será Valencia, mientras que Madrid y Barcelona seguirán como sedes operativas.
¿Por qué se hace la fusión?
La razón principal que mueve la operación es la rentabilidad. La caída de márgenes ya era un problema desde hace años —en 2016 el euríbor entró en terreno negativo—, pero la crisis económica provocada por la pandemia ha impuesto un descenso de los ingresos y una subida de la morosidad a medio plazo.
De hecho, según fuentes financieras que piden el anonimato, CaixaBank y Bankia, entre otras entidades, entrarían en pérdidas en 2021 si no firman la fusión. Se trata así de una operación defensiva ante la crisis. Ambas entidades han aguantado hasta que la pandemia les ha dado el último golpe. Por ello, con la unión buscan una mejor rentabilidad gracias a la reducción de gastos, más que por el aumento de los ingresos.
¿Desde cuándo se habla de la operación?
La fusión era una de las posibilidades que entraba en casi todas las quinielas. Además, el interés de Isidro Fainé por crecer era de sobra conocido. Los últimos movimientos que han hecho que la fusión esté más cerca que nunca comenzaron en junio. Y tuvieron como resultado la comunicación oficial al mercado de las conversaciones el 3 de septiembre. Ahora la intención es cerrar la operación antes del 31 de diciembre, algo que depende de las autoridades supervisoras y de competencia.
¿Qué tamaño tendrá el nuevo banco?
La unión de CaixaBank con Bankia resultará en un grupo con 650.000 millones en activos, el 25% del total del sector. Las cifras entre ambos hablan por sí solas: CaixaBankia tendrá el 31,4% de los créditos a la clientela y el 28,1% de los depósitos, según datos de junio pasado. Contará con unas 6.700 oficinas (el 28% del total) y más de 51.500 empleados (29% del total).
¿Habrá ajuste de plantilla?
La operación tiene un objetivo claro: mejorar la rentabilidad. Y para conseguirlo, en un momento difícil como el actual para incrementar los ingresos, tendrá que apretarse el cinturón y reducir gastos. Esto se traduce en un ajuste de plantilla en el que se podría prescindir de unos 8.000 empleados, un 15% del total.
El Ejecutivo quiere evitar grandes despidos, pero si CaixaBank no mete la tijera, reducirá la prima (será de alrededor del 20% sobre el precio previo al anuncio del acuerdo), el precio que pagará al Estado. El valor que aporta Bankia se sustenta en los 24.000 millones de ayudas públicas que recibió y que se perderán en su mayoría.
¿Y cierre de sucursales?
El despido de personal irá acompañado del cierre de unas 1.500 oficinas, casi un cuarto de la suma de las sucursales entre los dos bancos. Está por ver dónde se producirán, aunque todo apunta a que la mayoría de los cerrojazos se den en Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana. También pueden correr peligro las sucursales de la España vaciada, donde CaixaBank cuenta con una extensa red.
¿Cómo ve el mercado la fusión?
Desde el anuncio de la compra de Bankia por parte de CaixaBank la primera se ha revalorizado un 38% y la segunda un 12% hasta este miércoles. Los expertos consideran que el mercado espera que la entidad catalana pague algo más de un 20% de prima sobre el precio del cierre de Bankia el 3 de septiembre, 1,04 euros. Tras esta apreciación, al cierre de este miércoles el valor bursátil de CaixaBank es de 12.220 millones y el de Bankia de 4.417 millones, según Bolsa de Madrid.
Cuando se anuncia una posible compra, es habitual que suba el precio en Bolsa del adquirido, pero que baje el del adquiriente. Sin embargo, en este caso han subido las acciones de los dos protagonistas. Los analistas creen que CaixaBank va al alza porque esperan una fusión positiva para ambos.
¿Quiénes serán sus principales directivos?
El esquema de mando parece acordado, con un presidente ejecutivo, José Ignacio Goirigolzarri, con menos funciones que las que tiene hoy (pero con el área de Comunicación), y Gonzalo Gortázar como consejero delegado y primer ejecutivo ante el BCE. El nuevo consejo de administración de CaixaBankia tendrá mayoría de independientes, nueve, más cuatro dominicales, que representan a la propiedad (tres de CaixaBank y uno de Bankia). Además, dos ejecutivos, Goirigolzarri como presidente y Gortázar como consejero delegado.
¿Y los principales accionistas?
En el nuevo grupo, Criteria, filial de la Fundación la Caixa, controlará el 30%. La participación del Estado, por su parte, rondará el 16%. En su conjunto, los accionistas de CaixaBank controlarán el 74% del nuevo banco si sale la fusión, mientras que los de Bankia tendrán un 26%.
¿Habrá un oligopolio bancario?
El Banco de España asegura que no, aunque no cabe duda que se reducirá la oferta para particulares, pymes y empresas. Habrá más concentración bancaria que hace años, lógicamente, ya que CaixaBank y Bankia agrupan 18 antiguas cajas. Las autoridades de competencia deberán determinar si el nuevo banco tiene dominio en algunas regiones, aunque lo podría paliar con el cierre previsto de oficinas. Principalmente en comunidades como la de Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana.
¿Obstáculos y retos de la operación?
Desde el punto de vista del negocio, los expertos apuntan como riesgo principal el adelgazamiento forzoso de la estructura del nuevo banco, así como que no se diluyan ingresos por la pérdida o duplicidad de clientes. Por tanto, el nuevo banco se la juega, en parte, en el plan de ahorro de costes y gastos.
Como apunta Íñigo Vega, experto de la firma de análisis Nau-Securities, “el recorte de gastos determinará la prima que se pague y lo que cobre el Estado”. El Ejecutivo no quiere malvender Bankia para recuperar parte de los 24.000 millones de ayudas públicas, pero entonces deberá asumir el coste social de los despidos con la presión que eso supondrá en el seno del Gobierno de coalición.
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